El dúo formado por Randy Randall y Dean Spunt ha llevado la típica trayectoria de muchos grupos: un debut asalvajado y ruidoso (‘Weirdo Rippers’ (2007)), un segundo álbum donde perfeccionan la fórmula y muestran cierta apertura melódica (‘Nouns’ (2008) y cabría incluir también el EP ‘Losing Feeling’ de 2009) y una tercera entrega más pop, con el ruido por el ruido cediendo poco a poco ante el impulso melódico. Ese fue el caso de ‘Everything In Between‘ (2010), su último trabajo hasta la fecha. Según pasan los años y los álbumes, el reto de mantener el nivel logrado en los comienzos y de poder ofrecer algo excitante con cada LP se hace cada vez más costoso y ese mismo hecho podría explicar la tardanza de los californianos en editar un nuevo álbum. Desde que comenzaron lanzaban un disco (ya fuera LP o EP) al año y ahora ha habido que esperar tres para saber de ellos. ‘An Object’, su cuarto largo, es el resultado.
Sí, los comienzos en la historia de una banda pueden ser predecibles, pero llega un punto en que cada proyecto toma su propio rumbo y las consecuencias pueden ser varias: se puede experimentar a lo bestia con nuevos sonidos o se puede anclar en el más puro inmovilismo, se pueden acabar las ideas y caer en un pozo del que suele ser difícil salir. Para Dean y Randy, la evolución no parece tener límites. El motor que mueve la música de No Age tiene en su nuevo álbum algunos de los componentes de siempre, como la producción lo-fi, guitarras ruidosas o los samples, pero han removido bastante en su caja de herramientas. Una primera escucha no dictamina mucho y parece que nada relevante ha cambiado en la propuesta del dúo, pero resulta que sus cambios se notan poco a poco, con sucesivas escuchas y ahondando en los detalles que quedan tras la superficie.
En ‘An Object’, la apertura hacia un mayor peso de la melodía y las querencias shoegaze que mostraban en ‘Everything In Between’ se han quedado como estaban, para bien, pero la mayor diferencia radica en la importancia que le han dado a las atmósferas prácticamente por encima de todo: con guitarras más limpias, más samples y quitando el pie del acelerador (‘C’mon Stimmung‘ sería una de las pocas excepciones en las que se sueltan la melena), la apisonadora que antaño arrasaba con todo se ha convertido en algo más dócil que va dibujando extrañas escenas a su paso. A veces los paisajes son más clásicos y melódicos (‘I Won’t Be Your Generator’, ‘An Impression’, ‘A Ceiling Dreams of a Floor’) y otras veces son inquietantes (‘Running From A-Go-Go’, ‘Commerce, Comment, Commence’), pero en todos los casos son excitantes y con un punto novedoso, que es precisamente lo que necesitábamos de No Age para seguir confiando en ellos.
Calificación: 7,5/10
Lo mejor: ‘C’mon, Stimmung’, ‘I Won’t Be Your Generator’, ‘An Impression’, ‘Running From A-Go-Go’, ‘Lock Box’.
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Escúchalo: NPR