El machismo en la asimilación de créditos en el siglo XXI

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El machismo en la asimilación de créditos en el siglo XXI

bjork--En la entrevista con llantina incluida de Björk para Pitchfork había un párrafo que todos los periodistas musicales y los fans de la música nos deberíamos grabar a fuego. Hablando de cómo muchos medios titularon que Arca iba a «producir» el próximo disco de Björk, el resultante ‘Vulnicura‘, la cantante recuerda:

«Hice el 80% de los beats de ‘Vespertine’ y me llevó tres años trabajar en ese álbum, porque eran todo microbeats. Fue un trabajo realmente minucioso. Matmos vinieron las dos últimas semanas y añadieron percusiones en algunas canciones, pero no hicieron ninguna de las partes principales, y están acreditados por todas partes por haber hecho el disco entero. Drew Daniel es un amigo muy cercano y en cada entrevista que hace, lo corrige, pero nadie le escucha».

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La situación es clara: casi siempre que un hombre y una mujer comparten créditos, hay quien supone que es el hombre quien hace todo o casi todo. Un caso muy claro de misoginia que Björk relata con desesperación: «He hecho música durante… ¿cuánto, 30 años? Llevo trabajando en el estudio desde que tengo 11 años y Arca no había hecho un solo disco cuando trabajé con él. Quiso poner algo en Twitter para aclarar que era una co-producción, pero le dije que no: «nunca vamos a ganar esta pelea, vamos a dejarlo así»».

Sin querer atacar a Kanye West, también dice: «en su último disco contó con todas las personas que hacen beats en el planeta para que crearan ritmos para él. A veces, él ni siquiera estaba presente. Y nadie absolutamente cuestionó su autoría ni por un solo segundo».

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Otras productoras y autoras discriminadas

La situación recuerda a la de la ya mítica conversación entre M.I.A. y Pitchfork en los tiempos de ‘Kala’. M.I.A. acudía muy enfadada y no tardó en soltar: «Diplo no hizo ‘Arular’, pero vosotros seguís escribiendo que sí». A continuación añadía cosas como: «Encuentro deprimente e insultante que no pueda tener ideas por mí misma porque soy una mujer o porque vengo de un país sin desarrollar donde no se pueden tener ideas a menos que estés apoyada por un rubio de ojos azules. Al principio da igual, la segunda vez vale, pero después de la tercera, la cuarta, la quinta… quizá es algo de lo que necesitamos hablar». Después se mostraba incómoda porque lo mismo sucedía cuando las periodistas que escribían de música eran chicas, indicando que el grueso de ‘Kala’, con alguna excepción tipo Diplo, Timbaland y Blaqstarr, era ella trabajando mano a mano con Switch. «Puedo llegar a entender que cuando el periodista es chico escriba «esto TIENE QUE venir de un tío”. Pero cuando las chicas periodistas también lo hacen, asumiendo que lo que haces viene de un tío, eso sí que me cabrea. Es una puta mierda».

También víctima del mismo hecho era Solange Knowles, que escribía en Twitter que encontraba muy decepcionante ser presentada como «el rostro de su música» o una «musa por su voz» cuando escribe o co-escribe cada una de sus canciones. La declaración le valía una pelea con Dev Hynes, esperemos que ya resuelta.

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De hecho, Dev Hynes también tenía otra trifulca con otra de sus compañeras, Sky Ferreira, por tocar en directo ‘Everything Is Embarrassing’ e introducirlo como un tema “escrito por él para ella”. Sky Ferreira contestaba: «tengo toda la capacidad de escribir mis propias canciones. Nunca he dicho que haya escrito ‘Everything Is Embarrassing’ en solitario. Me encanta el trabajo de Dev Hynes y siempre será así. Mi frustración no viene de la ausencia de créditos, sino de la ausencia de respeto y de cómo los medios y la gente usan esto para menospreciarme. El típico «detrás de cada mujer con talento hay un hombre más fuerte y talentoso»».

Una máxima que «empequeñeció» el debut de Laura Marling, cuando se hablaba bastante de que era la novia de Charlie Fink (Noah And The Whale), quien había producido el disco. Ambos dejaron de ser pareja en 2008 y todos sabemos quién ha desarrollado mejor su carrera: parece que los méritos de ‘Alas, I Cannot Swim’ no estaban en la inteligentísima mano de Charlie Fink.

Madonna merece una mención de honor en este berenjenal. La artista firmó 100% en solitario canciones de sus dos primeros discos, entre ellas los singles ‘Everybody’, ‘Burning Up’ y ‘Lucky Star’. Después, abiertamente ha reconocido que le gusta escribir junto a otros artistas y escuchar sus ideas para enriquecerlas con las propias. Curiosamente, su co-autor de confianza a finales de los 80 y los 90, Pat Leonard, co-escribe ahora los discos de Leonard Cohen sin que nadie evidentemente cuestione el estado artístico de este último. Y da igual que Jellybean, William Orbit, Mirwais o Stuart Price no hayan desarrollado carreras espectaculares tras trabajar con Madonna: todo el mundo sigue asumiendo que el mérito es de los chicos. Incluso aunque en todos los casos se hayan deshecho en elogios sobre las labores de producción de Madonna. «Ella es la capitana de su propio barco», acaban de decir Blood Diamonds y DJ Dahi. «Madonna tiene muchísimo talento. Es muy musical y trabaja muy duro», nos decía Nile Rodgers de Chic sobre su trabajo conjunto en 1984. Y tan duro: Diplo dice haber recibido un texto de 20 hojas con anotaciones de la artista sobre su colaboración.

