El próximo 31 de mayo y el 1 de junio Vetusta Morla actuará junto a la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia en un concierto benéfico para apoyar la reconstrucción del Conservatorio Narciso Yepes de Lorca, que fue destruido por completo en el terremoto que asoló al municipio hace ahora un año. Profesores de esta institución querían adaptar canciones del grupo para orquesta, pero a los de Tres Cantos les gustó tanto la idea que decidieron sumarse al proyecto para ofrecer el concierto más especial que han dado en sus más de diez años de andadura. Charlamos con Guillermo Galván, teclista y guitarra de la banda, sobre tocar con ochenta músicos a tus espaldas, el disco en directo de Portishead de 1998, el éxito de ‘Mapas’, la revolución musical pendiente y la gira que les llevó por Inglaterra, Estados Unidos y México, entre otras cosas. Os recordamos que Vetusta Morla tienen varias fechas por todo el país los próximos meses, lo que incluye el Bilbao BBK Live, Mérida Indie, etcétera.
¿Habéis empezado a ensayar ya con la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia?
No, hasta que no lleguemos a Murcia no lo haremos. Estamos haciéndolo todo por MIDI, ellos nos mandan los arreglos y nosotros trabajamos con el ordenador.
¿Va a cambiar vuestra forma de tocar o es la orquesta la que se adapta a vosotros?
¡Cambia totalmente! Es un proyecto que llevamos trabajando casi un año, desde el verano pasado. La gente del conservatorio se puso en contacto con nosotros y la propuesta inicial era un concierto con canciones de Vetusta Morla adaptadas a orquesta sinfónica pero en el que nosotros no participábamos. Pero nos pareció muy interesante y al final cada profesor escogió una canción del grupo e hizo una versión para orquesta sinfónica. Son doce o trece canciones arregladas para orquesta y nosotros estamos adaptándonos a ellos con nuestro equipo. Pero no queremos hacer las canciones tal y como suenan en el disco y meter una orquesta detrás, no nos gusta el rollo hortera de banda tocando con guitarras eléctricas y detrás la orquesta en plan épico. Queremos ver de qué manera podemos cambiar la instrumentación: hay canciones en las que apenas tocamos, otras en las que solo hay voz, otras en que tocamos todos pero la instrumentación cambia…
La orquesta hace los arreglos y vosotros os adaptáis a ellos, entonces.
Sí, respetamos lo que cada uno nos manda al ser un proyecto solidario, no es como si fuera un disco 100% de Vetusta Morla en que quieres que salga todo como tienes en la cabeza. Aunque no suene exactamente como quieres tú, tienes que respetar que es un proyecto colectivo. Hemos dado unas pautas generales, luego hemos recibido los arreglos -como son arreglistas diferentes, cada uno entiende la música de una u otra forma-, ha habido algunos con los que nos hemos quedado a la primera y otros que hemos trabajado más a través de internet, con MIDIs, etc., sugiriendo cosas hasta que hemos llegado a un punto en el que todos nos sentimos cómodos tocando. Está siendo muy divertido porque algunas canciones se han respetado mucho pero otras son muy distintas y es como si estuviéramos haciendo una versión de Vetusta.
Además, la visión de estos profesionales supongo que es muy enriquecedora.
Totalmente, nosotros estamos aprendiendo mucho. Somos una banda de rock y casi todos somos autodidactas, trabajando con bloques muy establecidos, estrofas y estribillos. Su mundo es completamente distinto, tiene partes apasionantes y es complicado, por lo que tenemos que readaptarnos a su forma de trabajar. A nivel melódico aportan mucha riqueza y nos hacen ver nuestras canciones desde otro punto de vista, no solo la base con batería y bajo, las guitarras haciendo unas historias y la voz estando por arriba… Es como un todo, date cuenta de que vamos a estar casi noventa músicos en un escenario. Va a ser algo muy bonito, la verdad.
