«Me encanta hablar», se interrumpe en un momento de la conversación Álvaro Soler para justificar cuánto habla. Pero la verdad es que no puede ser más interesante oír lo que tenga que decir, como protagonista de un fenómeno excepcional en el pop español. El cantante barcelonés asentado en Berlín desde hace 4 años conquistaba la Europa continental hace un par de temporadas con temas como ‘El mismo sol’ o ‘Sofía’, pero en contra de lo que muchos pronosticaron, ese no fue su techo. ‘La cintura’ ya es su canción más famosa, tras colarse en el top 50 de Spotify a nivel global. Suma más de 150 millones de reproducciones, una verdadera salvajada para un artista español que además no ha conquistado Reino Unido ni Estados Unidos como sí lograba Enrique Iglesias.
Con motivo de su nuevo disco ‘Mar de colores’, no desperdicio mi oportunidad de hablar con él en un hotel de 5 estrellas de Madrid, sobre cómo se ha producido su éxito en Francia, Suiza, Italia o Polonia, en parte causado por el empujón que desde Universal Alemania se le dio allí y en los países colindantes; su deseo de llegar a más gente en contraposición a la tranquilidad de seguir en el anonimato; la escena electrónica de Berlín o Eurovisión. Foto: Ben Wolf.
Hay lo que llamamos «sorpasso»: ‘La cintura’ ya es tu canción más reproducida de todas las que has grabado, superando la millonada de ‘Sofía’. ¿Has ido siguiendo esto porque te hacía ilusión?
Yo también he estado viéndolo. Al decirte esto, ya parece que lo estoy mirando todo el rato, pero me gusta comparar el porqué de las cifras, ver que Spotify ha crecido más que Youtube. En ‘La Cintura’ las reproducciones de Spotify y Youtube están igualadas, pero ‘Sofía’ tiene muchas más en Youtube, más de 400 millones. Mucha gente que escucha Spotify es premium, pero otra no y Youtube es gratis. La gente hace playlists en Youtube con los vídeos, e incluso he visto que se pincha así en bares.
Ahora con ‘La Cintura’, Spotify ha crecido mucho más, hay mucho más usuarios. Y así hemos llegado al top 50 mundial, que nunca lo habíamos conseguido. Hay algo que se está moviendo y por eso llegas a ese tipo de cifras sin ser música urbana, porque todo el mundo en el top 50 es Drake o J Balvin o alguno de estos (risas). Soy el españolito ahí…
«Todo el mundo en el top 50 global de Spotify es Drake o J Balvin o alguno de estos (risas). Soy el españolito ahí…»
No te voy a preguntar solo por cifras y estadísticas…
¡No, no!
Pero es que tu caso es muy interesante. Puedo entender lo de Italia, porque se exportó a Jarabe de Palo, a Rosana; pero hay otros lugares de habla no hispana que no se entiende cómo has llegado.
Polonia no se entiende.
¿Cómo lo has vivido? ¿Te ha ido informando tu sello? ¿Has estado pendiente y es algo que habéis podido programar a través de playlists de Spotify?
Depende. Cada país tiene sus éxitos, sus playlists, sus novedades de los viernes, y cuantas más playlists abarques, a más gente llegas. Te podría hablar 3 horas de este tema, es muy interesante. Lo que más me interesa es buscar por países, por culturas, comparar con otras canciones y ver en qué rango suena. Porque es casi imposible sonar en castellano en otros países sin ser «el señor del verano». ‘La cintura’ ha ido muy bien en Alemania porque en mayo hacía muy buen tiempo allí. El castellano no suele ser el idioma de consumo habitual, y es música que recuerda al verano, a unas vacaciones… Y esto tiene que cambiar porque lo que hacemos es música. Soy el único que hace promo en Europa constantemente. J Balvin viene una vez al año, pero yo estoy casi cada mes en estos países. Y esto es lo que hace que funcione. Hemos estado 10 veces en Polonia, me lo ha dicho mi product mánager de allí. Y yo: «¿esto no es lo normal?». Estamos todo el día currando, pienso que podría tener más vida personal, pero tenemos éxito porque vamos muchas veces.
«Soy el único que hace promo en Europa constantemente. J Balvin viene una vez al año, pero yo estoy casi cada mes en estos países»
Pero tampoco explica por qué entramos en tantos países. Cada país es distinto. Polonia lo hicimos a través de Universal de allí. Empezó a sonar una canción que no habíamos programado que se llama ‘Agosto’ y fue número 1 en Polonia y en ningún sitio más. Y a partir de ahí vino ‘El mismo sol’, ‘Sofía’… y ‘La cintura’ ha sido como el quinto número 1 en Polonia. No lo sabes entender muy bien. Ha sido mucha insistencia de nuestro equipo y de Universal Alemania. Cada país tiene un departamento de «export», y España no tiene un departamento de «export» hacia Europa, nunca lo han trabajado porque no tiene sentido porque todo el mundo mira hacia Sudamérica. Al entrar desde Alemania tienes otra base y otro punto de partida.
