La segunda jornada del Bilbao BBK Live se inició con un amenaza constante de lluvia -que al final se materializó- y con una sensación, por las largas de colas para subir al recinto, de que la asistencia de público iba a ser todavía mayor que la del jueves. Efectivamente, la organización estima que unas 39.500 personas se dieron cita en Kobatemendi, a punto de superar el récord de asistencia de hace unos años con Metallica como cabeza de cartel, para disfrutar de una programación presidida por la actuación de Radiohead.
La jornada comenzó con los bilbaínos Zea Mays, que no consiguieron congregar demasiado público, en el Escenario 1. Tocaron sus temas con más intención que fuerza tal vez debido a la amplitud del escenario. No faltó la reivindicación al derribo del Gaztetxe Kukutza, con el tema de mismo nombre, ni su gran hit ‘Negua joan da ta’ coreado hasta la saciedad en ciertos sectores de la juventud vasca.
Los mexicanos Zoe se congregaban a la misma hora en el escenario 3. La hora y la situación, justo en la entrada, no jugaron a favor del grupo, que sufrió la indiferencia de los asistentes que pasaban por ahí camino al escenario 2 para la actuación de Noah and the Whale, primer plato fuerte de la jornada. Los autores de ‘Last Night On Earth’ tampoco congregaron gran cantidad de público y demostraron que las pocas virtudes que tienen en estudio se evaporan en directo.
La primera sorpresa de la segunda jornada del BBK Live vino de la mano de Mumford & Sons. El público que abarrotaba el Escenario 1 acompañó al grupo de principio a fin haciendo que su propuesta folk -mitad Fleet Foxes, mitad The National- fuese una de las protagonistas del día. La respuesta de los asistentes a ‘Winter Winds’ y a ‘Little Lion Man’ fue de las que ponen la piel de la gallina. La banda adelantó algunos temas nuevos de su próximo disco y no podemos estar más impacientes por poder escuchar su siguiente trabajo.
Bigott, al igual que hizo La Habitación Roja el jueves, volvió a reventar la Carpa Vodafone en su actuación de ayer. Sin caer en el recurso fácil de utilizar sus principales hits para atraer al respetable, el zaragozano disfrutó en el escenario e hizo disfrutar al público plantando cara a la actuación de los Kooks que se encontraban en ese mismo momento tocando en el Escenario 2. Los ingleses quizás gozaron de un mayor apoyo por parte del público pero el lamentable sonido y la endeblez de su directo hizo que el autor de ‘Dead Mum Walking’ y ‘Cool Single Wedding’ se alzase con la victoria. A destacar, dentro del estupendo concierto que se marcó Bigott, el ‘Cannibal Dinner’.
Kieran Hebden o, lo que es lo mismo, Four Tet, comenzó una sesión de electrónica y juegos de luz mientras el público cogía sitio para la actuación, en ese mismo escenario, de Radiohead. El productor inglés, que ya conoce lo que es telonear a la banda de Thom Yorke, protagonizó una sesión que, casi con total seguridad, fue lo más “avanzado” que ha programado nunca el BBK Live a esas horas.
Con el recinto completamente intransitable por la gran afluencia de público, Radiohead saltó al escenario con la ventaja de saber que hicieran lo que hicieran la audiencia estaba de su lado. Su actuación -la segunda más vista en la historia del festival-, de duración razonable para la salud de las piernas y espaldas de los asistentes, se centró en ‘The King of Limbs’ y en ‘In Rainbows’ aunque no se olvidaron de grandes éxitos como ‘Paranoid Android’ y ‘Karma Police’, con los que la gente sacó sus móviles como si no hubiera un mañana. La contundencia del sonido y de la calidad de las proyecciones, que recordaban bastante a la portada de su último disco, hizo que incluso los mayores detractores de la banda tuvieran que guardar silencio ante semejante derroche de talento. La versión de ‘After the Gold Rush’ y los cojones que demostró Thom Yorke diciendo, en un festival patrocinado por una Caja de Ahorros, que la gente tenía que salir a la calle para castigar a los bancos fueron el broche final.
En los últimos acordes de ‘Paranoid Android’, algunos asistentes comenzaron a emigrar hacia el Escenario 2 y la Carpa Vodafone, donde esta vez se solapaban 2 grupos españoles – el dj francés Etienne de Crecy actuaba en el Escenario 3 a la entrada del recinto-. Vetusta Morla hacen casi honor a su nombre por el número de veces que han actuado en las laderas del monte Kobeta. Sigue sorprendiendo la innegable conexión que existe entre Pucho y el público, llegando incluso a comentar alguna consigna social que fue recibida entre aplausos. Vetusta Morla sonaron seguros de sí mismos, con la conciencia tranquila al saber que pueden llenar estadios y que una gran parte del público no les va a quitar la etiqueta de “indies”. Mientras tanto los gallegos Triángulo de amor bizarro sabían lo que el público que estaba en la Carpa Vodafone buscaba y no dudaron en dárselo. Además de trallazo tras trallazo, dieron un speech con el que estuvieron a punto de meterse en camisa de once varas aunque acabaran salvando la situación con un “me cago en el PP”. La banda gallega dio uno de los mejores conciertos del festival y presentaron una canción nueva que se llama ‘Follar’. Concierto corto, intenso y efectivo.
Tras la actuación de TAB, los Victoria Secret convirtieron la Carpa Vodafone – y prácticamente todo el recinto porque ahí no cabía un alfiler y había más gente fuera que dentro – en una auténtica verbena indie en la que todo el mundo bailó como si tuviera un hijo en la cárcel. Nicolás del Moral, Íñigo Díez.
Fotografías: Musicsnapper & Tom Hagen