Las listas del año no sólo se deberían componer de lo mejor (por todas partes Jamie xx, Björk, Sufjan Stevens, Kendrick Lamar) o lo más vendido (por todas partes Adele, Taylor Swift, Ed Sheeran). También debería haber un hueco para las curiosidades del año, aquellas que no fueron lo mejor ni lo más popular pero que años después te encuentras en una estantería y exclamas: «¡hostia, este disco!». Entre esas curiosidades editadas en 2015 está el mini álbum que se han sacado de la manga Big Grams. Y no estoy hablando de su portada, que también tiene lo suyo.
Puede que muchos argumenten que se vio venir esta colaboración después de que Phantogram aparecieran en el álbum de 2012 de Big Boi, pero en aquel ‘Vicious Lies and Dangerous Rumors‘ cupo tanta gente que casi nadie lo habría adivinado. ¿Hemos tenido disco colaborativo entre Big Boi y Wavves? No. ¿Hemos tenido disco colaborativo de Big Boi y Kelly Rowland? Tampoco, aunque en este caso y teniendo en cuenta la suerte que suele correr esta última, igual tampoco nos habríamos enterado.
El dúo medio alternativo medio indie medio underground medio no Phantogram puede resultar extraño de ver mezclado con la mitad de Outkast, pero en realidad no lo es tanto. Ya cuando nos enfrentamos hace casi dos años a su pelotazo ‘Fall in Love’ apuntábamos que parecía sonar al primer Kanye West y esa contundencia, esa grandilocuencia, la del rap de principios de siglo, tamaño Jay Z, es la que encontramos también en el tema estrella de este disco, el gran single ‘Fell in the Sun‘. Los explosivos vientos se corresponden con el dulce estribillo entonado por Sarah Barthel, mientras que las estrofas dejan espacio para los fraseos de Big Boi, similar estrategia a la que encontramos en el primer tema ‘Run for Your Life’, un tema más crudo, con mayor peso de él; o en ‘Lights On’, un tema más melódico, aparentemente con mayor peso de ella, pero en el que él ha terminado introduciendo un verso sobre la muerte de su padre y sus abuelas, como el mismo Big Boi ha anotado en Genius.
A veces es algo incómodo escuchar los chistecitos de él, sobre mamadas, salchichas y vitamina D («D» de «dick») mientras esperas a que irrumpa la parte de Barthel; por no hablar de que Kanye West hoy en día está ya a otras cosas… pero el flow de estas canciones no es despreciable. Con la excepción de ‘Put It On Her’, que parece un interludio y quizá debería serlo de manera más decidida, ‘Goldmine Junkie’ y ‘Born to Shine’ con Run the Jewels van llevando hasta ese clímax llamado ‘Drum Machine’ improvisado con Skrillex, que sirvió de punto de partida para el disco y que… de acuerdo, no pega mucho, pero cualquiera le da un «no» como respuesta.
Calificación: 7/10
Lo mejor: ‘Fell in the Sun’, ‘Drum Machine’, ‘Lights On’, ‘Born to Shine’
Te gustará si te: hubiera gustado un cruce entre Tricky, Goldfrapp, Jay Z y Kanye West, remezclado por Diplo como colofón final
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