Hace un par de meses Ariel Pink aseguraba que estaba escribiendo temas para el nuevo disco de Madonna porque ella no molaba desde el primer disco (¡el que más temas de ella sola contiene!) y que su sello buscaba canciones de verdad en lugar de cosas modernas a lo Avicii. Madonna ha negado conocer a Pink y era apoyada por Grimes, quien acusaba a Ariel Pink de machista. Y no es la primera o única vez. Grimes también ha escrito en Tumblr lo siguiente: “Estoy cansada de que los hombres que no son profesionales o ni siquiera buenos músicos me ofrezcan ayuda (sin que yo se la haya pedido). Es como si como mujer fuera incapaz de usar la tecnología. No he visto que esto pase a mis compañeros chicos”. Hace poco indicaba que su canción ‘Go’ no estaría incluida en su próximo álbum porque las canciones de sus discos están producidas siempre por ella sola. Misteriosamente se asocia a Blood Diamonds a sus producciones a pesar de que se limitan a un par de colaboraciones puntuales.

Machismo también en España

En consonancia, en el artículo de Machismo Gafapasta de El Diagonal, a pesar de estar claramente mal enfocado y tristemente sesgado, sí hay una declaración de Nosoträsh que merece la pena rescatar, muy próxima a las palabras de Grimes. Cova decía: «Sobre el escenario alguien se pone a explicarte cómo afinar o cómo usar un pedal, sin que se lo hayas pedido. El paternalismo es una forma de machismo muy sutil y elegante que aparece en cuanto te das la vuelta».

La Bien Querida aparecía en aquel mismo artículo como objeto de críticas, aunque habría sido más significativo retratarla como “víctima”. Cuando debutó llovieron comentarios por toda la red indicando que editaba discos “sólo por ser amiga de Jota”. Aunque ha sido su opción que su proyecto sea un dúo, los créditos de sus discos son claros: ella es la autora de todas las canciones de sus cuatro discos en solitario, mientras David Rodríguez figura como arreglista, músico y productor.

¿Pero por qué estamos tan mal?

¿Por qué se produce todo esto? Resultando algo crítico sobre todo en el mundo del pop, cabe plantear que las estrellas internacionales y algunas nacionales del pop como Fangoria se estén atribuyendo desde hace algo más de una década más créditos de los que les corresponden (Alaska y Nacho abiertamente hablan en DVD’s y blogs sobre su peculiar manera de entender el proceso compositivo). Cambiando una palabra, una frase o una estructura, son muchos los intérpretes que asumen una co-autoría algo cuestionable. Para entendernos, no ayuda mucho a creerse que Madonna sea co-autora de ‘Heartbeat’ que circule una demo sin su voz muy parecida a la canción definitiva. El 80% de las co-autorías de Madonna huele a Madonna por todos lados, pero estos hallazgos quizá confunden sobre su propia valía. Igualmente cuesta a veces encontrar el alma de Beyoncé en algunas de las composiciones que co-escribe on 10 personas (en algunas como ‘Heaven’ o ‘Blue’ escritas sólo junto a Boots, en cambio, en absoluto).

Sin embargo, como indica Taylor Swift, es un error pensar que esto sólo suceda con las chicas y no, por ejemplo, con Bruno Mars o Justin Timberlake, quienes por cierto, nunca han escrito un tema 100% en solitario, a diferencia de Amy Winehouse (la mitad de ‘Back to Black’, por ejemplo); o Adele (la mitad de ’19’). Taylor pone como ejemplo a Ed Sheeran. «Nadie cuestiona que mi amigo Ed Sheeran escriba todo. Al principio me gustaba pensar que todos jugábamos con las mismas ventajas, pero luego se ha hecho muy obvio que como mujer tienes que trabajar mucho más para demostrar lo que vales», indicaba en la revista Time.

¿Un tanto deprimente a estas alturas, verdad? La industria continúa arrastrando las consecuencias de una tradición machista que ha dejado poco espacio para que se desarrollen y además sean reconocidas, sobre todo, mujeres instrumentistas y productoras. Por suerte parece que cada vez es menos raro conocer autoras y productoras tan distintas entre sí como Sia, Linda Mirada, FKA twigs (sí, su disco es co-producido por ella), PJ Harvey o Alison Goldfrapp (¡sí, ambos autoproducen!) y quizá pronto, poco a poco, todo el mundo pueda cambiar el chip.

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