Después de enseñar las tetas (vaya tela esta foto) y el potorro, ahora han tenido que llevársela de una fiesta en brazos, aparentemente en estado de embriaguez. A todo esto, tiene el pelo teñido de rosa. Entre marujeo y marujeo, nos quedamos con sus declaraciones hace unos días, aunque sólo sea porque a pesar de todo se la ve bastante más saludable que a otras.
No me gusta contestar a las cosas que leo sobre mí en la prensa (…) A veces bebo vino con las comidas y sí, me gusta nadar en topless. En mi diccionario esto no es algo de lo que sentirse avergonzada. Tengo 23 años y no es mi culpa que los fotógrafos me sigan a todas partes para que ellos publiquen sus estúpidas fotos. Ojalá las cámaras digitales no se hubieran inventado.
¡Qué razón tienes, Lily! ¡Todos somos Lily!