Por mucho que los medios nos quieran hacer creer que todo empieza y acaba en Catalunya, en lo que a titulares se refiere, hay muchísimos otros temas por los que realmente deberíamos estar preocupados. Sin ir más lejos, ahí están esas más que probables consecuencias del cambio climático que, queramos o no, nos van a afectar a todos independientemente de dónde vivamos o qué ideología política prediquemos. Gary Numan, icono donde los haya del synthpop, es bien consciente de ello. En este último ‘Savage (Songs from a Broken World)’, su 21º disco hasta la fecha, el británico se vale de lo conceptual para hacernos partícipes de una distopía en un lugar indeterminado del Oriente Medio en el que sus habitantes están sufriendo en sus carnes las consecuencias del cambio climático. A medio caballo entre ‘Mad Max’ y ‘Lawrence de Arabia’ el británico, tanto en la portada (de dudoso gusto estético, las cosas como son) como en las canciones, se vale de este imaginario desértico mundo post-apocalíptico para dar una opinión no precisamente muy optimista que digamos sobre lo que le espera a la humanidad.
A priori todo esto podría parecer una mera pose para hacerse el interesante e, incluso, captar a algún que otro joven que desconozca que él lo fue todo hace décadas cuando editó ‘Cars’ o ‘Are Friends Electric?’ en pleno apogeo de la new wave. Pero Numan, que de siempre ha simpatizado por ejemplo con PETA, ha afirmado en entrevistas promocionales que empezó a plantearse seriamente estos futuros problemas medioambientales cuando el presidente Trump decidió que Estados Unidos abandonaría el Acuerdo de París. De ahí que el disco no sólo sea pesimista en su contenido, sino que también incorpore elementos sonoros arabescos que refuercen la narrativa cinemática de ese inhóspito lugar en el que enmarca toda la trama, como en la épica ‘Bed of Thorns’.
Producido por el habitual Ade Fenton, ‘Savage (Songs from a Broken World)’ es un disco que encantará a Trent Reznor, uno de sus mayores fans, por el toque electro-industrial que impera de principio a fin como viene siendo habitual en el Numan de los últimos años. La accesible ‘My Name Is Ruin’ (uno de los mejores singles que ha lanzado en años donde, además, su hija de 11 años Persia le echa un cable en los coros); ‘The End of Things’ con sus cuerdas enlatadas (Numan no ha perdido ni un ápice su capacidad de firmar estribillos emocionantes y eficaces con los años), o los sintes oscurísimos y pesados de ‘When the World Comes Apart’ se encuentran entre lo mejor del lote junto al medio tiempo ‘And It All Began With You’ (que bien podría haber sido interpretada por Dave Gahan en lo último de Depeche Mode) o la intensita ‘What God Intended’.
Sonoramente este es un trabajo de lo más compacto, pero puestos a encontrar una pega habría que achacarle su duración: casi una hora en apenas diez temas que, por momentos, se alargan innecesariamente. Pese a ello, y siendo consciente de que Numan a estas alturas de su carrera podría estar viviendo de rentas o giras de grandes éxitos, se agradece que a sus 59 años aún siga arriesgando y apostando por la electrónica como lenguaje musical.
Calificación: 7,2/10
Lo mejor: ‘My Name Is Ruin’, ‘The End of Things’, ‘And It All Began With You’
Te gustará si te gustan: los discos conceptuales y, sobre todo, el pop-rock industrial que Numan ha predicado en los últimos años
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