Rock en su expresión más minimal

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Rock en su expresión más minimal

En un viernes plagado de conciertos en la capital madrileña elegimos acudir a una sala pequeña, la Nasti, y ver a dos grupos de corta vida: His Majesty The King, con un reciente, LP ‘Long Story Short’ (Cuervo Music, 2011) y Género Chico, que apenas ha dado dos conciertos y está preparando su primer y prometedor EP.

El escenario de la Nasti parecía haber sido atrapado por la película ‘Jumanji’, con plantas y flores subiendo por pies de micro, amplis y monitores. Los primeros en aparecer fueron Género Chico, con su cantante y bajista disfrazado de Jack Skellington de ‘Pesadilla antes de Navidad’, mientras que el guitarra vestía de sirvienta y el batería llevaba un gorro de Papá Noel de punta que le hacía parecer un duendecillo. De esta guisa dieron una actuación con inconfundible sabor a noise noventero, entre Sonic Youth y el post-hardcore de gente como Shellac.

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En espíritu, sin embargo, son deudores del pop independiente de aquella época de gente como Sebadoh, aunque a la hora de hacer una versión les tiró hacer algo más cercano en tiempo y espacio como es La Estrella de David y su tema ‘Vejaciones en la costa’. Les vi en su anterior concierto, en La Faena II, que fue un puñetazo en la cara. En el Nasti estaban más comedidos y mejor compenetrados, su lado más melódico salió a la luz y la voz se dejó escuchar más. Han grabado un EP que verá la luz a finales de enero y que contiene temas que merecen muchas escuchas atentas, como ‘Putas y viajes’ y ‘Zanahorias’, buen ejemplo de su psycho-copla-rock (como ellos mismos se definen) y que ayer decidieron estirar por encima de los diez minutos hasta que el técnico de luces de la sala empezó a darles avisos porque se estaban yendo de la hora. Aunque lleven poco tiempo suenan muy compactos, con personalidad y llenos de energía. 8.

Después de Género Chico les llegó el turno a His Majesty The King, dúo de rock a lo White Stripes pero sin llegar a sus cotas de salvaje blues rock y con los roles cambiados: aquí el chico se sienta a la batería y la chica toca la guitarra y canta, aunque en un tema decidieron cambiar los papeles (hay que decir que aunque no lo hicieron mal, a ambos les sienta mejor su sitio habitual).

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Muy compenetrados -ambos de lado sobre el escenario y mirándose de frente todo el tiempo-, desgranaron su primer álbum, cantado en inglés con alguna que otra excepción, deudor de una revisión del rock clásico en su vertiente comercial (Black Crowes), con el punto de crudeza que le aporta ser solo un dúo de guitarra y batería. También se atrevieron con una versión, en este caso el ‘Bleed’ de Nirvana.

Lo básico del armazón de His Majesty The King y sus canciones de dos minutos hace que se pueda perder el ritmo del concierto enseguida y un pequeño parón, como les pasó a mitad de actuación, les perjudicó bastante. Sin embargo, sus tablas sobre un escenario se notaron cuando volvieron pronto a coger ritmo, comiéndose un ‘Langostino’ y desarrollando una segunda parte ligera como la primera. Para el final, una de sus mejores canciones, o al menos la de nombre más difícil de olvidar, ‘Si no me vas a follar por lo menos no me jodas’, que a pesar de su título en español está cantada en inglés. Actitud no les falta pero, personalmente, se me quedan algo cortos en variedad. En cualquier caso, si te gusta su estilo merece la pena pasarse a verles. 6,5.

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