Benjamin Gibbard / Former Lives

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Benjamin Gibbard / Former Lives

Para un artista que escribe letras tan románticas y melancólicas (a veces con un punto cruel, eso sí) como las de Ben Gibbard, lo esperado es que una ruptura tan sonada como la suya con Zooey Deschanel desemboque en más melancolía y desgarro amoroso para futuras canciones. El final de su relación tuvo lugar entre el último álbum de Death Cab For Cutie (‘Codes & Keys‘, 2010) y ‘Former Lives’, su primer disco en solitario, que ha visto la luz a comienzos de esta semana. Aquellos que estén sedientos de carnaza se quedarán con las ganas de escuchar a Gibbard llorar a su ex por las esquinas, ya que este álbum es una especie de recopilación de canciones que Gibbard había compuesto inicialmente para DCFC, pero que se fueron quedando al margen del repertorio de la banda. Según comentaba el cantante en una entrevista reciente, “no hay lugar en un disco de Death Cab para una canción que suena a Big Star o Teenage Fanclub, no es lo que hacemos”. Es posible, pues, que Zooey haya inspirado alguno de estos temas, pero no de la manera que creíamos.

Ahora ha retomado estas canciones y las ha grabado encargándose de todos los instrumentos en la mayoría de ellas, pero también contando con la colaboración de Jon Wurster (Superchunk) y Mike Spencer (Son Volt), entre otros. El resultado es más que satisfactorio, considerando que en teoría estamos ante una colección de descartes, pero como ya experimentaran Oasis con ‘The Masterplan’, a veces las caras B pueden ser tan buenas como los temas principales y eso se ve a lo largo de este disco. Diga lo que diga Ben, en ‘Former Lives’ no encontraremos algo radicalmente distinto de lo que ya conocíamos. Es más, hay algunos cortes que, además de tener el sello inequívoco de los autores de ‘Plans’, podrían haber encajado en su discografía sin problema alguno. Nos referimos a ‘Teardrop Windows’, ‘Lady Adelaide’, ‘Duncan, Where Have You Gone?’ (que sí, recuerda a Teenage Fanclub, pero, ¿es eso algo malo?) o, especialmente, ‘Bigger Than Love’. Ésta última tenía que ser el single, no sólo por su efectividad y gancho, sino además porque tiene una de las colaboraciones más acertadas, la de Aimee Mann, quien comparte las tareas vocales con Ben en un precioso dueto.

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Lo que sí es cierto es que en este disco se abandona en buena medida la épica de la que Death Cab suelen hacer gala, en favor de una mayor sencillez. Los aires risueños y country-folk de canciones como ‘Lily’, ‘A Hard One To Know’ o ‘Broken Yolk In Western Sky’ son todo un regalo para los oídos y seguramente llenarán de color más de una tarde gris en la que decidamos reproducir el álbum. Saliéndose de la tónica general está la mariachi ‘Something’s Rattling (Cowpoke)’, que parece más un préstamo de Calexico que otra cosa. Para ser una manera de matar el tiempo, un mero divertimento, a Gibbard le ha quedado un álbum que, sin ser la revelación del año, es bonito, agradable y transmite buenas sensaciones, algo que no deberíamos menospreciar en los tiempos que nos ha tocado vivir.

Calificación: 7,2/10
Lo mejor: ‘Bigger Than Love’, ‘Lady Adelaide’, ‘Duncan, Where Have You Gone?’, ‘Broken Yolk In Western City’
Te gustará si te gustan: Death Cab For Cutie, Teenage Fanclub

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