No hay que pensar demasiado para darse cuenta de que la mayoría de los cuentos infantiles, al menos aquellos que no pasaron por el tamiz de los dibujos animados, son en realidad relatos terribles cuyo único propósito era asustarnos para evitar así que cometiéramos errores innecesarios. El miedo, en la educación, es muy necesario.
De ahí que a la hora de abordar la difícil tarea de revisitar cualquiera de ellos para adaptarlo a los gustos modernos no tiene sentido quedarse a medias, puesto que sólo las versiones más retorcidas –o las más humorísticas en su defecto– pueden superar el impacto provocado por un terror infantil que hemos guardado durante años.
Por eso funcionaba tan bien aquella versión oscura de Caperucita Roja llamada ‘Hard Candy’ y por eso se queda en muy poco esta ‘Hansel y Gretel: cazadores de brujas’, que nada aporta al imaginario popular con esta extensión del cuento en el que se nos explica qué paso con los hermanos después de matar a la bruja que les había secuestrado dentro de la famosa casa de chocolate.
Y es que es imposible comparar ese horror tan primario que provoca la idea de sentirte abandonado en el bosque por tu padre con la visión de unas brujas gótico-chic aterrorizando a un grupo de aldeanos. Porque es eso a lo que se enfrentan Jeremy Renner y Gemma Arterton en este film dando vida a unos Hansel y Gretel adultos que se ganan la vida recorriendo Europa para acabar con las admiradoras de Satán que se cruzan por su camino. Lo hacen además apostando por una estética heredera del estilo ‘Resident Evil’ en la que lo único que importa es ver sangre, armas imposibles que para sí quisieran los soldados de ‘La noche más oscura’ y peleas coreografiadas dignas de las películas de ‘Los ángeles de Charlie’.
¿Lo mejor? El 3D, que está bastante bien conseguido, y algunos detalles como hacer que Hansel sea diabético por culpa de lo que pasó en su cautiverio. ¿Lo peor? Que si hacemos caso a ese final podría haber secuela. Ya veremos. 4.