Lo sentimos, alt-J; lo sentimos, The Drums, pero el disco «outsider» de la semana es ‘Tyranny’, el segundo de Julian Casablancas en solitario o el primero que decide firmar con la banda habitual de sus directos al margen de los Strokes, The Voidz. El single de 11 minutos ‘Human Sadness’ es la pista más larga del álbum (él la considera su ‘November Rain’), si bien aparecen otros cortes extensos, entre los 6 y los 7 minutos, como consecuencia de «la música africana y turca, y de los 70 y los 80» tan escuchada por el artista durante los últimos años. Pero lo mejor es que ese difícil sencillo que samplea a Mozart suena celestial -al menos en su arranque- después de la incendiaria ‘M.Utually A.Ssured D.Estruction’.
Como en ‘Phrazes for the Young‘ (2009), Julian Casablancas incomoda pasando de una cosa a otra incluso dentro de la misma canción. Hay pistas que en algún punteo concreto pueden recordar a su banda principal (‘Crunch Punch’, ‘Dare I Care’), pero todo está al servicio de la experimentalidad, aquí mucho más ruidosa que en el largo anterior. ¿Qué nos quiere contar Casablancas con este disco caótico en el que lo mismo caben referencias metal que latinas? Su intención ha sido reflejar «toda la locura que sucede en América», hablando más que de política «de moral, de egoísmo, de ignorancia».
Grabado casi al completo en directo en el estudio a lo largo de nueve meses junto a la ayuda inadivinable de Shawn Everett (productor de algunos de los últimos discos de Weezer), el álbum es un buen reflejo de ese caos a través de gritos ahogados y canciones tan delirantes como ‘Father Electricity’, de alarmas locas y potentes percusiones. El segundo en el que te das cuenta de que la primera canción recibe el nombre de ‘Take Me in Your Army’ en lugar de ‘Take Me In Your Arms’ es una risa, y es todo un entretenimiento adivinar qué será lo siguiente en este disco que también se vende con forma de mechero USB: si sonidos que te recuerden a Black Flag, a B-52’s o a Violent Femmes (‘Where No Eagles Fly’).
Hay partes de ‘Tyranny’ que funcionan, pero hay otras en que simplemente querrías coger ese mechero y quemarlo. No sólo por la dificultad de la escucha de cosas como ‘Johan Von Bronx’, sino por la confusión del concepto global. Por una oreja Julian te dice que ha querido hacer cada vez material «más oscuro, raro y agresivo». Por la otra, que ha buscado material tan accesible como el de los Strokes. Por un lado, que para él las letras son más importantes que nunca. Por otro, las hace más ininteligibles que nunca. Por un lado entona cosas como «The rhythm is for you but the song is for me / The meaning might be secret but the melody is free». Por otro, ni en su número intimista ya habitual (‘Off to War’) ofrece una melodía memorable. Entre detalles brillantes y detalles random, Julian Casablancas da la impresión de que simplemente anda un poco colgado: Dan Deacon logra comunicar mucho mejor un mensaje parecido sobre los tiempos que corren.
Calificación: 5,2/10
Lo mejor: ‘Where No Eagles Fly’, ‘Father Electricity’, ‘Dare I Care’, ‘M.Utually A.Ssured D.Estruction’
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