Coleta con coleta. Fernando León de Aranoa, autor de otros documentales como ‘Caminantes’ (2001) o ‘Invisibles’ (2007), decidió hace año y medio contar el proceso de construcción de un partido político emergente: Podemos. ‘Política, manual de instrucciones’ narra el «viaje» de la formación de Pablo Iglesias desde el congreso de Vistalegre, donde se decidió su estructura, hasta las elecciones del 20 de diciembre, cuando consiguió más de cinco millones de votos. ¿Un documental para militantes? No, no solo. Te damos 5 razones para ver esta película incluso si piensas como Leticia Sabater.
1. No es un panfleto. Aunque la repetición de las elecciones ha hecho que se estrene en plena campaña electoral, esto no es un documental de propaganda. De hecho, la idea de su realización surgió desde fuera, no desde dentro. No fue un encargo. Obviamente, la mirada de Aranoa no es neutral -y me apuesto mis vacaciones a que es votante de Podemos- pero esto no es ‘El triunfo de la voluntad’ (1935). Hay simpatía y admiración, se nota, pero también distancia crítica. La suficiente como para exponer las contradicciones y las crisis internas que vivió (y vive) la formación, y poner en cuestión algunas de sus decisiones y renuncias.
2. Funciona como «manual de instrucciones». El título está muy bien puesto. La película se puede ver como un curso acelerado sobre política contemporánea, un CCC que podría llamarse «Cómo montar un partido en un año y ganar millones de votos». La película refleja de forma casi didáctica los debates internos y externos del partido, la configuración de su estructura, los tropiezos y los cambios de estrategia que de ellos se derivaron o el diseño a todo correr de la campaña electoral.
3. No aburre. Aranoa sabe cómo contar una historia, y eso, en un documental de este estilo (y de dos horas de duración), se agradece. Y es que la historia de Podemos no deja de ser un relato clásico, un argumento universal. David contra Goliat. O cómo pasar de una tienda de campaña en Sol a un asiento en el hemiciclo. Pura épica. Como dice Iglesias citando a «un ruso calvo»: «Hay décadas en las que no pasa nada y semanas en las que pasan décadas». Y Aranoa estaba ahí para filmarlas.
4. La elocuencia de sus protagonistas. Acostumbrados a escuchar brillantes argumentaciones tipo «Un vaso es un vaso y un plato es un plato» o «España es una gran nación y los españoles muy españoles y mucho españoles», por no hablar de frases en «inglés» como «It’s very difficult todo esto», la labia de Iglesias, Errejón o Monedero parece de otro planeta, de uno donde los políticos saben inglés y son capaces de articular un discurso con un mínimo de coherencia y riqueza semántica. Escuchar a Rajoy y luego a Errejón es como escuchar las variaciones Goldberg en una catedral después de oír a Pitbull en un centro comercial.
5. Iñigo Errejón. Ha nacido una estrella. El portavoz de Podemos es más robaplanos que Greta Gerwig y Kristen Wiig juntas. La cámara le quiere y Aranoa lo sabe: está completamente seducido por él. Por su extraordinaria facilidad de palabra, su brillante capacidad de análisis, su entusiasmo contagioso, su aspecto de empollón y hasta por su conmovedor cansancio. ¿Estará celoso el «macho alfa», como le llaman los detractores de su partido? 8.