Apenas hace un año de ‘Hechizo Total‘, el primer trabajo traducido a nuestro idioma de Simon Hanselman, en el que se recopilaban distintas historietas que son completadas ahora en esta segunda entrega con el título de ‘Bahía de San Búho’. La editorial Fulgencio Pimentel se ocupa del resto de producción del ilustrador australiano con esta serie de publicaciones que aparecieron en papel o en la edición virtual de Vice hasta septiembre de 2014.

Estamos ante un retrato generacional desde su misma portada, una referencia a ‘Ofelia’, el cuadro de John Everett Millais que se encuentra en la Tate Gallery y en muchos dormitorios de adolescentes «new romantics», emulando el contenido siniestro y el carácter duro de sus personajes. Los protagonistas forman de hecho un turbulento triángulo de amistad -un búho, una bruja y un gato-, que dista mucho de guardar las formas. La conducta, sobre todo de Megg, la bruja, y Mogg, el gato, es endiabladamente gamberra, pero esconde una sinceridad muy sólida, con el humor más corrosivo ocultando una realidad deprimente. Las conversaciones y los diálogos afilados son un delirio, sobre todo los mantenidos con Búho, estimulando tanto los relatos más breves como los más extensos, pasando de lo querido a lo temible (el portador de una sudadera con capucha que resulta un manifestante, el joven empresario de éxito creador de aplicaciones).

El coloreado de los dibujos de Simon Hanselmman no deja de ser inquietante. El uso de tonos pasteles y el perfil cándido en las viñetas nos empujan a los infiernos por el camino más dulce, quizá para que el lector no se sienta abrumado ante situaciones como la falta de trabajo de sus protagonistas, las pocas ganas de tenerlo, la ilusión por perderlo, los maratones viendo televisión, los atracones a la hora de comer, el uso de drogas, las consecuencias de robar en el supermercado, la variedad de relaciones sexuales… El libro nos transforma en sicarios -una vez traspasada la congoja de las páginas preliminares- de las apariencias a las que tanta punta nos gusta sacar.

A causa de un robo, esta semana en Fulgencio Pimentel regalan un libro con cada compra.

Calificación: 8/10
Lo mejor: Los personajes secundarios. El punto autobiográfico: hemos visto a Simon firmando libros en nuestro país con la bruja Megg como álter ego ante una sorprendente legión de fieles seguidores.
Lo peor: El humor utilizado no es para todos los públicos. O puede hacerte tanta gracia que caigas en imitarlo…