Sentir ochenta músicos detrás tiene que ser impresionante. Vuestra música se presta a este tipo de arreglos, con muchos detalles, ¿os gustaría continuar con esta senda en el futuro? El concierto se grabará al menos…
Es un momento muy especial como para no dejarlo registrado. Hay canciones que con estos arreglos han ganado mucho más, parecen casi una banda sonora. Las combinaciones de orquesta y banda que más nos han gustado han sido en las que se integran los dos como un único grupo. No es como una orquesta que está por detrás y hace un colchón. En ese sentido, lo mejor que se ha hecho es el directo de Portishead en Nueva York que grabaron ya hace unos años. Hemos intentado trabajar con esa idea, hay una parte muy orgánica y muy clásica, pero nos gustaría introducir algo que lo complemente, más sucio. En esas estamos, aunque haya sido una locura, merece la pena.
Hace poco tuiteasteis el hashtag #YoVoy12M. Junto al concierto benéfico os muestra como una banda comprometida, ¿veis necesario, como banda influyente, implicarse en este tipo de eventos?
El compromiso es más una decisión como ciudadano que como miembro de un grupo. Cuando ese apoyo lo compartimos los seis, decidimos darle voz en el nombre de la banda. En el caso de Lorca, es bonito y positivo que tu trabajo ayude a otros, y si además te enriquece, como es el caso, mejor. También hemos participado en proyectos de apoyo para pacientes de enfermedades relacionadas con el VIH, para el pueblo saharaui, etc. Supongo que cuando tienes un Twitter al que le das un botón y te leen noventa mil personas estas cosas se amplifican más, pero si tuviéramos cien seguidores haríamos lo mismo.
¿Estuvisteis en la manifestación del 12M?
Yo no estuve porque estaba fuera, pero sí a la del domingo en Sol y el resto del grupo estuvieron casi todos.
Hablando de revoluciones, ¿cuál es la revolución pendiente en la industria musical?
No sé si llamarlo revolución, evolución, no sé… Para intentar evolucionar, hacer obras en cualquier ámbito artístico que estén acordes a los tiempos que vives, tienes que ser una persona con los ojos muy abiertos e intentar ser multidisciplinar. Cuanto más sabemos del mundo en el que vivimos y cómo funciona el sistema somos más libres. El «Antiguo Régimen» musical partía de unos artistas semisagrados que no tenían que preocuparse por nada y existía un escudo gigante que era la discográfica, los managers e intermediarios que se repartían el dinero y hacían que esa persona no se preocupase ni de dónde se fabricaban sus discos. Con la caída de ese «Antiguo Régimen» y con la llegada de un nuevo modelo que tiene que crecer todavía, ha cambiado radicalmente. Ahora, la mayor parte de la gente que ha sacado un disco se ha tenido que trabajar todos los aspectos, llegar a un acuerdo con un tío que le hace la distribución, ir a la fábrica para ver cuánto vale fabricar un disco, se pagan el disco y tienen que buscar estudios… Ahora, cualquier persona que tiene un grupo posee un conocimiento global de toda la estructura musical mucho más amplio que esa estrellita que se formó hace 15 o 20 años. Para mí, ese ha sido el cambio más grande, la toma de conciencia de todos los engranajes. Somos más libres a la hora de decidir cómo queremos hacer nuestra música, moverla y hasta dónde llegar. Por ejemplo, nosotros hemos tomado algunas decisiones que no sé si serán las más acertadas pero nos hacen sentir mejor, como no hacer música para anuncios, no queremos que nuestra música se vincule directamente a un producto o una marca, aunque luego vayas a un festival y tengas el anuncio de una cerveza detrás. Tienes ese anuncio dentro de tu trabajo normal, que es actuar. Son muchos factores que permiten guiar tu carrera, y hace unos años esa carrera venía guiada por gente muy alejada de ti.
De hecho, formasteis vuestra propia discográfica, Pequeño Salto Mortal, para publicar vuestro material. Has comentado cuánto tiene que tener de «empresario» un músico, esas labores que antes delegabas en alguien y de las que ahora te tienes que encargar tú.
Hombre, la palabra empresario a veces la pensamos como algo peyorativo, es más bien «responsable de tu trabajo». La labor del músico no se limita a tocar encima de un escenario, yo creo que hay una responsabilidad en las canciones y sobre los discos. Si tu disco lo venden en una tienda a 24 euros, la manera en que tú haces ese disco está siendo desvirtuada en esa tienda porque lo ponen a precios abusivos. Tú, como músico, tienes responsabilidad en el precio. Implica hacer un trabajo extra y a veces es complicado, porque tienes que hacer números, encargarte de cómo sale un disco, de gestionar cómo haces una promoción… Son horas de decisiones pero al final miras atrás y aunque hayas cosas en las que hayas estado equivocado, al final has seguido los pasos que querías seguir.
