No sabemos cómo, pero hemos sobrevivido a las casi cuatro horas de la gala inicial de ‘Supervivientes’ sin necesidad de inyectarnos café en vena para evitar los bostezos. Pero que no cunda el pánico. Como siempre ocurre en los realities de este pelaje, el primer programa no deja de ser un falso espejismo de felicidad que, más pronto que tarde, acabará en batalla campal. Por lo pronto, el cantante Rasel ha desertado cobardemente antes de empezar porque tenía sudores fríos y ataques de ansiedad de lo más sospechosos, y también ha habido un pequeño pique entre Nacho Vidal y la dentadura andante de Isabel Rábago porque el actor de películas tan célebres como ‘Desvirgué a la Hija de Mi Vecino’ y ‘True Anal Stories 23’ no se fía de periodistas como ella. Así que calma, en nada la parrilla de Telecinco arderá con los contenidos que generen estos aventureros.
Más allá de lanzar a la gente del helicóptero y presentarnos a los intrépidos concursantes que bajo talonario han decidido someterse a una dieta extrema en Honduras, lo cierto es que el programa no ha dado lo que debiera dar de sí. Chabelita, la hija de la ‘Marinero de Luces’ enchironada, partía como la gran estrella. Sin embargo, de momento ha dado menos juego que un mueble de Ikea y, por su culpa, vamos a tener que soportar al loro unineuronal de Anabel Pantoja defendiéndola en plató cada semana. Esperamos de todo corazón que con el paso de los días nos bombardee con titulares jocosos y aguante algo más que su hermano y su prima. Aunque teniendo en cuenta que la sangre pantojil no corre precisamente por sus venas, seguro que deja algo más arriba el listón de la familia.
Carmen Lomana, que se ha llevado sus pendientes de perlas a la isla, como era previsible se ha alzado como un pilar de este maravilloso circo. Quizás sea el único en realidad después de que la dirección del programa haya decidido en el último momento que la enorme Carmen Gahona (la pareja de Chiquetete y la enemiga pública número uno de Raquel Bollo, también conocida como el indio del ron Cacique) no puede concursar por consejo de los médicos. Los «gahonistas» estamos desolados, pero habrá que esperar un poco para ver con nuestros propios ojos si Arancha (y sus innecesarias trenzas africanas) y Labrador de ‘Gandía Shore’; el hombre que se comió a Rafi Camino que ha venido a sustituir a Rasel; Lucía de ‘Gran Hermano 15’; Christopher (el hermano del pijo marbellí del último ‘¿Quién Quiere Casarse Con Mi Hijo?’); la follonera Suhaila en su retorno al programa y Fortu de Obús, empiezan a concienciarse de que lo que aquí cuenta es la sangre y no las habilidades para superar las pruebas. Al resto de supervivientes no hace falta ni mencionarles porque son unos wannabes de la vida y ya están tardando en traerles de vuelta a España.
Divididos en dos equipos, los veteranos y los novatos, los concursantes han tenido que sacar el cochino que llevan dentro revolcándose en una piscina de barro para ganar una estancia en Isla Privilegio, lo que vendría a ser el típico hotel de resort caribeño pero sin pulserita de barra libre. Y en tiempo récord, incluso, ya han tenido que nominarse entre ellos para generar algo de vidilla y mal rollo al asunto. La competición no ha hecho más empezar y lo bueno no se hará mucho de rogar. Paciencia pues.
Calificación: 4/10 (aunque la última edición de ‘Gran Hermano VIP’ también empezó así y acabó siendo de 10).
Destacamos: los pendientes de perlas de Carmen Lomana y lo que pierde la pobre Lucía de GH 15 sin gafas.
Te gustará si te gustan: los últimos ‘Supervivientes’, que han sido una mina de contenidos inagotable para el programa de la escritora de ‘Sabor A Hiel’ y ‘Sálvame’.
Predictor: como siempre, la cosa se pondrá de lo más interesante a medida que pasen las semanas y acabaremos enganchados los jueves a Telecinco.