Como en la política española, el mundo parece tender a polarizarse entre los haters y los little monsters que odian y adoran enfervorecidamente a Lady Gaga de una manera cada vez más radical. Es imposible no tener una opinión sobre ella porque está en todas partes, todos los días y, sin dejarnos respirar tras ‘The Fame Monster‘ y su subsiguiente gira, publica su segundo álbum largo ‘Born This Way’, anticipado hasta la saciedad. Parece obvio que todo ese ruido no beneficia demasiado a una Gaga que ha visto cómo la modernidad que antes le reía las gracias le está dando la espalda por pesada, cansina y grosera, y ella decide encerrarse cada vez más entre sus monstruítos. Y para colmo, ella se sale por la tangente con un casi absurdo intento de epatar, capitaneando una especie de revival de los clichés más sobados del pop-rock de estadio de los ochenta. Justo ahora que lo que mola, todos lo saben, son los noventa.
Y es que si su dirección de márketing es lo más parecido a un elefante en una cacharrería, algo parecido podemos decir de su dirección artística. La producción musical de los singles ‘Born This Way‘ y ‘Judas‘ ya se veía algo torpe y macarra, y sus vídeos y actuaciones venían a confirmarlo. Su impacto en las listas, aun con ventas millonarias, se diluyó rapidamente. Sin embargo, tras enfrentarnos a la hora dividida en catorce canciones que dura ‘Born This Way’ (el álbum), parece que hemos menospreciado a Gaga injustamente. Porque, cual doctora Frankenstein del pop, ha creado (ayudada por el habitual RedOne, el experimentado Fernando Garibay -creador de su ‘Dance In The Dark’- y Jeppe Laursen, del dúo Junior Senior) una amalgama a base de clichés totalmente demodés, mezclados con bases sucias de electro y eurodance que, por torpe y feíllo que resulte, funciona.
Una vez se asume que la delicadeza la persigue, pero ella es más rápida y que cosas como los solos de saxo (‘The Edge Of Glory’ y ‘Hair’), las guitarras heavy-AOR (‘Marry The Night’ y ‘Bad Kids’), las palmas populistas estilo Queen (ahí están las de ‘Yoü and I’ casi calcadas a las de, sí, ‘Radio Gaga’), las melodías del Springsteen circa ‘Born In The USA’ (‘Highway Unicorn (Road To Love)’, ‘Marry The Night’) y esa horrible portada guardan, sorprendentemente, una coherencia estética, podemos llegar a divertirnos con ‘Born This Way’. En este disco delirante incluso aquellos primeros singles que parecían fallidos cobran cierto sentido. También funcionan sus medios tiempos (‘Bloody Mary’, ‘Electric Chapel’), pero destaca sobre todo por una buena cantidad de estribillos que se adivinan perfectos para corear a lo loco. Incluso contiene algunos temas notables como ‘Government Hooker’ (con un estribillo un poco más eficaz, sería un indie-hit clarísimo) o la potente ‘Scheiße’. Sin embargo, en su ambición Gaga comete errores como la innecesaria sucesión de guiños masivos (esa ‘Yoü and I’, insufrible en directo), la autoparodia (esos «ga-gas» por doquier, de todas formas y colores, no pueden ir en serio, ¿verdad?) o, directamente, el humor grueso en una ‘Americano’ que solo se entiende como un mash-up de ‘No es usted un matador’ de Las Deblas y los Hermanos Calatrava.
Escuchando ‘Born This Way’ por primera vez me acordé, muy vivamente, de cuando con once años cayó en mis manos una cassette de ‘Slippery When Wet’ de Bon Jovi, que yo copié sobre alguna cinta de mi madre. Me parece estar viendo aquella cinta negra con el título escrito con bolígrafo azul, en mayúsculas grandes y molonas, sobre los restos de papel que quedaron al arrancar la etiqueta de papel en la que probablemente pondría «Rocío Jurado» o «Los Chichos». Escuchaba aquella cassette una y otra vez, memorizaba los solos, cada inflexión de voz e imitaba fonéticamente cada frase, aún sin sospechar siquiera qué decía, pero rindiéndome a unos himnos que me parecían poderosos y magnéticos, que me hacían sentir algo inédito en toda mi infancia. Y, seguramente debido a los muchos guiños que Lady Gaga realiza en ‘Born This Way’ a aquel AOR, me he reencontrado con aquel pre-adolescente que me ha recordado toda la excitación a la que puede inducir un himno de pop si lo acompaña una letra sobre sentirse como un inadaptado o sobre un amor no correspondido. Stefani Germanotta sabe hacer eso muy bien y, en ese sentido, ‘Born This Way’ es una mina que ayuda a comprender el porqué de su éxito y, con él, se ha ganado el crédito para seguir forjándose como el más representativo icono pop de esta década.
Calificación: 6,2/10
Temas destacados: ‘Scheiße’, ‘Government Hooker’, ‘Hair’, ‘Bloody Mary’.
Te gustará si te gustan: Bon Jovi, Britney Spears, Katy Perry.
Escúchalo: en Spotify.