Meses atrás Desert daban señales de vida (nunca mejor dicho, actuando en Vida Festival y FIB), presentando un vídeo fascinante para su single ‘Sense Likes‘ –publicado en 2017 vía el sello neoyorquino Cascine Records– y participando en el proyecto de Sónar Festival de enviar música al espacio por su 25º aniversario. Ahora sabemos que era el adelanto de más novedades del esquivo dúo formado por Cristina Checa y Eloi Caballé, que lleva dando que hablar desde que, hace ya un lustro, se formaran tras la disolución de Granit, otro interesante pero fugaz proyecto de Cristina.
Ahora sabemos que Desert han fichado por el sello nacional La Castanya, y que con él publicarán su segundo EP tras su gran debut ‘Envalira‘ (2014). Será un disco que verá la luz el próximo 26 de octubre en formato digital, CD y una edición limitada de vinilo azul eléctrico, y constará de 5 canciones, entre las que se incluyen la citada ‘Sense Likes’ y la cara B de ese single, ‘Encara‘. Se titula ‘Sense‘ y se centra en el concepto de ausencia: “es un grupo de canciones pop que giran en torno a la idea de la ausencia y de nuestra existencia distópica. El trabajo es un reflejo de sueños, engaños, espiritualidad, tecnología y soledad”, ha dicho el grupo a Red Bull Music. Por eso todas sus canciones –a excepción de ‘Encara’– contienen la palabra «sense» («sin» en catalán): a ‘Sense Likes’ se suman ‘Sense Wifi’, ‘Sense casa’ y ‘Sense tu’, tema que esta misma semana ha estrenado a modo de adelanto la web británica The Line of Best Fit –hace tiempo que su dimensión es internacional–.
‘Sense tu’ se presenta con un vídeo filmado por Olatz Azcona en una de sus regiones favoritas de Cataluña, el Delta del Ebro. Aprovechando el paralelismo de esos paisajes desérticos con su propio nombre, imágenes superpuestas de capas y banderas al viento, falsos grillz dorados, máscaras y fuego dan soporte visual a esta nueva muestra de lo fascinante que puede ser el pop futurista de Desert, en este caso una gran melodía vocal de Checa sobre una ágil base casi bailable, enfangada por coros fantasmales que, con un breve silencio al alcanzar su mitad, renace con un puente sutilmente diferenciado, antes de regresar al coro inicial. Una nueva muestra del fascinante universo de uno de los proyectos más estimulantes y personales surgidos en nuestro país recientemente.