‘Les rencontres d’après minuit’, rebautizada como ‘You and the Night’ para su difusión internacional (se puede ver en el Atlántida Film Fest), fue uno de los films-icono del pasado festival de Cannes. Una película que, a pesar de no ganar nada y competir en la más escondida de las secciones paralelas (Semana de la Crítica), generó un culto inmediato. Tanto es así que uno de los carteles de la próxima edición del festival está basado en la película, en una de sus secuencias más aplaudidas: el fabuloso prólogo donde la protagonista grita el nombre de su amado mientras viaja sujeta a la cintura de un misterioso motorista.
Almodóvar, Jean Cocteau, Fassbinder, Pasolini, Derek Jarman, Mario Bava… Muchos son los nombres invocados para calificar (y clasificar) el debut en el largometraje del celebrado cortometrajista Yann Gonzalez. Y podríamos seguir: la nouveau roman, las películas francesas de Buñuel, el erotismo camp de Paul Morrissey, el primer Leos Carax y hasta Xavier Dolan. Cine de autor de los setenta –ese que aquí se llamaba de “arte y ensayo”- filtrado por una sensibilidad contemporánea.
La premisa argumental de ‘You and the Night’ es sencilla. Una pareja y su mayordomo travesti organizan una orgía en su mansión campestre. Los invitados son: La puta, El semental, La estrella y El adolescente. Pero la orgía no es solo sexual, sino también verbal, sentimental. A lo largo de la noche los invitados van relatando su historia -sus temores, sus anhelos, sus traumas- mientras ponen música en una “jukebox sensorial”, un reproductor capaz de detectar el estado de ánimo del usuario y reflejarlo musicalmente.
Yann Gonzalez tiene poco que contar pero mucho que mostrar. La película incomoda por su dispersión narrativa, por su escritura afectada y caprichosa; pero seduce por su estética, por su potencia audiovisual y sus brillantes excesos melodramáticos. Por medio de una puesta en escena marcadamente teatral y una envolvente música compuesta por M83 (Anthony Gonzalez es el hermano de Yann), el director da forma a un universo metafórico y onírico, a una fantasía poética que en sus mejores momentos –el misterioso prólogo, el flashback que cuenta la historia de amor entre los dos protagonistas, la llegada de la muerte, el hermoso final- alcanza una intensidad emocional abrumadora, irresistible. 7,9.