Un poco antes de la publicación de este álbum, con la aparición de los primeros teasers a finales del pasado otoño, uno de los comentarios que más se escuchaban sobre ‘Only Myocardial Infarction Can Break Your Heart’ es que iba a ser un disco optimista. Y, bueno, conociendo el carácter de Matt Elliott, era fácil sospechar que eso sería algo muy relativo.
Efectivamente, si lo comparamos con «The Broken Man» (y no digamos con «The Dark«) se trata de un trabajo algo más luminoso, pero no por ello deja de ser -como toda la discografía de Elliott- un disco de invierno, de frío y viento. Grabado de nuevo en Francia, esta vez junto a David Chalmin y acompañado por colaboradores habituales del sello Ici D’Ailleurs (aunque en esta ocasión sin su amigo Yann Tiersen), el álbum continúa la senda que primero inició con ‘Drinking Songs’ y luego, tras aquella memorable trilogía, matizó ligeramente en ‘The Broken Man’, aumentando el protagonismo mediterráneo de la guitarra española y restando cierta carga de sonoridad eslava.
Si bien, para quienes somos seguidores de la carrera en solitario del de Bristol, la primera impresión que produce esta nueva colección de canciones es de cierta falta de novedad (es muy difícil que Elliott vuelva a sorprender como cuando pegó su giro acústico), una escucha más reposada descubre momentos fascinantes. ‘The Right to Cry’, por ejemplo, pese a sus intimidantes 17 minutos, es uno de los más obvios. No deja de ser una canción río con pasajes de tensión y éxtasis final, al estilo de aquella ‘The Kübler-Ross Model’ de ‘Howling Songs’, pero en un tono más acústico y preciosista. Solo por ese estirón final a falta de un par de minutos ya merecería la pena. Del mismo modo, no puedo dejar de destacar otra canción larga, la instrumental ‘I Would Have Woken You with this Song’, tan emocionante como delicada y una buena muestra de la sonoridad del disco.
En un formato más cercano al de canción, cabe destacar ‘Again’ y ‘Prepare for Disappointment’. La primera tiene un arreglo irresistible que repiquetea durante buena parte del tema y la segunda sería un single claro en un universo paralelo: una melodía bonita, muy clara y marcada y una maravillosa coda a piano eléctrico.
El resto de canciones (‘Reap What You Sow’, ‘Zugzwang’, ‘De nada’) tiene en común un protagonismo un poco mayor de la voz de Elliott, aquí más suave que de costumbre -ligeramente más cantautor e incluso un pelín crooner involuntario por momentos- que si bien sí que aporta ese reconfortante sol de invierno, hace añorar un poco más de su característica rabia.
La edición especial del disco incluía un par de abigarrados y angustiosos temas extra remezclados por su ahora recuperado alias electrónico, The Third Eye Foundation, que -aún lejos de la fascinación de los que incluyó en ‘The Dark’-, con un sonido a medio camino ente un drum’n’bass oscuro y un dubstep rarito, tienen su aquel.
Matt Elliot está actualmente de gira por España. Le queda actuar en Zamora (12 de mayo), Coruña (13 de mayo), Almendralejo (16 de mayo), Madrid (17 de mayo) y Zaragoza (18 de mayo).
Calificación: 7,8/10
Lo mejor: ‘The Right to Cry’, ‘I Would Have Woken You with this Song’, ‘Prepare for Disappointment’
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