Es la segunda vez que el Instituto Nacional de Meteorología me amarga una semana anunciando que va a llover en un festival de Sinnamon y al final nada. Pero bueno, mejor. Es una suerte que la gente vaya a eventos tipo el Weekend Dance sobre todo a desfasar, porque así pudimos ver a Massive Attack en primera fila sin problemas. El grupo ofreció un show muy similar al del Summercase el año pasado sólo que algo más corto y menos acertado.
Uno puede prepararse para ponerles regulín regular (faltó ‘Unfinished Sympathy’, la voz de Elizabeth Fraser no termina de oírse de forma contundente), pero basta verla a ella sin más, o a un excelente Horace Andy interpretando ‘Angel’, oír los primeros acordes de ‘Teardrop’ y ‘Future proof’, que ha ganado mucho con los años, o escuchar una emocionante versión de ‘Safe from harm’ como cierre para que te tengas que tragar todas tus palabras. El montaje del concierto no fue tan vistoso como el de hace unos años en el mismo Auditorio Juan Carlos I, pero por alguna extraña razón, todos esos datos en pantalla sobre nuestro alcalde, la altitud y latitud de Madrid, nuestra temperatura máxima, mínima, etc, me emboba. 3D está guapísimo contoneando las rodillas o haciendo kickboxing y no necesitamos nada más.
Un par de horas antes, Digitalism dieron un concierto guay, mucho mejor de lo que esperaba por su disco. Samples de New Order, Technotronic (¿o eran Simian Mobile Disco?) se alternaron con algunos de los momentos más acertados de ‘Idealism’: bailamos como locos. Cerró por supuesto ‘Pogo’. Después salieron Soulwax. Es una chulada el show que llevan, esa sesión con instrumentos de verdad, todos vestidos de blanco… pero me convenció algo menos que el de Digitalism. Esos anuncios de ‘NY Excuse’ medio irreconocible a lo largo de todo el show para al final buscar el subi-subidón con ella habrían quedado mejor hace unos años. ¿No hay más canciones?
Después de una sesión ni fu ni fa de Vitalic, a las 2 y media salieron Faithless, cuyos retazos trance y entrega total de su cantante los miles de personas asistentes celebraron mil. ‘God Is A DJ’ sigue siendo un hit, contra todo pronóstico, pero de lo que sonó después, entre las horas de retraso, el lamentable estado de embriaguez en el que te sueles encontrar en un sitio así y el lamentable estado de los WC, no puedo hablar.