Con la saturación del mercado discográfico que gozamos (y sufrimos) hoy en día, parece imprescindible ser diferente para destacar. Por eso hay que estar muy loco o ser un valiente (o ambas cosas) para tratar de hacerse un hueco partiendo de premisas tan frecuentadas como el rock norteamericano en el sentido más clásico. Y más aún si no eres norteamericano. Y más aún si lo haces en inglés en lugar de en tu lengua de origen. Así son Bandini. Y es que teniendo como referentes sonoros más próximos a Wilco y, sobre todo, a Richmond Fontaine resulta poco menos que imposible no palidecer.
Este quinteto madrileño llamó la atención en 2007 con su disco de debut en el sello Junk Records, el doble ‘The Sunny Album’, en el que presentaban sus cualidades para abundar en la tristeza como otros neocowboys. En este segundo (y autoeditado) álbum llamado ‘It Ain’t No Love’, grabado en los incansables estudios de Paco Loco, han logrado pulir su sonido de forma increíble, alcanzando unas cotas de calidad que poco tienen que envidiar a producciones anglosajonas de corte similar (algo habrá tenido que ver la masterización de Nathan James en Nueva York, sí), alcanzando un sonido cristalino y sólido a la vez, con unos duelos de guitarras realmente bonitos. Especialmente destaca el progreso vocal de Ricardo Ruiz, que ha logrado afianzarse en esa faceta, aunque es cierto que su entonación recuerda horrores al gran Willy Vlautin de Richmond Fontaine (palabras mayores). No le favorece que la dicción de Ricardo en inglés no sea lo suficientemente buena para dar el pego, pero rápidamente las canciones emergen y hacen superar ese pequeño handicap.
Como ellos mismos anticipan en su nota de prensa, han dejado paso a la luz y canciones tan candorosas como esa ‘Nothing Is Quite Real To Me’ tan The Hold Steady, ‘You Make Me Feel All Down’, la certera y pop ‘Beloved’ y, por encima de todas, la maravillosa ‘Don’t Make Promises That You Can’t Keep’ (como aquella maravilla de Tim Hardin) establecen un necesario equilibrio con esa persistente vertiente lánguida y doliente de ‘4 A.M.’, ‘Dry But Not Confused’ o ‘Deadlines’. Es una pena que se enfanguen en desarrollos de blues algo sobados e innecesarios, como esos que les aproximan al Santana de los 70 en ‘Marble Moon’, que alargan el minutaje del disco aminorando su impacto. De cualquier forma, estamos ante uno de los discos más notables de americana que se hayan realizado en este país y eso ya no se lo quita nadie.
Calificación: 7/10
Lo mejor: ‘Don’t Make Promises That You Can’t Keep’, ‘Beloved’, ‘You Make Me Feel All Down’, ‘4 A.M.’
Te gustará si te gustan: Richmond Fontaine, Wilco, The Hold Steady
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