The Pastels / Slow Summits

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The Pastels / Slow Summits

pastel-slowKatrina Mitchell y Stephen McRobbie, los dos únicos miembros permanentes de The Pastels, nunca fueron estrellas del pop, ni tan siquiera del indie pop, por más que tuvieran un nombre destacado en el cartel de la primera edición del FIB, por ejemplo. Por más que Thurston Moore o Kurt Cobain les echaran flores, su actitud de chicos normales no era una pose y ellos nunca han abandonado sus vidas corrientes en Glasgow. Ese halo modesto y genuino casa perfectamente con su estatus de grupo de culto, de típica banda referenciada por otros artistas, que ya lucían cuando nacieron al calor de la mítica C-86 y no tienen pinta de pretender abandonar ahora que vuelven a publicar un álbum de estudio, dieciséis años después del último, ‘Illumination’. Y eso que ‘Slow Summits’ es un disco precioso.

Check My Heart‘ fue una buena elección para presentar el disco, perfecto ejemplo de su pop encantador, de cadencia perezosa. Seguramente es el corte más inmediato de un disco de unos Pastels que, como mostraron en aquel concierto que ofrecieron en el Primavera Club 2009, suenan más limpios y menos deslavazados que lo que reza su leyenda. Con una formación consolidada con Gerard Love (Teenage Fanclub), Tom Crossley (su flauta goza de más protagonismo que nunca), John Hogarty y Alison, la hermana de Katrina, ‘Slow Summits’ es también una ocasión para invitar a viejos miembros del grupo, como Norman Blake o Aggi (su violinista de siempre), además de sumar a amigos como Stefan Schneider y Ronald Lippok (To Rococo Rot), los japoneses Tenniscoats (junto a los que firmaron ‘Two Sunsets‘) o el mismísimo Craig Armstrong (Massive Attack, Pet Shop Boys, U2), que ha realizado los exquisitos arreglos de ‘Kicking Leaves’. Todo ello controlado por la producción de nada menos que John McEntire (Tortoise), que aporta una palpable cohesión al sonido del grupo.

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Todos estos ingredientes suponen, como decíamos, que esta «lenta cumbre» de The Pastels sea un nuevo episodio en su leyenda tímida. No es un disco deslumbrante, no hay temas que destaquen especialmente por encima de los demás y raramente nos encontraremos canturreando sus recurrentes melodías. Pero sus diez canciones, siempre devaneándose entre el romanticismo, la cotidianidad y la ensoñación, resultan de lo más reconfortantes y acogedoras. De la dulce melancolía de ‘Secret Music’, ‘Summer Rain’ o ‘After Image’ a la tímida felicidad de ‘Night Time Made Us’, ‘Come To The Dance’ o ‘Illuminum Song’, pasando por los cuidados desarrollos orquestales de la mencionada ‘Kicking Leaves’ o el corte titular, el regreso de los escoceses es todo un ejercicio de fidelidad a sí mismos y a sus fans de siempre, postulándose como un rincón encantador y agradable en el que emplear poco más de cuarenta minutos durante las tardes perezosas y calurosas de los próximos meses de verano.

Calificación: 7,5/10
Lo mejor: ‘Check My Heart’, ‘Secret Music’, ‘Illuminum Song’, ‘Slow Summits’
Te gustará si te gustan: The Field Mice, Comet Gain, Cats On Fire
Escúchalo: Deezer

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