A pesar de ser muy seguidor de Mai y Kim y haberles visto ya muchas veces en directo, me acercaba con ciertas dudas: la última vez que les vi, en la sala Joy Eslava, aparecieron con una hora de retraso, dieron un concierto muy corto (que no pude disfrutar por el cabreo que tenía con el retraso) y que me dejó un regusto un poco amargo. Por otra parte, Nena Daconte ya son masivos, esto es un hecho, y desconocía y temía a partes iguales qué tipo de gente encontraría en el Teatro.
Esa duda se despejó enseguida: muchas familias, muchos papis con sus hijos, mucha gente joven, mucha gente mayor… En definitiva, mucha gente y muy heterogénea.
Esta vez empezaron puntuales, nada más aparecer en escena se sentaron cada uno en uno de los dos sofás que había en el escenario —repleto de lámparas vintage, junto a los sofás y un par de mesitas— tocaron una versión acústica a guitarra y voz de ‘Tenía Tanto Que Darte’ y así transcurrió todo el concierto: Ellos sentados tocando y nosotros, sentados frente a ellos, disfrutando.
El espectáculo que ofrecieron fue un concierto intimista, prácticamente acústico y en un ambiente muy relajado. Acompañados de una sección de cuerda, otra de metales, un bajo, guitarra, «pedal steel» y un teclista, Nena Daconte dieron una lección de buen gusto, profesionalidad y de cómo el ser número uno en todas las listas y radiofórmulas no está reñido con hacer música de calidad.
Mai cantó estupendamente, llegando a emocionar en muchos momentos al auditorio. Demostró tener un gran sentido del humor, ser una tía muy divertida y una gran «entertainer». Los arreglos de cuerda para algunos de los temas eran especialmente bonitos y el ambiente de intimidad y complicidad que se creó nos hizo pasar una noche muy especial.
Además, aparte de que tocaron íntegramente ‘Retales de Carnaval’ y temas de su primer disco, pudimos disfrutar de muchas rarezas, ya que nos regalaron varias versiones de otros artistas: ‘Alison’ de Elvis Costello, ‘In A Lonely Place’ de Smithereens, clásicos como ‘Over The Rainbow’, ‘Stand By Me’ o ‘The End Of The World’, ‘I Saved The World Today’ de Eurythmics o ‘I Love To See You Smile’ de Randy Newman.
En definitiva, salí encantado, me olvidé por completo del disgusto de la Joy, y espero que la carrera de estos chicos dé para mucho, mucho más.