Si en ‘The Deep Field‘ Joan Wasser comenzaba a sacar la cabeza de la cueva emocional en la que parecía constreñida en sus dos melancólicos primeros álbumes, en ‘The Classic’ saca a pasear su lado más luminoso. No era casual que los avances ‘The Classic‘, un homenaje al doo-wop, y ‘Holy City‘, en el que abrazaba el soul más positivo y exuberante, mantuvieran aquella energía que ya sorprendía en ‘The Magic’ o ‘Nervous’. Wasser ha resuelto «problemas personales» que parecían estancarla en aquella melancolía de sus inicios y se ha decidido a mostrar su amor por la vida y la música.
Aprovechando la interrupción de su álbum conjunto con David Sylvian, que hubo de ser pospuesto por enfermedad de este, la colaboradora habitual de Antony Hegarty (suya es la fotografía que copa la portada del álbum), Rufus Wainwright y Lou Reed, entre muchos otros, escribió este nuevo material a finales de 2012 con sorprendente facilidad, afirma, y se decidió a autoproducirlo con sus colaboradores habituales en Joan As Police Woman, incluyendo colaboraciones de Joseph Arthur y Reggie Watts (el comediante es el autor de esas cajas de ritmo humanas que toman un papel fundamental en los dos adelantos del disco). Su objetivo era plasmar más fielmente el sonido del grupo en directo, y precisamente eso es lo que marca significativamente ‘The Classic’, una naturalidad que contribuye enormemente a realzar la luminosidad que destaca también en cortes como ese ‘Witness’ que abre el álbum, exultante muestrario de arreglos y poderío, o la algo previsible ‘Shame’.
Obviamente, a Wasser le cuesta desprenderse de esa parte sombría que está en su esencia como artista. Pero pese a que esa faceta copa el núcleo central del disco, en ella también suena rotunda y apasionada como pocas veces había logrado. Así encontramos el poderoso dramatismo de ‘Good Together’, con un final que deja sin aliento y ese estribillo que define la esencia del disco («no quiero estar nostálgica de algo que nunca ocurrió»), su particular apropiación del rollo sexual de Barry White en ‘Get Direct’ («si no te importara, podríamos ser felices»), una ‘What Would You Do’ poseída por el jazz de los 70 merced a los coros y el Hammond que la protagonizan (rematada con una coda acústica desarmante) y las preciosas y afiladas (tan cargadas de reverb que parece un homenaje a su fallecido novio Jeff Buckley) guitarras que dominan la lenta cadencia de una ‘New Year’s Day’ que suena a expiación y que remata el carácter de disco de autoayuda de ‘The Classic’.
Tras ese apasionante núcleo, la ya mencionada ‘Shame’ y el leve rocksteady de ‘Ask Me’ (en medio, una sinuosa ‘Stay’ nos devuelve momentáneamente a la antigua Joan) vuelven al positivismo inicial pero de forma más ligera, haciendo flaquear un poco el conjunto. ‘The Classic’ quizá no sea el disco más equilibrado de Wasser, pero en él ha logrado imprimir una considerable intensidad a su música que la hace emerger del segundo plano, avanzando hacia una obra realmente definitiva que le otorgue un papel crucial en el pop rock actual. Lo mejor, sin duda, es que la presenta como una autora definitivamente renovada, a lomos de este soul que respeta a los clásicos con un enfoque fresco y enérgico, que contagia su amor por los claroscuros de la vida.
Calificación: 7,6/10
Lo mejor: ‘Good Together’, ‘Holy City’, ‘Get Direct’, ‘The Classic’
Te gustará si te gusta: el soul de los 70, Rufus Wainwright, My Brightest Diamond
Escúchalo: The Guardian