Gang Gang Dance / Eye contact

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Gang Gang Dance / Eye contact

Una de las tendencias musicales más frescas de los últimos años ha venido de la (tímida) adaptación de ritmos tradicionales africanos o asiáticos por parte de las bandas más jóvenes, tal como hicieron Talking Heads, entre otros, en su momento. Nada nuevo. Otros grupos, sin embargo, van más allá y construyen todo un mundo a partir de estas influencias, como es el caso de Gang Gang Dance, que han sabido adaptar las mal llamadas «músicas del mundo» a su estilo sin dejar de perder en todo momento una personalidad única. No hay más que acercarse a anteriores álbumes como ‘God’s money’ (2005) o ‘Saint Dymphna’ (2008) para comprobarlo (mención especial merecen sus espectaculares portadas, muy acordes con la personalidad de cada disco y de la banda en sí).


Los neoyorquinos suenan M.I.A. balanceándose sobre Nueva York. No tienen la violencia verbal y rítmica de la tamil sino que más bien tiran hacia el espíritu experimentador y vanguardista que les une espiritualmente (no solo geográficamente) con Animal Collective, Black Dice o Yeasayer. En el caso de ‘Eye Contact’, su última referencia, el componente más duro de esta experimentación se ha atemperado y te podría recordar a algún rompepistas de discoteca a las tres de la mañana si no fuera porque, con los diez minutos del tema que abre el disco, ‘Glass Jar’, dejan claro que la cosa no va por ahí.

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En cuanto al sonido, abundan los teclados y baterías de corte ochentero, que muchas veces pueden situarse cerca de gente como Prince en cortes como ‘Mindkilla’ o ‘Romance Layers’. Incluso los timbales adicionales parecen haber sido tocados con las típicas percusiones electrónicas con parches con forma de pentágono que abundaban en la década prodigiosa. Pero no se trata de mero revivalismo, pues en la batidora de Gang Gang Dance entra de todo y se mezcla sin dificultad ninguna: ritmos exóticos convenientemente adaptados al oído occidental, sonidos envolventes, melodías que aparecen y desaparecen, y toques experimentales que saben dar personalidad al conjunto sin robar protagonismo al resto de elementos.

Dicho esto, a las canciones les falta un punto de enganche. Una vez pasada la sorpresa de sus primeros discos y rebajada la dureza de su experimentación han perdido cierta fuerza. Personalidad les sobra y el disco no aburre (lo he escuchado un buen puñado de veces estos últimos días sin que se me haga pesado) pero tampoco fascina. No obstante, el trabajo que están desarrollando sobre su propia fórmula les convierte en una referencia a seguir en el futuro.

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Calificación: 6,5/10
Lo mejor: ‘Adult Goth’, ‘Mindkilla’, ‘Sacer’
Te gustará si te gusta: M.I.A., Yeasayer
Escúchalo: Spotify

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