Comedia agridulce, protagonizada por personajes discapacitados y con muchos premios del público en festivales. ¿Hacen falta más pistas? ‘Hasta la vista’ es exactamente lo que parece: una tragicómica historia de superación con trasfondo edificante. La pareja perfecta para un hipotético programa doble encabezado por la taquillera ‘Intocable’ (2011).
Aunque las primeras secuencias prometan un atractivo cruce entre el humor de los hermanos Farrelly, la comedia adolescente a lo ‘American Pie’ y la gran ‘No me chilles que no te veo’ (1989), su desarrollo acaba desmintiéndolo. A pesar de las pinceladas de humor –casi siempre a costa del miope: el humor Rompetechos nunca muere-, las intenciones del director son otras.
‘Hasta la vista’, que ganó la Espiga de Oro en la reciente Seminci, está inspirada en el caso real de Asta Philpot, un joven parapléjico británico que en 2007 protagonizó el documental de la BBC ‘For One Night Only’. Allí se cuenta cómo Philpot se convirtió en un activista en favor de la legalización de la prostitución después de perder la virginidad en un burdel español donde se permitía la entrada en silla de ruedas.
Siguiendo esa premisa argumental (el propio Philpot es uno de los productores del filme), el director Geoffrey Enthoven construye una road-movie costumbrista y sentimental(oide), de eficaz desarrollo y previsible desenlace, sobre tres amigos discapacitados que viajan desde Flandes a Málaga para “estrenarse” en un prostíbulo de la Costa del Sol.
Un viaje físico pero sobre todo emocional, donde hay tiempo para todo: exponer las tensiones lingüísticas entre flamencos y valones, soltar chistes (amables) sobre las discapacidades físicas, reflejar las necesidades sexuales y sentimentales de los protagonistas, mostrar sus dificultades y frustraciones cotidianas y, en especial, hacer un elogio de la amistad, el amor y el sexo de pago (sobre la situación de las putas, parece decir el director, ya hablarán otros). 5,5.