Kanye West ya había mostrado unos certeros destellos de genialidad en su debut, ‘The College Dropout’, que contenía temazos como ‘All Falls Down’ o ‘Spaceship’. El mismo oso que aparecía en aquella portada entra por la puerta en este segundo álbum, dando una pista clara sobre su continuismo. Kanye seguía sampleando clásicos y haciendo de ellos nuevas joyas pop, pero ahora lo hacía mejor y con más variedad.
Los discos de Common, Lupe Fiasco o Gnarls Barkley más o menos coetáneos mostrarían el mismo interés por el sampleo, siempre tan ligado al hip-hop, pero entre todos ellos Kanye West terminaría destacando como el fusilador más moderno y versátil, recurriendo en este segundo disco al blues y al easy-listening, y en el siguiente a música blanca electropopera. ‘Graduation‘ sería también un disco importante en la carrera del hip-hop por abrirse camino a nuevos géneros, pero ‘Late Registration’ sería más exquisito en la selección de samples y en su conjunción con las propias aportaciones de Kanye para dar un sentido muy concreto a las canciones.
‘Diamonds from Sierra Leone’ se inspira en la genial ‘Diamonds Are Forever‘ de la banda sonora de James Bond con la voz de Shirley Bassey. Quien crea que no aporta nada a la original, que suena en gran parte de la canción, es que no le ha prestado la atención suficiente. La canción reflexiona sobre la importancia de los diamantes en la explotación de la población y en la guerra civil de Sierra Leona.
También un interesante concepto detrás contenía el segundo single del álbum, el que ha terminado siendo el mayor éxito de Kanye West, al menos hasta la fecha. ‘Gold Digger’, diez semanas número 1 en Estados Unidos, contiene un sample de ‘I Got A Woman‘ de Ray Charles, y cuenta con la voz invitada de Jamie Foxx, que acababa de interpretar a Charles en el biopic ‘Ray’. En la intro, cortada en el «radio edit», Jamie modifica ligeramente la letra original de la canción (de «me da dinero cuando lo necesito» a «me quita dinero cuando lo necesito»), aunque lo que se repite a lo largo del tema es, en cambio, el sample de Ray Charles. Y… ¿qué aporta Kanye a todo esto? Un divertido y ácido discurso sobre querer a un hombre sólo por el dinero, sobre una muchacha que quiere tener «el culo de Jennifer Lopez«, «se ha acostado con Usher» y «tiene un hijo con Busta Rhymes» y ante la que concluye: «cuando te hagas vieja, te dejarán por una chica blanca».
Al margen de los divertimentos líricos, si el disco es maravilloso es por las delicias que descubre o deconstruye. ‘Head ‘Em Say’, con la voz invitada del cantante de Maroon 5, nada menos, incorpora un sample de ‘Someone That I Used To Love’ de Natalie Cole, y ‘Touch The Sky’, con Lupe Fiasco, de ‘Move On Up’ de Curtis Mayfield, ambas con un punto easy-listening totalmente cautivador y elegante.
‘Drive Slow’ y ‘Addiction’ (esta con sample de Etta James) mostrarían un punto más oscuro, la primera un poco trip-hop, que no desentona con el resto del disco, en tanto que el trip-hop también bebía de lo mejor de la música negra. El sonido de ‘Late Registration’ es una joya 100% coherente gracias a la personalidad de Kanye West y su excelente producción, asistida por el compositor de bandas sonoras Jon Brion. Ambos muestran un fascinante buen gusto en la orquestación de samples antiguos con los sonidos de hoy, dando al álbum un aire tan retro como actual, y nada agresivo, perfectamente asumible por quienes detestan los numeritos y tiros de P. Diddy o 50 Cent.
Mención aparte merecen las canciones dedicadas a su familia. Esta ha sido siempre la debilidad de Kanye, y mientras que ‘Roses’ habla sobre su abuela, la preciosa ‘Hey Mama’ habla sobre quien siempre fue su mayor obsesión. Un tema que hoy cobra un nuevo y triste significado después de que Donda West muriera en medio de una operación de cirugía estética unos años después.
¿Se hace largo el disco con 21 pistas? Quizá sí, Kanye ha corregido este asunto en sus últimos álbumes, suprimiendo intros y constantes interludios, pero en ‘Late Registration’ es difícil decidir qué pista sobra. ‘Gone’, la 19, tira de Ottis Redding, y en ‘Late’, la 21, medio apitufada, confluyen de nuevo la vieja escuela y la modernidad. Lo único malo es que en el libreto del disco no se indica el número de cada pista, por lo que algunas ha sido imposible recordar qué lugar ocupan para escucharlas.
‘Late Registration’ vendió 4 millones de copias (3 millones en EE.UU.), fue disco del año para Rolling Stone, Spin o USA Today y además fue número 2 de 2005 para Rock de Lux y Pitchfork. Pero no fue suficiente para West, que se pilló un cabreo monumental cuando no ganó el Grammy al mejor álbum del año, que fue a parar a manos de U2 por ‘How To Dismantle An Atomic Bomb’ (!). Quizá su ego siempre fue excesivo, pero si tú hubieras sido Kanye West y hubieras hecho esta joya tan evidente, ¿cómo te lo habrías tomado?