Una de esas decisiones fue colgar en streaming ‘Mapas’ antes de salir a la venta y fue un éxito, disco de oro, el puesto veinticinco de los más vendidos de 2011, aunque no sé si estas listas siguen interesando o son un vestigio del pasado.
Son datos. Nosotros echamos cuentas para que podamos seguir haciendo discos y vivir de esto, no miramos las listas de ventas semanalmente pero está claro que cuando te dicen que tu disco ha sido uno de los más vendidos del año y te van saliendo las cuentas te sientes muy afortunado. También piensas que la estrategia de poner ‘Mapas’ para que lo escuche todo el mundo no ha sido tan descabellada porque lo que tú ofreces en un disco es algo distinto. Intentamos que quien compra ese disco no solo compra la música sino un objeto que gusta tener en casa y eso se valora. Hoy en día, acceder a un archivo mp3 o a una canción en internet es cuestión de segundos, pero si te lo curras haces algo apetecible para que la gente lo compre, pues al final hace el esfuerzo. No podemos olvidar que estamos en un momento complicado y se compran muchos menos discos y se va menos a los conciertos que hace un año.
¿Cuánto creéis que le debéis a internet en la difusión de vuestra música?
Está bien pero al final no deja de ser un medio. Para que un grupo funcione en internet tiene que tener canciones y directos. Aunque fuera minoritario porque solo tocábamos en Madrid, el directo funcionaba bien, llenábamos. A nivel mediático y discográfico había un poco de desinterés por el grupo, pero a nivel de público la cosa funcionaba muy bien. Llegó un momento donde se juntó todo, sacamos un disco y gracias a internet la gente pudo acceder a él, los conciertos empezaron a ser en lugares más grandes y todo eso fue una bola de nieve que se fue haciendo cada vez mayor. Cuando llegaron los premios y los reconocimientos, no obstante, ya existía una gran respuesta de la gente. Los medios, para este tipo de cosas, llegan tarde. En el momento en que te saca un telediario sales en todos los demás porque se alimentan unos de otros. Respondiendo a la pregunta, internet ha sido importante pero como otras tantas cosas.
En algunos lados todavía se sigue viendo a Internet como un enemigo.
Internet ha cambiado la manera de entender el negocio y quien lo tenía lo ha perdido. A quien te lo quita lo ves como un enemigo, pero no creo que internet sea en sí mismo ni un enemigo ni un amigo, es un medio, el más importante que existe en la actualidad, y habrá que utilizarlo de la forma más apropiada, tanto los usuarios -para escuchar música y compartir sus canciones-, los músicos -para hacer su trabajo- y la industria, o lo que queda de ella, para intentar hacer rentables sus productos. No creo que internet vaya a acabar con las discográficas, que siguen sacando tajada. Las compañías que compraron las discográficas, como Sony, Virgin y demás, son las que se enriquecieron vendiendo CDs y DVDs vírgenes y dentro de unos años la discográfica al uso no será la que estamos acostumbrados a ver sino la empresa que te instala el ADSL en tu casa, que ya están empezándose a meter en un montón de movidas relacionadas con la música: Terra tiene cosas, sobre todo en Sudamérica, y tendrás a Vodafone y a otros. Son los que se están adueñando y enriqueciéndose con la música «gratis», porque la música en internet no es gratis, estás pagando una línea ADSL a Telefónica. Quien se está enriqueciendo con esto no son los músicos ni las discográficas sino las compañías telefónicas.
Cambiando de tema, acabáis de venir de una gira que os ha llevado por Londres, Estados Unidos y México. No es la primera vez que salís de España pero sí la primera en que dais tantos conciertos seguidos fuera de España.
