Meses atrás yo mismo hice una entrevista a la escritora y guionista Diana Aller sobre su trabajo en televisión, y recordaba con orgullo un formato que se emitió años atrás en Antena 3 llamado ‘Ven a cenar conmigo’: “Tenía varios elementos que me fascinan. Una voz en off que decía todo lo que le escribíamos las guionistas, y era una auténtica ida de olla: gente pugnando por un menú, una casa, una presentación… Desconocidos que se juntan para cenar y juzgarse… (…) Se ve la realidad humana en toda su crudeza, la lucha por el estatus, que es al fin y al cabo lo que mueve el mundo ahora mismo”.
Diana definió la esencia y mecánica del programa perfectamente en esas líneas, y sirve para acotar también la nueva versión del programa, que se basaba en un formato británico y que ahora emite Cuatro. Es decir, el programa viene a ser el mismo que se emitió en el canal de Atresmedia en access prime-time entre 2008 y 2010, con una voz en off (gracias por no interponer un presentador que no aporte nada y ralentice la dinámica) que da una caña tremebunda a los participantes –casi tanta como la que se dan entre ellos– y un buen casting de gente dispuesta a ser sibilina y mala para con su anfitrión, con tal de hundir su moral y sacar tajada de ello.
En este caso, llovieron tantas miradas cómplices como puñaladas entre una italiana pijita, mona y simpática (un blanco fácil para las otras dos mujeres), una ex-procuradora amante de la cultura asiática (y de decir justo lo contrario de lo que piensa), una cleaning manager (en sus propias palabras) con pasado heavy, un chico callado que no se explica por qué no tiene novia (¿quizá porque tienes un altar dedicado a Mariah Carey, cuqui?) y un ejecutivo sosillo que va de pérfido y al que le hace tilín la italiana, conforman un cóctel –nunca mejor dicho– explosivo.
El primer programa emitido anoche fue, por tanto, una de esas escasas excepciones a la regla de que segundas partes nunca fueron buenas… pero pudo ser mejor. Por despiadadas que son las aportaciones en locución y el mucho juego que dan los invitados, alargando el formato al horario de ¡casi dos horas! de prime time se aplasta aquella agilidad de antaño –una de sus mayores virtudes– y acaba incidiéndose una y otra vez en las mismas bromas y situaciones, con un considerable lastre para su ritmo. Para más inri, si en su anterior etapa la dinámica se desarrollaba en un único programa de media hora, aquí dos horazas apenas dan para presenciar 2 de las 5 cenas (!) dejando todo inconcluso para el siguiente programa o incluso sucesivos. Ni ‘House of Cards’, vaya. ¿Os acordáis lo contentos que nos pusimos al descubrir en las primeras ediciones de ‘Quién quiere casarse con mi hijo’ –que, por cierto, vuelve mañana– o ‘Granjero busca esposa’ cuando duraban poco más de una hora? Pues eso.
Calificación: 6,5/10
Destacamos: el casting y que se mantiene la esencia de su anterior versión.
Te gustará si: fantaseabas con un mix de ‘QQCCMH’ y ‘Masterchef’.
Predictor: con la dura competencia que se prevé en la franja las próximas semanas (hoy se estrenan los nuevos ‘Gran Hermano’ y ‘Masterchef Celebrity’), podría no durar mucho –aunque ayer funcionó bien en cuanto a share– y sería una pena.