Retorno a la Tierra. Si ‘Anything in Return‘ era etéreo y flotante, muy ligado al house sensual que Chaz Bundick exploró en su encarnación como Les Sins, este ‘What For?’, en cambio, es una obra más terrenal y precisa. Chaz sonríe en la portada abiertamente y esa alegría se contagia a su contenido, que se despoja de buena parte de la melancolía que impregnaba su anterior disco. Casualmente, y quizás como muestra de que el ensimismamiento ha dejado de ser uno de sus signos de identidad, este álbum es el primero en que Chaz no está prácticamente solo y participan músicos invitados, entre ellos Ruban Nielson de Unknown Mortal Orchestra. Las colaboraciones parecen encender la chispa adecuada y Chaz se desata, otea variopintos y vastos horizontes y hacia ellos dirige su cacharrería sideral, listo para crear su nueva amalgama: Beatles, la psicodelia, Hall & Oates, un punto de soft-rock setentero, el funk ahumado y la disco music más «groovy», pero sin abandonar su particular sonido retro, lo-fi, sensual y balsámico.
No, definitivamente el sarpullido primaveral de su primer single, ‘Empty Nesters‘, encantador y saltarín, no ha sido ningún accidente aislado. En ‘What For?’ Bundick está mucho más preocupado por las canciones que por las atmósferas. Los ambientes siguen siendo importantes, por supuesto; pero así como en su obra precedente los temas parecían la excusa para poder plasmar el paisaje sonoro que creaba su imaginación, esta vez sus pequeñas sinfonías funky de dormitorio se tornan corpóreas y rompen en grandes melodías y estribillos. A darles brillo, además, ayuda una inteligente secuenciación que las hace fluir ligeras. Así, el pop soleado de la inicial ‘What You Want’ da paso al elegante e indolente tempo que marca ‘Buffalo’ y su estribillo sabrosón, que a su vez es la antesala idónea al funk espacial de ‘The Flight’ (el tema más cercano al espíritu de ‘Anything in Return’). Tras ‘Empty Nesters’ llega ‘Ratcliff’, con su hechizo Beatle; ‘Lilly’ y ‘Spell it Out’ parece que las conozcas de toda la vida, una en su vertiente de psicodelia dulce, la otra con su ritmo disco-funky; ‘Half Dome’, algo así como Blur jugueteando con el AOR, nos arrastra hasta ‘Run Baby Run’, pura orfebrería indie-pop de estribillo irresistible que nos conduce hasta la nostálgica ‘Yeah Right’, colofón de un disco accesible e infeccioso. Quizás le lastre un exceso de mimetismo con sus modelos, pero hay que reconocer que conseguir manufacturar tamaña colección de canciones atemporales es una tarea ardua… aunque en manos de Chaz Bundick parezca la cosa más sencilla del mundo.
Calificación: 7,5/10
Lo mejor: ‘Buffalo’, ‘Empty nesters’, ‘Run baby run’
Te gustará si te gusta: el último de Daft Punk, los Hall & Oates menos melosos, la neopsicodelia más pop.
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