Normalmente, cuando salíamos fuera íbamos a sitios concretos, Argentina, México… Era algo puntual, y esta vez era la primera vez que tocábamos en una ciudad, volvíamos al aeropuerto, tocábamos en otra ciudad y así. Ha sido muy intenso pero muy importante. Hemos llevado canciones a sitios que ya habíamos estado, como México, y nos hemos dado cuenta de que la cosa funciona cada vez mejor. Luego, en otros que a priori no estaban en nuestra imaginación, como Londres, donde llegamos a una sala y había 2.500 personas, un montón de gente…
México suele ser el punto de inflexión para muchas bandas que están alcanzando otro nivel, lo señalan como la experiencia internacional más importante.
Es la puerta al sur de Estados Unidos y también a Sudamérica. Tiene una manera de entender la música y un público que va a conciertos, con ganas increíbles de ver bandas en directo, muy acostumbrado además a que vengan bandas españolas. En el Vive Latino hemos estado con Napoleón Solo, Manos de Topo, El Columpio Asesino… Es un sitio muy agradecido, desde el momento en que te cogen cariño allí es muy difícil después que te olviden. Hemos notado, además, que a medida que vamos, llenamos salas cada vez más grandes. Era la primera vez que íbamos a Tijuana, que fue increíble, y también en Los Angeles, Chicago, Nueva York. Era en salas modestas, de 400-500 personas, y con mucha presencia de inmigrantes españoles y de hispanohablantes pero también un porcentaje de gente local que de alguna manera ha llegado al grupo, no sabemos muy bien cómo.
Tocasteis en el South By Southwest. ¿Cómo es aquello?
Yo no he visto nada igual nunca, hay ciento y pico escenarios a la vez, muchos de ellos en garitos, y aparte de la programación oficial, tienes a gente tocando por la calle. Son como unos sanfermines del rock, todo lleno de gente desde por la mañana -mucha duerme en la calle-, no para de haber música… A nivel de espectador es muy bonito, una ciudad tomada por la música durante una semana. A nivel musical, es complicado dar calidad en un ambiente tan masificado, y para el músico es un poco estresante porque no haces los conciertos en las condiciones que querrías. Pero como espectador es una experiencia impresionante, por allí pasa todo el mundo, y si no ha pasado este año ya lo hará el que viene.
Un par de preguntas más. Mirando hacia atrás, ¿os habéis planteado qué hubiera pasado con Vetusta Morla de no alcanzar este éxito masivo al que habéis llegado?
Sí, claro, durante todos los años que estuvimos «picando piedra» pensabas en el futuro, pero todo tiene que ver con la ilusión. Cuando te ilusiona hacer canciones, juntarte y el momento del ensayo es especial, dar un concierto lo es también… Mientras eso está ahí, hay gasolina. Cada año que pasábamos teníamos un incentivo, una grabación, un viaje, estuvimos a punto de haber grabado el primer disco mucho antes. Pasaba el tiempo y la respuesta de la gente era muy buena aunque no era masiva, y todo nos daba alas para mantener la ilusión. No sé lo que hubiera pasado, a lo mejor llegaba un momento en que te planteabas, no dejar de tocar, pero sí dedicarle tanto tiempo porque tenías que ganarte la vida por otro lado, como todo el mundo, compatibilizar el trabajo con los ensayos y los conciertos.
Tenéis anunciados conciertos hasta julio. ¿Hasta cuándo va a durar la gira? ¿Pensáis ya en grabar material nuevo?
Estamos pendientes de volver a América pero lo más probable es que termine después del verano en España, en octubre. No es seguro pero no queremos hacer una gira mucho más larga porque ya hemos pasado por casi todos los sitios y tenemos pendiente material nuevo que queremos empezar a trabajar. Además, es bueno dejar una temporada de barbecho para que la gente te eche de menos y puedas volver con fuerza.
¿Probáis los temas nuevos en directo?
Todavía no los hemos montado en el local. Ahora es complicado porque con el primer disco sí que tocábamos canciones inéditas pero ahora las que dejamos sin tocar de nuestro repertorio anterior te las piden y es más fácil tirar de esas canciones que se han caído del repertorio que probar tema nuevo. Está bien probarlos, no solo para ver cómo reacciona la gente sino cómo te sientes tú al tocarlos, ya que no es lo mismo que en el local de ensayo.
No tenéis fechas definidas para grabar todavía.
Como tampoco tenemos fecha de salida de nada… El disco lo tendremos cuando estemos contentos con las canciones que haya y tenga sentido empezar a grabar.