Funky. Pocas veces se puede describir un disco con toda facilidad pero es que el nuevo disco de Jamie Lidell gotea funk por todos lados. Esto sorprende en buena medida ya que su anterior disco -el difícil pero interesante ‘Compass‘- tomaba una dirección un tanto diferente, alejándose de etiquetas y creando un estilo propio a medio camino entre el pop sofisticado, el soul y la manera de ver el blues de Beck, que estuvo involucrado en el disco.
Pero, en el fondo, no es algo que desconcierte en alguien con el perfil inquieto de Lidell que, tras darse a conocer junto a Cristian Vogel en los electrónicos Super_Collider, ya coqueteó con el soul y el funk en su segundo disco en solitario, ‘Multiply’. Sin embargo, es cierto que en su siguiente álbum -el muy apreciado ‘Jim‘- prescindió del lado mas funky para centrarse en un soul clásico a un paso del revivalismo, pero con un cuidado exquisito en nunca atarse a la nostalgia. Este fenomenal equilibrio, junto con canciones realmente memorables, le valió ser -inesperadamente- uno de los mejores discos de todo el boom de pop de herencia soul que surgió a raíz del fenómeno Winehouse, si no el mejor.
Este nuevo álbum, homónimo, parece tomar lo menos clásico de ‘Multiply’ (lo que no profundizó en ‘Jim’, vaya) y llevarlo un poco más allá. Un poco bastante, porque el resultado -quitando alguna cosa más incatalogable, como la divertida ‘why_ya_why‘- es un trabajo muy «de género» que apasionará a los seguidores del funk post-disco ochentero repleto de sonidos sintéticos (esto es, los que tiran más por Parliament que por Sly & The Family Stone) y sin duda acabará cargando a quienes no tengan este estilo entre sus preferencias, a los que es posible que el disco se les haga bola y -especialmente ya por el final del álbum- les acabe mareando y sonando todo un poco como a música de los probadores del H&M.
Por todo eso, me parece complicado que este ‘Jamie Lidell’, ya descontextualizado de sus muchas -muchísimas- referencias, transcienda de una manera más pop. No obstante, tanto la producción -detallista y con un sonido realmente fabuloso- como canciones con mucho gancho melódico -estupendas ‘What a Shame‘, ‘You Naked‘ o ‘I’m Selfish’- bien merecen ser apreciadas más allá de la fidelidad a un momento musical específico que, por otro lado, bien merece esta reivindicación.
Calificación: 6,7/10
Lo mejor: ‘What a Shame’, ‘You Naked’, ‘I’m Selfish’
Te gustará si te gusta: Stevie Wonder circa 1985, Prince circa 1988, Parliament, Cameo
Escúchalo: Deezer