Anne Arbor / La habitación de música

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Anne Arbor / La habitación de música

anne-arborEn la Costa Azul Portuguesa está El Reino de Clarissa, la casa de Peter Anne y Nathalie Arbor, que tiene una sala llamada La Caja de Música, en la que ambos se encierran cuando «quieren llamarse Anne Arbor». Este es el concepto de este álbum que, como el último de A Camp, encuentra sus raíces varios siglos atrás, en este caso cuando el Infante Don Juan de Portugal fundó esta casa en 1760 para su hija Clarissa, que había fallecido. El dúo, formado por viejos conocidos del indie español, pide confidencialidad sobre su verdadera identidad, aunque en cuanto escuches la pista 1 del disco, te darás cuenta de quién es ella, y, después, atando cabos, de quién es él.


Anne Arbor ya firmaron con este pseudónimo parte del último disco de Las Escarlatinas (‘La sonrisa del chico de deportes’ y ‘Una pequeña inundación’) y en este álbum incluyen como «bonus track» la canción que faltaba de la misma tanda de colaboraciones, ‘La premiada’, producida por Guille Milkyway. Aunque no es ésta la pista más bailable ni vocoderizada de un disco cantado a dos voces que en general más bien tira hacia La Buena Vida. Ellos dicen en el libreto que aún no han encontrado «la canción perfecta» y puede que sea cierto, pero el disco-funk de ‘9000’ se le queda cerca o al menos podría ser un buen sencillo, sin ser lo más representativo de ‘La habitación de música’, honor que podría caer en la inicial ‘El chico de Cincinatti’, una historia sobre la mala suerte en contraposición a un espíritu optimista, envuelta en instrumentos de viento, o en el minuto y medio de ‘Un Apple Fizz para dos’, de inspiración jazzy o bossa.

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Por muy inmerso que esté el dúo en Portugal, no han podido dejar atrás su verdadero origen, Gijón, y a esta ciudad recuerdan en muchos de los momentos más intimistas del disco, como ‘Añada del vigilante’, ‘Luna’, guiada por el piano, o la preciosa ‘Los reyes del nightclub’, que como otros temas, parece hablar de la madurez. En otras ocasiones suenan mucho más majestuosos, como en lo que parece la pieza central, ‘Canción de Clarissa’, o recuerdan a Berlanga en su obsesión por el glamour (‘Mrs. Crisis’). Quizá haya quien crea que ‘9000’ en realidad ensucia un poco el concepto, pero tampoco chirriará tanto a quien esté acostumbrado a otros lanzamientos de Siesta, Elefant o a los Saint Etienne que mezclan europop y temas acústicos en muchos de sus discos.

Calificación: 7/10
Lo Mejor: ‘9000’, ‘Los reyes del nightclub’, ‘El chico de Cincinnatti’
Te gustará si te gustan: Electra, La Buena Vida, Siesta en general
Escúchalo: quizá en unos días en su MySpace

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