Siendo egoísta, el desamor es una de las mejores cosas que le pudo haber pasado a Sharon Van Etten. Situémonos. Después de una terrible ruptura sentimental, la de Brooklyn escribe las canciones de ‘Because I Was In Love’ (Language of Stone, 2009), un álbum íntimo y desgarrador en el que simplemente suenan Sharon y su guitarra y que contiene joyas como ‘Consolation Price’ o ‘Tornado’. En este debut, el aura que rodea a Sharon Van Etten se acerca a la profundidad y al malditismo de artistas como Sibylle Baier o Karen Dalton. Un año más tarde, se pone a la venta ‘Epic’ (Ba Da Bing, 2010), un largo de siete canciones que al ser tocadas con banda suenan menos crudas. En cualquier caso, Sharon aún tiene el corazón herido. Basta con prestar atención a todas las letras («I wish I could make you right» dice en ‘Don’t Do It’).
Si la vida de Sharon Van Etten fuera un cuento de hadas, su música no tendría la misma carga emocional, pero con el paso del tiempo la notamos menos afligida, quizá porque las rupturas las ha superado rodeada de buenos amigos como Zach Condon, los miembros de The National y The Antlers, entre otros, y también porque la vulnerabilidad que reflejaba en sus dos primeros discos, ha sabido transformarla en fuerza. Esto es lo que se encontramos en ‘Tramp’ (Jagjaguwar, 2012), donde aparece una Van Etten menos introvertida (su cara en primer plano es la portada del disco) y dispuesta a arrasar con todo lo que venga a su paso. Para su grabación, tuvo que armarse de paciencia. Comenzó en octubre de 2010 y no concluyó hasta julio de 2011, debido a la incompatibilidad de fechas entre ella y Aaron Dessner de The National, quien ha estado implicado en la producción y además giraba por esta época. El sótano de Dessner se convirtió en esos meses en una especie de casa de Gertrude Stein por la cantidad de músicos que por allí pasaba para colaborar con la artista, si bien Van Etten suele asegurar en las entrevistas que ‘Tramp’ “es un disco hecho con sus amigos y no por sus amigos”. ¡Pero qué amigos! Jenn Warner de Wye Oak, Julianna Barwick, Matt Barrick de The Walkmen…
El álbum, grandilocuente, comienza con ‘Warsaw’, un tema impetuoso en el que se escucha cómo la música de The National ha ejercido una gran influencia sobre ella. La fuerza continúa con ‘Give Up’, un tema de despecho con un estribillo del que difícilmente nos olvidaremos: «You’re the reason why I’ll move to the city or why I’ll need to leave”. ‘Kevin’s’ es quizá la que más se acerca a la primera etapa de la norteamericana y ‘Serpents’, el single que se presentó el pasado noviembre, un tema épico que se engrandece gracias a la colaboración de Matt Barrick a la batería: el sello Walkmen se escucha en toda la canción. En ‘All I Can’ hay reminiscencias a Cat Power y ‘Leonard’ fue escrito para Leonard Cohen, una de sus primeras influencias musicales, mientras en ‘In Line’ vuelven el desaliento y la decadencia.
Si ‘Because I Was In Love’ era el disco de ruptura y ‘Epic’ el de la exaltación de las emociones, ‘Tramp’ es el que cierra la trilogía, el disco en el que Sharon Van Etten se resigna, como demuestra ‘Magic Chords’, un tema sensual, con una cuidada instrumentación, en el que nos recuerda que “a veces también hay que perder”. ‘Ask’, ‘I’m Wrong’ y ‘Joke or a Lie’ son las tres últimas canciones de uno de esos discos que abaten y que además incitan al masoquismo, como ‘Hospice’ de The Antlers. ¿Quién no quiere abrazar a esta chica o, más «loser» todavía, desea ser abrazado después de escucharla cantar?
Sharon Van Etten es una de las estrellas más esperadas del San Miguel Primavera Sound. Visita nuestro especial y conoce a otros asistentes con la aplicación Face Dancers.
Calificación: 7,8/10
Lo mejor: ‘Give Out’, ‘Serpents’, ‘I’m Wrong’
Te gustará si te gusta: Cat Power, Neko Case, Linda Perhacs, Sibylle Baier, The National…
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