«Señoras octogenarias que restauran cuadros». Podría ser el nombre de un grupo de Facebook pero no, es una historia completamente real. Una parroquiana del Santuario de la Misericordia, en la localidad zaragozana de Borja, decidió que la obra de arte que decoraba uno de los muros de la iglesia estaba muy estropeada, y ni corta ni perezosa agarró un pincel y una paleta y se puso manos a la obra.

Y la obra se le fue de las manos, como se puede comprobar en El País hoy.

Pero lo mejor de esta noticia es que el humor no se ha hecho esperar, y ya hay un grupo de Facebook dedicado a la causa… con auténticas maravillas con las que pasar el rato y las horas.

Por cierto, el Ecce Homo restaurado ya tiene Twitter.