Con la tontería la EDM ya lleva unos años instalada no sólo en los cerebros de los clubbers más jóvenes, sino también en el pop. Y si no que se lo digan al productor ruso-alemán Zedd, que después de dar el pelotazo hace tres años con aquel ‘Clarity’ que daba título a su debut, se ha codeado con artistas como Ariana Grande (‘Break Free’) o Lady Gaga (él fue uno de los culpables de llenar ‘ARTPOP’ de breaks con sonidos de serruchos), y se pasea por las cabinas de medio mundo cobrando insultantes cantidades de dinero por cualquier bolo.
Que el dj ahora sea lo más cercano a lo que anteriormente entendíamos como rock star ya dice mucho de cómo en la actualidad funciona la vertiente más mainstream de la electrónica. Pero dejando ese debate de lado, Zedd en este segundo álbum que lleva por título ‘True Colors’ deja patente una serie de virtudes y defectos que, dado el éxito que está cosechando, dudamos mucho de que le hagan recular en futuras entregas.
Independientemente de esos subidones que tanto le deben al french touch macarra de los primeros Justice (o a los padres del asunto, Daft Punk, de quienes toma prestado ese manto de sintes desquebrajados que pueden encontrarse en ‘Papercut’), el productor indiscutiblemente tiene buena mano en lo que a melodías vocales se refiere. El featuring estrella de esta ocasión en ‘I Want You To Know’, a cargo de Selena Gomez, es un claro ejemplo de ello. Aunque a lo largo de estas nuevas canciones por aquí se pasean otras voces como las de Tim James en el tema titular, o la de una Julia Michaels que cumple con creces en ‘Straight Into The Fire’ (aunque su voz recuerda, y mucho, a la de Malin Dahlström de Niki & The Dove).
Más allá de eso ya se sabe de antemano que aquí uno lo que va a encontrarse son temas de beats musculados hechos expresamente para el jolgorio hedonista y quemar calorías con unas copas de más, como ‘Done With Love’, donde se pasa de estridente al provocar dolores de cabeza en el oyente menos entrenado en la EDM. No obstante, se agradece, y mucho, que en números como la anteriormente mencionada ‘Papercut’ o en la synth-popera ‘Daisy’ (con sus acertados violines enlatados) rebaje las pulsaciones y nos muestre una cara mucho más interesante rehuyendo de lo que la mayoría espera de él. Sí, su música no aporta nada nuevo bajo el sol electrónico, pero al menos no provoca la vergüenza ajena que veteranos como Giorgio Moroder han generado recientemente al querer sonar contemporáneos a toda costa.
Calificación: 5,2/10
Lo mejor: ‘I Want You To Know’, ‘Papercut’, ‘Daisy’
Te gustará si te gusta: Hacer el ganso con dos copas de más (o bien sentirte un teen cuando ya no eres nada de eso) y darlo todo en la elíptica de ese gimnasio al que vas menos de lo que quisieras.
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