tUnE-yArDs / w h o k i l l

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tUnE-yArDs / w h o k i l l

Merrill Garbus ha tenido grandes aciertos en su segundo álbum, ‘w h o k i l l’. En primer lugar, el álbum enriquece su sonido derivando hacia el jazz, el R&B o el funk, donde el primero, ‘BiRd-BrAiNs‘, que se registró con una grabadora de mano, no podía llegar. En segundo, ha eliminado el «women» del título original, de manera que sus letras resultan más universales que feministas, como retrato del estado opresor de hoy en día. Y por último, el trasfondo africanista de los ritmos del álbum es el idóneo para aunar crítica social y sexo.


«Lo peor de vivir una mentira es preguntarse cuándo la gente se dará cuenta» es uno de los muchísimos versos contestatarios contenidos en ‘w h o k i l l’, exactamente en el primer corte del disco, titulado, para el perezoso que no suela prestar atención a las letras, ‘My Country’. ‘Doorstep’ por su parte es una forzada renuncia a comportarse como una «mujer encantadora y pacífica» en un mundo en el que la policía puede utilizar la violencia. Sin embargo, las letras del disco hablan también en masculino, como sucede en ‘Gangsta’, una especie de ‘In The Ghetto’ del siglo XXI, cuyas sirenas realizadas con voz (idea que, ojo, ya tuvo Bigfoot) están entre lo mejor del disco.

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La incorporación de vientos en ‘My Country’, de un bajo tan funk en el single ‘Bizness’ o de un ambiente tan jazzy en ‘Es-so’ dejan en muy buen lugar la producción del álbum, que además reserva el encanto de aquel debut en las deliciosas guitarras grabadas de mala manera en la introspectiva y hermosa nana ‘Wolly Wolly Gong’. Aunque por la vía más delicada, nada como ese ‘Powa’, casi reggae, en el que tUnE-yArDs sabe conjugar relaciones políticas y personales («me bombardeas con mentiras y humillaciones a diario, me bombardeas tantas veces que nunca encuentro mi camino»).

El sexo como vía de escape o como parte del juego político alcanza su cumbre en ‘Riotriot’, con Merrill fantaseando con hacer el amor en un tejado con el policía que detiene a su hermano. ¿Será una muestra de debilidad? ¿Será una estratagema feminista? La dualidad, en cualquier caso, le hace ganar puntos y, a pesar del enorme punto masculino de su voz, Garbus logra por el camino equilibrar el disco con un contrapunto de sensualidad, reflejado sobre todo en los ritmos, que encantará a los seguidores de M.I.A.

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Calificación: 7,9/10
Lo mejor: ‘Gangsta’, ‘Bizness’, ‘Powa’
Te gustará si te gustan: Dirty Projectors, Vampire Weekend, un cruce entre TV On The Radio y M.I.A.
Escúchalo: en Spotify

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