Coachella ha agotado sus entradas en menos de una semana. Exactamente en cinco días. Salieron a la venta el viernes pasado, al tiempo que su cartel, y se agotaron el pasado miércoles. No sería una noticia en Glastonbury, donde los abonos duran unas horas, pero lo es para el festival americano, pues estos datos suponen un récord en los 12 años de historia de Coachella. Durante el fin de semana se vendieron 51.000 tickets, frente a los 11.000 que se vendieron en 2010 en el período similar. Todo apunta a que el año que viene será peor. Y es que Coachella es cada vez más el festival de moda, sobre todo desde que América es tan indie.
- Publicidad -