Nick Lowe revivió el viernes en apenas noventa minutos de concierto, dentro del ciclo Heineken Music Selector, la magia de la canción eterna. Afable, elegante y con el porte sereno de dandy británico, el productor de los cinco primeros discos de Elvis Costello apareció en la noche madrileña al grito de «¿alguien puede verme?». Una velada en la que constató de primera mano que nunca es tarde para dignificar un pasado que continúa marcando escuela.
Con ‘Stoplight Roses’ de su último disco ‘The Old Magic’, Nick Lowe encandiló a los asistentes con su voz aterciopelada apoyado únicamente en la candidez de su guitarra. «Muchos españoles saben hablar inglés pero los ingleses, por su parte, no saben castellano», decía el británico pidiendo disculpas por adelantado por el desconocimiento del idioma. De su tercer trabajo desempolvó ‘Heart’ para, finalmente, presentar al resto de la banda e interpretar su alabado ‘Ragin’ Eyes’ con marcado carácter sureño. El virtuosismo del contrabajo y la elegancia de Geraint Watkins al órgano, quien se había encargado previamente de arrancar magistralmente la velada, hicieron el resto.
El concierto sirvió para comprobar que el talento para presentar las canciones en directo es lo que realmente hace grandes a los artistas. Y Nick Lowe sabe cómo conseguirlo. El británico podría haber caído en el recurso de presentar exclusivamente su último disco, lo que habría sido una especie de suicidio si se tiene en cuenta su prolífica carrera. Sin embargo, revisitó el pasado y alegró a los asistentes con un concierto que dejó cierto halo de nostalgia por las cosas bien hechas.
Tras ‘I Trained Her To Love Me’, Nick Lowe sacó su fuerza para proseguir con ‘I Live on a Battlefield’. Cuatro décadas al pie de cañón que resumió con este tema atemporal en el que la vida se muestra tal cómo es: un verdadero campo de batalla. Entre susurros y su apuesta por los recursos de vieja escuela, nos regaló una de las obras más exquisitas de su nuevo disco. ‘I Read A Lot’ es, desde luego, una pieza para degustar con calma y emocionarse, si no lo habíamos hecho antes. ‘Cruel To Be Kind’ se coló casi sin darnos cuenta mientras las voces coreaban con ímpetu este tema de pinceladas setenteras.
La noche no acabó aquí. Y tras esa golosina llamada ‘Sensitive Man’ o la magnífica ‘Without Love’, con tímidos bailes del cantante incluido, Nick revisitó su esperado ‘(What’s So Funny ‘Bout) Peace, Love, and Understanding’, el clásico que Elvis Costello elevó al estatus de canción atemporal. El británico se guardó para el final ‘I Knew the Bride (When She Used To Rock And Roll)’, una inyección enérgica con tintes country que elevó los ánimos de los asistentes que se negaban a abandonar la sala. Los aplausos obligaron a Nick y a su troupe a volver al escenario hasta en dos ocasiones más. Nadie quería perderse su revisión intimista y delicada de ‘Alison’ de Elvis Costello. El broche perfecto para una velada de las que dejan huella.
Foto: Heinekenpro