Todavía no entiendo cómo este hombre termina siendo tan sumamente irregular. O se pasa metiendo canciones en sus álbumes (su último disco, ‘Mentiroso, mentiroso’, tiene la nada desdeñable cantidad de dieciséis) o no llega (no precisamos ahora mismo cuántos temas tenía su disco anterior, ‘Las siete y media’, por motivos obvios). Aquí Ferreiro tiene algunas composiciones fantásticas, de una calidad innegable y en las que se entrega a los sonidos instrumentales con auténtico placer. Guitarras, baterías, teclados… Ferreiro abandona la electrónica de los últimos años de Piratas, y con la que también había coqueteado en sus dos discos en solitario previamente para volcarse por completo en los sonidos orgánicos -qué pereza de palabra-.
Sin embargo, si hay algo malo en ‘Mentiroso, mentiroso’, eso son sus temas de relleno, que son alguno que otro. ‘Secretos deseos’, ‘Toda la verdad’, ‘Mentiroso, mentiroso’… hasta el corte número 10 -incluido-, la verdad es que el disco está bien. Un poco ramplón, pero bien. Después, una especie de déjà vu en ‘Canción húmeda’, que perfectamente podría haber estado en ‘Relax’, pero que de repente nos pone de manifiesto la poquísima coherencia del disco en sí. Yo entiendo que esta canción es magnífica, pero es que rompe por completo la cadencia del álbum, no se entiende ahí en medio y resulta de lo más rara. A partir de ese momento, resulta difícil de escuchar del tirón. No es porque los temas sean malos (aunque alguna una vuelta o dos más no hubieran venido mal a un par de composiciones), más bien porque se distancian en exceso de la tónica general del disco en sonido y en forma y porque, no nos engañemos, dieciséis canciones son un porrillo como para escucharlas seguidas. Incluso para un fan acérrimo como yo.
Calificación: 6/10
Temas destacados: ‘Toda la verdad’, ‘Canción húmeda’.
Te gustará si te gusta: Amaral, Piratas, el pop en español medio apto para Los 40 Principales, pero que sigue teniendo un punto interesante.
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