La segunda jornada del BIME, con una asistencia de 10.800 personas, se presentaba a priori igual de interesante que la anterior. Salvo un par de excepciones -lo de Ángel Stanich no tuvo nombre- el cartel supo aglutinar estilos sin caer en el sinsentido.
Mando Diao -por cuyo último disco soy capaz de batirme en duelo al amanecer- ofrecieron un concierto divertido, ágil y con un sonido cristalino. Demostraron, además, que ‘Gloria’ no sólo era un temazo en mi cabeza sino que en la cabeza de muchos también fue un hit; que ‘Down in the Past’ y ‘God Knows’ son míticos; y que ‘Dance with Somebody’ nunca cansa. A eso le sumas que ‘Black Saturday’ y ‘Sweet Wet Dreams’ suenan todavía mejor en vivo que en estudio y, francamente, un concierto como éste una vez al año debería ser obligatorio por prescripción médica.
Mientras Ángel Stanich mancillaba el escenario donde la noche anterior había actuado The Divine Comedy interpretando nada más y nada menos que una versión de ‘El Río’ de Miguel Rios (!!), The Kooks y Smile se repartían al público en el Escenario 1 y en el Escenario Euskadi respectivamente. Los británicos supieron lo que es salir a actuar sin una horda de ingleses apoyándoles como sucedió en el BBK Live pero, aun así, divirtieron a los asistentes. Los de Getxo tuvieron que conformarse un poco con los restos pero hay que decir, en honor a la verdad, que ‘Out of season‘ mereció más atención cuando fue publicado y que el show estuvo dentro del Top 5 de la jornada. Un cambio de escenario con Ángel Stanich les hubiera beneficiado.
‘Remurdered’ me parece una de las mejores canciones del año y el concierto que ofreció Mogwai uno de los mejores de esta edición del BIME. La mezcla de un ejército de guitarras y unos cuantos teclados lograron «suavizar» un poco la propuesta pero, y aunque me gustaría poder decir lo contrario, aproximadamente 1/4 parte del público no pudo con la propuesta de los escoceses y la estampida fue de proporciones bíblicas.
De The National poco queda por decir que no se haya dicho ya. Que si ‘Trouble Will Find Me’ no es tan bueno como ‘High Violet’ -francamente, qué cojones tiene la gente a veces-; que si son como unos Coldplay con pretensiones, etc. ¿Qué grupo puede presumir de tocar en un concierto tres canciones como ‘Bloodbuzz Ohio’, ‘Sea of Love’ y ‘Afraid of Everyone’ seguidas? ¿Qué grupo puede sonar así de bien? ¿Algún frontman menos baboso que Matt Berninger? Y así hasta el infinito. La parte final del espectáculo – y nunca un sustantivo fue más acertado – fue poco menos que perfecta: ‘Fake Empire’, ‘Mr. November’, ‘Terrible Love’ y ‘Venderlyle Crybaby Geeks’ coreada por el público de principio a fin. Sí, de principio a fin. ¡En Bilbao! Retiro todos mis exabruptos anteriores contra el público bilbaíno. Los amo de hecho. Muy fan del momento ‘Chicago’. Vencedores de la jornada y del festival. Sin duda alguna.
La Roux, o una random tipa, salió al escenario con un público todavía cantando lo de «I’ll explain everything to the geeks», y protagonizó una de las experiencias más extrañas que yo he visto nunca. A la buena mujer ni se la oía ni se la veía. Desconozco si fue intencionado o si el técnico de sonido y el de luces tenían el día impar, pero fue rarísimo. Eso sí, ‘Bulletproof’ sigue siendo gloria bendita. Holy Ghost! lo tuvieron fácil después de La Roux y supieron aprovecharse de la situación. ‘Dynamics’ y ‘Holy Ghost!’ se merecen un respeto y el sábado lo dejaron bien claro.
A Billy Bragg, el Pete Seeger británico, se le notaba cómodo en el escenario Teatro del BEC! Arropado por su banda (batería, bajo, teclados y guitarra/pedal steel), ofreció un concierto redondo en el que hizo un repaso a su carrera y en el que jugó un papel fundamental la serie de discos ‘Mermaid Avenue’, donde musicaba (en colaboración con Wilco) letras de Woody Guthrie, con ‘California Stars’ siendo quizá el momento más ovacionado de la noche. El sabor americano de la velada se esfumaba de inmediato cuando el bueno de Billy, conocido por su activismo izquierdista, soltaba un discurso con su marcadísimo acento de Essex, felicitándonos por haber sido de los pocos países europeos donde las alternativas neo-fascistas no triunfaron en las elecciones al Parlamento continental y votar en su lugar a “Podeimos”. Al público, al menos el que no abandonó la sala poco antes de que empezara el concierto de The National, pareció gustarle y le dio un fuerte aplauso. Merridew.
Fotos: MusicSnapper, Rhtyhm and Photos