Sobre el papel, cuando en 2005 publicaron internacionalmente su debut ‘Howl Howl Gaff Gaff’, parecía que Shout Out Louds podían comérselo todo. El respaldo promocional de EMI, sin embargo, no fue suficiente para popularizar masivamente canciones tan certeras como ‘Very Loud’, ‘The Comeback’ o ‘Please Please Please’. Quizá el público no estaba preparado entonces, porque muchos se empalman hoy con cosas semejantes firmadas por Mumford & Sons. El quinteto de Estocolmo, ya de vuelta en el indie en el que se iniciaron, se sacó entonces de la manga un humilde y bonito disco llamado ‘Our Ill Wills’, en el que se acentuaba su carácter pop y festivo, a la vez que la voz de Adam Olenius se aproximaba enormemente al timbre de Robert Smith, lo cual les valió no pocas comparaciones con los The Cure más amables. Canciones sublimes como ‘Tonight I Have To Leave It’ o ‘Impossible’ fueron un pequeño éxito en círculos muy reducidos, pero les sirvieron para ganar confianza.
Para ‘Work‘, su tercer álbum, contaron con la producción del notable Phil Ek (Band Of Horses, Built To Spill…), pero los resultados fueron más decepcionantes de lo esperado. Así que se imponía un nuevo regreso a la modestia para este ‘Optica’, álbum autoproducido por el grupo con la ayuda de Johannes Berglund (habitual de The Radio Dept.). Y, de nuevo, parece que ese punto de vista más sencillo es el que más favorece las canciones del grupo. Si ya los sucesivos avances ‘Walking In Your Footsteps‘ e ‘Illusions’ resultaban suculentos, la escucha del álbum al completo confirma que Shout Out Louds sacan lo mejor de ellos mismos desde, si podemos llamarlo así, la derrota.
Salvando las recurrentes comparaciones con The Cure (aunque sean muy evidentes en cortes tan bonitos como los finales ‘Circles’ y ‘Destroy’), los suecos amplían su espectro con una producción que, pese a cierto acento ochentero que remite a los Fleetwood Mac de ‘Tango In The Night’ o los Roxy Music de ‘Avalon’, les hace sonar de alguna manera personales y atemporales. El álbum comienza imparable, enlazando la bonita ‘Sugar’ (en la que Olenius canta, entre guitarras a lo The Shins, sobre «haberse encontrado a sí mismo tras muchos «miles de años» en la oscuridad), el guiño disco de ‘Illusions‘, la delicada ‘Blue Ice‘ y una ’14th Of July’ que, entre fantasías sobre huir de las largas noches escandinavas hacia el sur de Francia, se destapa como el momento cumbre del álbum, todo un pepinazo que podemos imaginar sin esfuerzo entre el repertorio de Passion Pit, por ejemplo.
Y pese a que ‘Glasgow’, un tema discretito prolongado hasta los siete minutos por una delicada coda, supone un bache en el ágil ritmo del álbum, su segunda mitad sigue siendo enormemente disfrutable, especialmente la sencillez de ‘Where You Come In’, el electropop a lo El Perro del Mar de ‘Hemilla’ (la comparación tiene que ver, obviamente, con el atinado protagonismo vocal de la teclista Bebban Stenborg) y una ‘Chasing The Sinking Sun’ en la que retoman su faceta más enardecedora, la bailable. Se trata de un álbum que no estará en muchas listas de resumen del año, que será ignorado (e incluso despreciado, me atrevo a decir) por parte de la prensa especializada por su carácter marcadamente complaciente. Pero también apuesto a que ‘Optica’ será un éxito para otros muchos, que lo escucharán repetidamente y sin esfuerzo porque evoca el carácter de ese pop que es bonito y agradable sin más pretensiones impostadas.
Calificación: 7,6/10
Lo mejor: ’14th Of July’, ‘Illusions’, ‘Sugar’, ‘Walking In Your Footsteps’
Te gustará si te gustan: The Magic Numbers, Peter Björn And John, los The Cure más popis.
Escúchalo: en Deezer.