Dry the River, el cuarteto de Londres que conocerás por discos como ‘Shallow Bed’ o más recientemente ‘Alarms In The Heart’, llega esta semana a nuestro país como parte del ciclo Budweiser Live Circuit. Hablamos con Matt, guitarrista, sobre el proceso de composición de este último trabajo, el éxito del folk-rock o incluso sobre la música de baile.
Dry the River actúan el lunes 20 en Donosti, el 21 en Zaragoza, el 22 en Madrid, el 23 en Cartagena, el 24 en Valencia y el 25 en Barcelona. Nunatak ejercerán de teloneros. Detalles, aquí.
Grabasteis vuestro nuevo disco en Islandia. The Line of Best Fit describió el proceso como un «retiro rural». ¿Es así? ¿Exactamente dónde trabajasteis en el álbum?
Sí, supongo que es verdad, pasamos mucho tiempo en áreas rurales del país. Fuimos a Reykjavík, donde pasamos las primeras dos semanas, después viajamos a Mosfellbaer y finalmente nos trasladamos a la isla de Heima.
¿Qué os llevó a Islandia? Un gran número de músicos viaja allí a trabajar en sus discos, últimamente, The xx.
Queríamos espacio y cierto grado de aislamiento para poder concentrarnos completamente en el álbum. Nos volvimos un poco locos al final, como ya sabíamos que ocurriría en un principio, pero fueron grandes momentos y un viaje increíble que recordamos con cariño.
Os ha producido el álbum Charlie Hugall. ¿Sois fans de su trabajo junto a Florence + the Machine? ¿Habláis con él de artistas con los que ha trabajado o sobre lo que queréis o no queréis en vuestro sonido?
Personalmente, no conozco la música de Florence. Nos gustaba Charlie en lo personal y disfrutamos hablando con él sobre discos de Portishead y Pixies. Trabajamos con él en un tema para la película ‘Zaytoun’. Su dedicación en Islandia fue increíble, creo que se volvió más loco que nosotros. Le arruinamos, pero le encantó.
Paul Savage y Peter Miles también están en el disco. ¿Cómo entrasteis en contacto? ¿Qué aportaron al sonido de ‘Alarms’?
Trabajamos con Paul cuando volvimos de Islandia, en principio hizo la mezcla adicional, y después trabajamos con él en ‘Hope Diamond’, ya que esa no la teníamos terminada. Fue estupendo trabajar con él, una influencia muy tranquila en el estudio y tiene realmente muy buen gusto con todo lo que hace. Peter L. escribió otra tanda de canciones después de que volviéramos y decidimos que el disco las necesitaba. Así que Peter Miles nos salvó grabando ‘Med School’, ‘Rollerskate’ y ‘Everlasting Light’. Añadieron la energía que el álbum necesitaba, él es muy bueno consiguiendo esa energía.
¿Escribir de manera colectiva es duro para vosotros o depende de la canción o la situación?
Sí, es bastante duro. Pete y yo nos torturamos a nosotros mismos. Debería ser más divertido probablemente, pero siempre nos las arreglamos para convertir el proceso en algo estresante y semi-académico. Cambia de canción a canción, algunas canciones surgen muy rápidamente, pero otras son bastante arduas. Aunque puede ser muy gratificante. Creo que ‘Vessel’ es una cumbre para nosotros. Nos llevó años, pero está muy bien redondeada.
¿Cómo surgió la colaboración de Emma Pollock en ‘Roman Candle’? Tiene una voz muy interesante que os sienta muy bien.
Cuando Pete y yo estábamos mezclando con Paul Savage en Glasgow, vimos a Emma actuar una noche y se nos ocurrió que su voz podría pegar en la canción. Tuvimos la suerte de que estuvo de acuerdo. Pete siempre quiso que la canción tuviera una segunda voz, femenina. Esa fue siempre la intención, así que nos alegró mucho que Emma pudiera hacerlo.
«No hay razón por la que un par de tíos con guitarras acústicas no puedan escribir un gancho de pop tan exitoso como el de Rihanna»
¿Por qué creéis que lo que se llama folk-rock, que también os pega, tiene tanto éxito a día de hoy? Como Mumford and Sons, Ed Sheeran, The Lumineers… Son tan famosos como Rihanna o Katy Perry. ¿Quizá su éxito sirve como contrapartida al éxito de la música dance-pop, que siempre es popular?
Creo que los artistas que describes básicamente son artistas de pop. Mumford and Sons tienen una fuerte influencia bluegrass y eso salta a la vista, pero por lo demás, simplemente hablas de música pop. No hay razón por la que un par de tíos con guitarras acústicas no puedan escribir un gancho de pop tan exitoso como el de Rihanna (aunque a menudo no lo consigan, y ella es increíble). Sin querer llevar la contraria, no estoy seguro cuando la gente habla del éxito de las bandas basadas en guitarras como respuesta o contragolpe contra la música de baile. Creo que hay lugar para todo. El momento de la gente vuelve. La música de baile realmente nunca se va o se ve derrotada, y gran parte de ella está muy bien.
¿Qué opináis del concurso de la BBC Sound of? Estuvisteis entre los artistas que aspiraron a ser la mayor promesa de la música británica en 2012. Al final ganó Michael Hiwanuka, pero tampoco hemos oído hablar tanto de él como de los que quedaron en el top 5: Frank Ocean, Azealia Banks o Skrillex…
Es una gran plataforma para los artistas, nosotros recibimos mucha atención, pero obviamente no te eleva automáticamente. Tienes que gustarle a la gente, tienes que seguir luchando y conectar con la gente. Michael es un gran artista y le está yendo bien. Pero lo de Skrillex obviamente es una historia diferente, se hizo gigante. En la música nunca puedes adivinar qué va a conectar con la gente, y eso es lo excitante de formar parte de ella.
Ahora mismo estáis de gira. ¿Os inspira estar de gira no sólo profesional sino personalmente?
Sí, absolutamente. Para mí es una de las mejores partes del trabajo. Es realmente increíble ver tantos lugares, en una sucesión tan rápida y en un período tan corto de tiempo. Es como un torbellino y puede desorientarte, sobre todo en Europa, donde puedes pasar por dos o tres países en el mismo día. Pero nos inspira mucho, es muy gratificante tener la oportunidad de viajar tanto.
Ahora llegáis a España, ¿algún recuerdo que compartir?
Nos encanta tocar en España, la gente siempre ha sido muy cálida y amable. Mi recuerdo más nítido es grabar una versión de ‘Chambers and the Valves’ en Barcelona, donde íbamos caminando por las calles y terminamos en una playa. Eso no lo haces en Londres.