‘Mildred Pierce’, alma en suplicio

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‘Mildred Pierce’, alma en suplicio

En 1945, Michael Curtiz (‘Casablanca’, ‘Robin de los bosques’) rodó ‘Alma en suplicio’, basada en la novela ‘Mildred Pierce’ escrita por James M. Cain (‘El cartero siempre llama dos veces’, al que Bill Callahan dedicó su ‘Jim Cain‘). La adaptación transformaba el relato original en un vigoroso melodrama criminal, incluyendo un desenlace moralista como mandaban los códigos de censura de la época. Este retrato de una madre coraje le sirvió a Joan Crawford para ganar su único Oscar. Premio que, por cierto, recibió en la cama. La gran diva de la Metro no fue a la ceremonia porque, según dijo, tenía gripe. Las malas lenguas dicen que no asistió porque no pensaba ganar y no quería verse humillada públicamente.


Más de sesenta años después, el director Todd Haynes adapta el texto de Cain intentando alejarse todo lo posible de la película de Curtiz. Tras su revisión posmodernista del melodrama en ‘Lejos del cielo’ (2002) y el biopic cubista ‘I’m Not There‘ (2007), Haynes debuta en televisión con una miniserie de cinco capítulos producida por la HBO (estrenada el 10 de septiembre en Canal+).

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Pues bien, contra lo que nos tiene acostumbrados, ‘Mildred Pierce’ no supone ninguna ruptura o distensión de los códigos de, en este caso, el melodrama clásico. En una estrategia parecida a la seguida por Gus Van Sant en ‘Mi nombre es Harvey Milk‘ (2008), Haynes pone en cuarentena sus experimentos formales y narrativos para decantarse por un relato de corte naturalista, un melodramón en toda regla que solo se diferencia de los clásicos del género por una exposición más franca del sexo y un (re)gusto por la estética retro.

La buena noticia es que esta cara clasicota de Haynes es igual de estimulante que su lado más experimental. El director de ‘Velvet Goldmine’ (1998) realiza un intenso drama ambientado durante la Gran Depresión que traza constantes paralelismos con la situación económica actual. A través de la peripecia vital de una madre de familia (extraordinaria Kate Winslet), obligada a «buscarse la vida» en un entorno deprimido, y la maravillosa música de Carter Burwell (el compositor habitual de los hermanos Coen), el director reflexiona sobre la emancipación de la mujer, la lucha de clases y las tensiones derivadas de las relaciones maternofiliales.

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A pesar de ciertos desequilibrios del guión (como la brusca aparición del nuevo talento de la hija) y un exceso de golpes de efectos melodramáticos, Haynes sale más que airoso de su debut en televisión. Tanto que ya está preparando una nueva serie con la HBO: ‘Dope’, adaptación de la novela de Sara Gran protagonizada por Julianne Moore y ambientada en el submundo del crimen organizado del Nueva York de los cincuenta. 8.

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