Britney Spears / Femme Fatale

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Britney Spears / Femme Fatale

Los primeros treinta segundos de ‘Till The World Ends’, el primer corte de ‘Femme Fatale’, el nuevo trabajo de Britney Spears, bien podrían estar en cualquiera de los tres discos que a Robyn le dio por sacar al mercado el año pasado. Es una lástima que la canción después se vea reducida (por repetición, sobre todo) a un hórrido uoo-oh-oh-oh-oh-oh-oooooh-uoo-oh-oh-oh-oh-oh-oooooh en un bucle absurdo capaz de quitarle todo el protagonismo a unas estrofas bastante resultonas y a un final mejor que cualquier ‘Fireworks’ de Katy Perry. Pero la vida es así, y el séptimo disco de estudio de Britney Spears está lleno de potenciales buenas ideas que, llevadas a la práctica, se desinflan bastante.


La (segunda) ambición rubia parece no haberse dado por vencida después de pasar de jovencita virginal a loca de la pradera, pariendo para entonces ‘Blackout’, que es -de largo- el disco considerado como la obra cumbre de la Spears por sus fans. Por desgracia ella no parece decidida a haber publicado ya lo mejor de su carrera, incluso sabiendo que jamás de los jamases sacará nada ni la mitad de bueno que la grandísima ‘Toxic’. Así que Britney sigue subida a un tren que perdió hace tiempo y en el que nunca supo destacar suficientemente, en contraposición a lo que les ha pasado a otras jovencitas como Rihanna, dueña absoluta de las pistas de baile indies, mainstream, maricas y hetero de casi todos los países del mundo.

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Tampoco se le puede reprochar a la Spears contar con la producción del machacón Dr. Luke, artífice del pegajoso triunvirato que da inicio al álbum (la ya mencionada ‘Till The World Ends’, el aplaudido -pero flop– single ‘Hold It Against Me’ e ‘Inside Out’), que cumplen la función de predisponerte para que el disco te parezca mejor de lo que es. Y es que, como habíamos dicho, el álbum está lleno de ideas que podrían haber sido muy buenas, pero que se ven eclipsadas por unas decisiones que nos cuesta entender. Nadie sabe qué hacen esos silbidos à la Bob Sinclair en ‘I Wanna Go’, que podría haber sido un gran tema; ni el motivo de que ‘(Drop Dead) Beautiful’ recuerde en esencia a ‘Disturbia’. Es justo ahí, en la segunda mitad del álbum donde las canciones sufren un bajón considerable, quizá por la fatiga del oyente tras seis cortes sin tregua, a los que hay que añadir esa colaboración con will.i.am que es ‘Big Fat Bass’, repetitiva hasta la náusea. Y lo peor es que la cosa no remonta en demasía hasta que descubrimos ‘Trip To Your Heart’, que destaca poderosamente entre bastante paja, y que ni siquiera ese falsete es capaz de estropear. Claro, que lo que te deja realmente descolocado es ese ‘Criminal’ featuring El Flautista de Hamelín. Sin palabras me hallo. No obstante, ¿no se merece acaso un aprobado un disco del que bailarías la mitad de las canciones en una pista de baile, a veces sin llevar siquiera una cantidad de alcohol considerable en tu cuerpo?

Calificación: 5,5/10

Lo mejor: ‘I Wanna Go’ (si obvias los silbiditos), ‘Till The World Ends’, ‘Hold It Against Me’.
Te gustará si te gusta: Britney Spears, Rihanna, la Robyn más machacona.

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