El próximo 4 de mayo se publica ‘Inercia, el párpado del puercoespín’, un homenaje al segundo álbum de Lagartija Nick editado por Lunar que sucederá a los homenajes a Echo & the Bunnymen (con Love of Lesbian, Julio de la Rosa, Deluxe, Malahora…) y The Church (con Maga, Los Hermanos Dalton, Manu Ferrón, Ana Bejar…). El sello considera que «‘Inercia’ es, sin duda alguna, una de esas joyas que han marcado la historia del rock en España» y aprovecha su 25º aniversario para este lanzamiento.
Los artistas que han participado esta vez no pueden ser más apetecibles ni variados, desde Perro a Amaral, desde Triángulo de Amor Bizarro a Trèpat, pasando por Niños Mutantes o León Benavente. Este será el tracklist:
EL IMPERIO DEL PERRO / NUEVO HARLEM
TRIÁNGULO DE AMOR BIZARO / ESA EXTRAÑA INERCIA (ANFETAMINA)
LEÓN BENAVENTE / SÓLO AMNESIA
BLAM DE LAM / ALGO SUCIO, ALGO ELÉCTRICO
ERROR 6 / ROCK’N’ROLL ZINE
TRÈPAT / SATÉLITE
AMARAL / UNIVERSAL
DELBOSQUE / TRANSFIGURACIÓN (MIS 5 SENTIDOS)
PERRO / PORNO-STEREO
MIDI PURO / ECLIPSE
NIÑOS MUTANTES / CARA B
Os dejamos con la nota de prensa escrita por Blas Fernández sobre el significado del disco original y la relación con Nirvana:
«A través de mis cinco sentidos
Atendiendo al carácter de sus lanzamientos anteriores e inmediatamente posteriores, casi podría pensarse que allá por 1992 las multinacionales del disco se habían vuelto locas. El rock, entendido éste en algunas de sus acepciones más crudas y directas, volvía a copar puestos en las listas de ventas del mercado mainstream. Un hecho que, al menos con semejante volumen de negocio, no se producía desde el punk a finales de los 70.
Puede que el inesperado éxito masivo del Nevermind de Nirvana en 1991 les hubiera pillado por sorpresa, pero no, en realidad no se habían vuelto locas. Bien al contrario, y con la celeridad habitual, lo que hicieron los grandes sellos discográficos fue reiterar una fórmula que ya les había reportado suculentos beneficios en tantas ocasiones anteriores: buscar productos más o menos similares y lanzarlos con mayor o menor fortuna.
En términos artísticos, esa situación se tradujo en una atractiva posibilidad de llegar a mayores audiencias para múltiples bandas de la escena independiente. Y aquí, en España, una de las agraciadas por tan afortunada carambola del destino fue Lagartija Nick.
El grupo, integrado entonces por Antonio Arias, Juan Codorniú, Éric Jiménez y Miguel Ángel Rodríguez Pareja, había puesto en circulación Hipnosis, su arrollador debut en largo, el mismo año de la edición de Nevermind. Publicado por la pequeña escudería Romilar D, aquel álbum destilaba virtudes inéditas en una escena en pleno cambio, aún transitando desde el exhausto pop de los 80 al todavía balbuciente indie de los 90, y en la que sólo hallaba ciertos paralelismos en otras notables bandas bisagra: Cancer Moon, Los Bichos, Surfin’ Bichos, The Pantano Boas…
Por supuesto, la conexión formal, argumental y estilística, de Lagartija Nick con Nirvana era completamente inexistente, pero, demonios, ¡menudo ruido armaban! La sacudida eléctrica que proporcionaba aquel disco, fiel a sus impetuosos directos, debió de resultar razón suficiente para el fichaje relámpago por parte de CBS, dispuesta a probar suerte con aquellos indómitos granadinos. Y el primer fruto de esa frágil alianza fue el demoledor Inercia (1992).
¿Sabe a qué virtudes me refería al hablar de Hipnosis? ?¿No? Pues a una potencia lírica, la de los textos de Antonio Arias, acorde a la enorme contundencia sónica que desplegaba el conjunto de la formación. Ambas se magnificaban en Inercia, que afianzaba al letrista con una torrencial y visionaria colección de sugerentes instantáneas del caos y, al tiempo, potenciaba el poderío instrumental del cuarteto, en la misma medida deudor histórico que insobornable prospector futuro, una seña de identidad que, es bien sabido, Arias mantendría luego tanto en la sucesivas encarnaciones de Lagartija Nick como en sus discos en solitario.
En términos comerciales, para CBS aquella apuesta, saldada tres años después con Su, resultó prácticamente irrelevante, pero de su soterrada proyección, de su alargado legado, da cuenta este Inercia (El párpado del puercoespín), en el que once bandas tan dispares y distantes como las que muestra el tracklist evidencian hoy el poso que el grupo, e Inercia en particular, dejó en las futuras generaciones de músicos españoles por venir.
Y de la idoneidad del rescate da cuenta este último apunte. Según Antonio Arias, tanto el título de Hipnosis como el de Inercia aludían a estados fuera de control en los que el individuo o el colectivo experimentaban cómo se evaporaba su capacidad de decisión y se sentían arrastrados por la propia dinámica de los acontecimientos. Desgraciadamente, ¿contempla mejor momento?»