En algún momento dado alguien en Bilbao debería agradecer la labor que han llevado a cabo The xx con Night + Day Bilbao. Aunque solo sea por el hecho de dar un empujón a Zinegoak, el festival de cine LGTB de la ciudad, o por habilitar el museo Guggenheim como escenario para que John Talabot, el propio Jamie o Joy Orbison, entre otros, pinchen en un entorno privilegiado. Pero, sobre todo, por ofrecer un concierto como el que ofrecieron anoche en el Kafe Antzokia.
Se vendió como un show íntimo y especial. Especial fue, desde luego, pero no por los motivos que muchos tenían en mente. No hubo colaboraciones con bandas locales ni tampoco con Florence + The Machine que comparten cartel con The xx en el BBK Live que comienza el jueves. El carácter de concierto único estaba marcado por la sensación, perceptible nada más entrar, de que la escenografía no cuadraba con el local: demasiado grande para las dimensiones del escenario del Antzoki. Todo fue excesivo en realidad: la calidad y volumen de sonido, el comportamiento del público, el setlist, los arreglos, etc.
Nada más arrancar con ‘Dangerous’, ‘Islands’ y ‘Say Something Loving’ quedó claro que lo de íntimo era una excusa para que el público pagase los 50€ que costaba la entrada esperando ver algo distinto a lo que se va a encontrar el viernes en el recinto del BBK Live. Una especie de maravilloso engaño que nos permitió disfrutar de un concierto gigante en un entorno reducido. Esa sensación, la de estar viendo algo enorme en una sala pequeña, fue quizás la causante de que los asistentes estuviesen pendientes de cada arreglo para celebrarlo. De hecho, salvo un grupo de anormales que dio la nota -y que, por supuesto, se colocaron a mi lado- pocas veces he visto una audiencia más respetuosa y entregada. Hubo momentos para todo; desde la versión casi desnuda de ‘I Dare You’, coreada de principio a fin, hasta la explosión extática de ‘Say Something Lovin’, ‘Loud Places’ y una ‘On Hold’ que vino precedida del remix de Jamie. En todos contaron con el favor del público.
Casi todas las crónicas de los conciertos de The xx coinciden en que sus miembros se muestran casi sobrepasados por los aplausos. Desconozco si es una pose o un comportamiento derivado de su timidez. Lo que sí sé, o al menos quiero creer, es que ayer sí se emocionaron un poco cuando nos dijeron que «Está muy bien todo esto. Está muy bien poder veros las caras y notar cómo disfrutáis». Por lo que a mí respecta, más teniendo en cuenta que cada vez me encuentro más incómodo entre grandes aglomeraciones de gente, lo de ayer debería ser obligatorio en todos los festivales. No una versión en acústico del concierto sino EL CONCIERTO en sí en local pequeño.
Jamie, Rommy y Oliver cerraron con ‘Angels’ creo que para demostrar que son capaces de hacer lo que quieran y hacerlo siempre bien. Os levantamos con ‘Loud Places’, ‘On Hold’ e ‘Intro’ y os dejamos coreando «leaving without them / being as in love with you as I am». Porque podemos.