‘Harry Dean Stanton: Partly Fiction’: Canciones para una vida

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‘Harry Dean Stanton: Partly Fiction’: Canciones para una vida

harry-dean-stantonHarry Dean Stanton es uno de esos actores cuyo rostro parece esculpido en el monte Rushmore; un rostro con pasado, con historia, tan elocuente que no es de extrañar que hable poco: sus facciones hablan por él. Así lo entendió Wim Wenders cuando le dio su primer papel protagonista en 30 años de carrera, el inolvidable y lacónico Travis (sí, el grupo escocés se llama así en su honor) de ‘Paris, Texas’ (1984). Y así lo entiende también la directora Sophie Huber en su documental ‘Harry Dean Stanton: Partly Fiction’. Tras verse en Venecia, se presenta ahora en el festival In-edit.

“Me dejó por Tom Cruise. Me rompió el corazón”. Esta es una de las pocas confesiones -la pérdida del amor de Rebecca De Mornay- que la cineasta suiza logra arrancarle a Harry Dean. ¿Cómo hacer un documental biográfico, sin voz omnisciente y usando la entrevista como recurso, sobre un “hombre de pocas palabras”? De una manera imprevista: escuchándole cantar.

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‘Harry Dean Stanton: Partly Fiction’ es un retrato impresionista y poético sobre uno de los grandes actores secundarios del cine americano, un icono forjado en 60 años de carrera (tiene 87 años, combatió en la II Guerra Mundial), en películas como ‘Pat Garrett & Billy the Kid’ (1973), ‘Alien, el octavo pasajero’ (1979) o las de David Lynch. Wenders, Sam Shepard, Kris Kristofferson, el propio Lynch y Deborah Harry (que le dedicó una canción, ‘I Want That Man’) aparecen en el filme conversando, hablando sobre él o haciendo música juntos.

Porque sí, Harry Dean también es músico. De hecho, lamenta no haber desarrollado más esa faceta artística. En la película interpreta varias canciones acompañado a la guitarra por Jamie James. ‘Blue Moon’, ‘Everybody’s Talkin’, ‘Blue Bayou’, el himno irlandés ‘Danny Boy’… El actor dice cantando lo que calla hablando. Ese es el gran logro de la película, su aspecto más emotivo y conmovedor. No importa tanto lo que dice, que también, como lo que desprende su mirada –fragilidad, nostalgia, melancolía- mientras canta con la voz rota. “Oh, Danny Boy…”. 8.

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