Lo bueno de los conciertos es que raras veces los músicos se ciñen a su última obra para dejar en el olvido sus trabajos anteriores. Y eso tampoco ocurrió en el concierto de Maika Makovski. La mallorquina dejó claro con su directo en el Ochoymedio la pasada semana que su último disco ‘Thank You For The Boots’ no esboza su sonido definitivo. Y es que Maika se muestra igual de cómoda detrás del piano que descargando energía con la guitarra. Y eso se agradece.
Al grito de “hola cabrones, hola golfas”, Maika Makovski arrancó la gira de presentación de ‘Thank You For The Boots’. La velada comenzó con ‘Language’, el primer single de su nuevo disco, aquel que la cantante describió como más luminoso en su particular universo oscuro. La primera parte sirvió para constatar ese cambio de rumbo en su trayectoria que tuvo como punto de partida su disco ‘Desaparecer’, en el que ya ahondaba en las bondades del piano. De su etapa anterior, la cantante rescató ‘Tha Bastard And The Tramp’, perteneciente a su disco homónimo, para pasar a continuación a ‘A Dream’.
Maika recordó al pianista Leon Russel al comienzo de la presentación de la juguetona ‘Cool Cat’, de su último disco. La cantante dedicó la canción al norteamericano mientras golpeaba las teclas y lanzaba algún guiño a su reciente incursión en el mundo de la interpretación. Sin embargo, quizá el momento más aplaudido y esperado de la velada fue cuando la sensual Maika de ‘Ruled By Mars’, ‘Lava Love’ y la de los retazos western de ‘Avoiding You’ salió al escenario. Porque en la oscuridad ella sabe brillar con luz propia. Con el toque eléctrico de ‘Nevermore’ y el momento cumpleañero con regalos de por medio, despachó un concierto en el que confirmó que lo suyo, definitivamente, son los contrastes.