En nuestra sección Meister of the Week, dedicada a las pasiones y obsesiones confesables de los artistas de nuestro país no necesariamente relacionadas con la música, esta semana tenemos como invitados a Cala Vento. El dúo de Girona se ha convertido en uno de los grandes revulsivos del rock melódico de ascendencia punk gracias a dos discos como ‘Cala Vento’ (2016) y ‘Fruto Panorama’ (2017), complementados recientemente con el EP ‘Canciones de sobra’. Una trayectoria meteórica que les ha llevado a tocar incansablemente durante los dos últimos años, motivo por el cual se tomarán un descanso para preparar un nuevo álbum. Pero antes, se despedirán momentáneamente de su público con dos singulares conciertos en los que les acompañarán varios grupos amigos (sin desvelarse previamente cuál estará en cada fecha): Disco Las Palmeras!, La Plata, Yawners, Vulk y Ordesa podrían actuar los días 20 y 21 de octubre en las salas Sidecar y BeGood (respectivamente) de Barcelona; o los días 9 y 10 de noviembre en la Sala El Sol de Madrid. Lo seguro es que esos serán los días en que podrás ver a Cala Vento.
Volviendo a esta sección auspiciada por Jägermusic, Joan Delgado, batería y voz de Cala Vento, nos contó que, tras haber pasado 10 años trabajando en un taller cerámico, es un especialista en “caganers”, esas figuritas de belén navideño tan tradicionales en Cataluña (y que se han ido extendiendo al resto de España, con los años). Sobre esta insólita cuestión le sometimos a un cuestionario en el que nos explica lo que significa el “caganer”, los leitmotivs más curiosos o raros que ha fabricado o vendido y alguna anécdota realmente impagable.
Cuenta, por favor, para quien no lo sepa, qué es un caganer y qué simboliza.
El caganer es una figura típica de los pesebres catalanes representada como un agricultor vestido con una barretina (el gorro típico catalán), unos pantalones negros y una faja roja, y la historia cuenta que con la caca fertilizaba la tierra para el año siguiente. En general simboliza suerte y alegría en casa y se dice que no ponerlo trae mala suerte. Eso hace que para muchos famosillos tener un caganer se convierta en un honor.
Explícanos cómo es cuando, con 14 años, te introduces en el mundo caganer.
Todos mis amigos cercanos parecían (o eran) más mayores que yo y tenían sus curros en los campings, pero en mi caso, por culpa de mi cara de niño y mi estatura no encontré absolutamente nada. Mi madre me vio tan triste por no tener trabajo que habló con su prima, Anna Maria Pla Massot, quien con sus dos hijos tenían una empresa (caganer.com) que se dedicaba a fabricar caganers de barro hechos a mano. Ese verano conseguí entrar no para trabajar, sino para estar unas horas al día en el taller ayudando a Marc y a Sergi a hacer ríos para el pesebre, caganers y otras figuras. Cuando llegó el verano de mis 16, empecé a ir las ocho horas del día y no solo a encargarme de fabricar figuras, sino ya a realizar las fotos de producto, retocarlas con el photoshop y subirlas a la página web de la empresa. De los 17 a los 23 años también trabajé en las ferias navideñas que se organizan en Barcelona, en la Sagrada Família y en la Catedral.
¿Puedes contar cómo, a grandes rasgos, se hace un caganer desde que se encargan hasta que se ponen a la venta?
Primero se crea con yeso la figura desde cero y a través de fotografías se esculpe a mano el “original”. Luego se crea con silicona un negativo y un positivo para tener la misma figura en silicona. Luego se fabrica un molde de yeso para poder reproducir copias en barro. Estas copias de barro entran al horno, se cuecen a temperatura altísima y cuando salen están listas para pintar, a mano también.
Tengo entendido que la empresa familiar los hacíais por encargo. ¿Cuál es el encargo más freaky que te hayas encontrado en tus 10 años en el taller?
No exactamente, la empresa se dedica a fabricar unas 40-50 novedades por año, y de cada novedad se fabrican unas 300 copias. Sí que alguna vez se hacen por encargo, es decir, personalizados, pero es un proceso muy costoso y para solo una figura no sale a cuenta.
¿En qué época se empiezan a encargar los caganers? ¿Cuánto se tarda en hacer uno desde que se acepta el encargo?
No hay fecha exacta, los caganers se fabrican todo el año. Cuando termina la temporada de navidad, que es cuando más ventas hay, ya se empiezan a fabricar las novedades para el siguiente año, poco a poco, hasta que de nuevo llega el invierno.
«Alicia Sánchez-Camacho vino a comprarme unos 6 o 7 “Rajoys” y ¡todas las existencias de su propio caganer!»
¿Y la anécdota más loca que te ha ocurrido haciéndolos o vendiéndolos?
Las anécdotas locas son vendiéndolos… La que más, que venga Alicia Sánchez-Camacho a comprarme unos 6 o 7 “Rajoys” y ¡todas las existencias de su propio caganer! Otra divertida fue cuando fabricamos el de Bob Esponja. En la feria vendíamos tantos y tantos que me iba a casa, cerraba los ojos, y lo único que veía eran Bob
Esponjas. ¡Soñaba con ellos! La gente los subastaba en la misma feria, se enfadaban cuando ya no quedaban… una locura.
¿Sabes si en alguna ocasión se ha rechazado hacer un encargo y por qué? ¿O no hay nada que se libre de representarse como cagón?
No lo sé, pero seguro que sí, sobre todo por cantidades muy pequeñas o por personajes que no se lo merecen.
¿Tienes algún caganer favorito personal?
Claro, los que más me gustan son los típicos catalanes, pero así de personaje el que mejor está es Darth Vader.
¿Conservas alguno como un pequeño tesorito o les has acabado cogiendo manía a base de fabricarlos y venderlos?
Manía no, pero no les veo la gracia que otros les ven. Tengo uno bien guardado que es el de la Moreneta de Montserrat. ¡Buscadlo en internet y sabréis por qué!
¿Qué dirías que te ha aportado como artista tu experiencia haciendo estas figuritas?
Sobre todo valorar el trabajo hecho a mano y la artesanía. Hoy en día que todo se fabrica a máquina y en China, es difícil valorar según qué, y más figuras de pesebre. Mucha gente que en la feria se queja de los precios, les cuento cómo los hacemos y luego lo entienden. Es un trabajo manual y artesanal que requiere muchísimas horas y paciencia, igual que en la música, al fin y al cabo nosotros también nos consideramos artesanos de las canciones.