«España no tiene un departamento de «export» hacia Europa, nunca lo han trabajado porque no tiene sentido porque todo el mundo mira hacia Sudamérica»
En Reino Unido ya es más difícil entrar, ¿verdad?
Estamos en UK, entramos con ‘Te quiero lento’ en su New Music Friday.
¿Y eso? ¿Se lo curró tu sello?
Se lo curró Spotify. Vamos a hacer una campaña muy grande con Spotify desde Alemania, tratando de transmitir mi personalidad a la gente. Lo que es Álvaro Soler. Haremos posters en digital, impresos, en autobuses… Spotify se la ha jugado bastante con nosotros.
Cuando dices que quieres transmitir tu personalidad a la gente, ¿qué quieres decir? ¿Que tienes como una ausencia de imagen?
Perdona, no te lo he explicado bien. La gente sabe quién soy pero no me pone cara. Para mí es perfecto, porque voy tranquilo por la calle. Saben qué canción es ‘Sofía’, ‘El mismo sol’, pero no me ponen cara. La idea es que la gente conecte más, y así vendrá más a los directos. Es importante poner cara. Es un punto clave. Estamos haciéndolo en España. Comparar el éxito que tenemos en España y la presencia (que tengo) en los medios… es muy distinto.
«La gente sabe quién soy pero no me pone cara»
Por lo que has dicho de reconocerte por la calle, parece que la fama no te gusta mucho. ¿No te va a suponer un palo ver tu cara por todas partes?
No es un palo. Me gusta la campaña porque refleja muy bien quién soy. Son cosas divertidas, hechas con mucho humor. Me mudé a Berlín hace 4 años, y este mes me mudo a otro sitio, pero antes vivía en una habitación de 10 metros cuadrados y tengo una compañera de piso. La gente me pregunta: «¿cómo puedes ser número 1 y compartir piso?». Les hace gracia. Y yo: «pero si nunca estoy en casa, no necesito nada más». Y hemos usado todo esto para esta campaña.
Conozco Berlín bastante bien, porque viví allí, ¿en qué zona vives?
¿Dónde viviste tú?
En Friedrichshain.
Justo me mudo a Friedrichshain. Estoy en Neuköln.
«Neuköln se está volviendo demasiado alborotado, y yo quiero calma porque estoy siempre de viaje y quiero estar tranquilo»
¿Qué opinas de Neuköln? ¿Te parece el barrio de moda, te gusta porque lo has visto decadente, sigue molando…?
Es como el Raval en Barcelona. Si eres de Berlín nunca irías a vivir ahí. La gente de allí suele vivir en el oeste, donde los aliados. Esto es un poco complicado porque Neuköln es parte del oeste geográficamente, y de hecho cruzo cada día el muro para ir al estudio. Pero bueno. Es un barrio muy interesante, están subiendo los precios, es una zona muy hipster, sales a la calle, y ya ves dos bares, el canal, puedes beber en la calle, que para mí fue muy extraño, iba con la bebida y decía: «mejor la escondo un poco» (risas) Ves a la gente bebiendo en el metro. La gente hace el botellón yendo a la fiesta.
También depende de en qué punto de tu vida estés, para mí Neuköln se está volviendo demasiado alborotado, y yo quiero calma porque estoy siempre de viaje y quiero estar tranquilo. Por eso me voy entre Friedrichshain y Prenzlauerberg, una zona con un cementerio al lado, donde no va a haber mucha fiesta (risas).
No he escuchado música latina en Berlín, ¿tú?
En la radio, sí. Pero muy poco. O suena J Balvin o sueno yo y ya está.
¿Tú te has oído en Berlín?
Sí. Lo que más me ha chocado es que al lado del supermercado donde hago la compra en Neuköln hay un póster con mi cara, anunciando la gira por Alemania. Es muy raro verte en el típico barrio chungo de antes, en el póster anunciando las giras.
«Eso es Berlín. Da igual el día que sea, siempre tienes una fiesta, y está todo a reventar»
¿Te interesa el underground, la electrónica de Berlín, Berghain, todo esto?
Bueno, he estado en Berghain, en el Panorama Bar, que es la parte de arriba. Soy el que menos ha salido por Berlín de fiesta, pero tengo amigos que han ido a Kit Kat, a un montón de fiestas. Lo que me gusta de Berlín es que tiene cosas para todos los gustos, pero si te gusta lo underground y lo alternativo, te va a encantar. Hay un sitio que se llama Birgit und Bier, justo al lado de Bädeschiff. Al lado, hay un sitio en el que entras y es todo al aire libre, hay stands alternativos con pizzas, un italiano, un tío tatuado como todo el mundo en Berlín… y todo lo hacen allí, también cerveza sin pasteurizar. Es un sitio muy guay, y tienes 3 salas con techno, deep house, slowtempo, y puedes ir escogiendo. Eso es Berlín. Da igual el día que sea, siempre tienes una fiesta, y está todo a reventar.
Qué curioso tu caso: muchos españoles van a Berlín por el underground, pero tú representas más bien el movimiento de la música latina que se pincha en Francia, Suiza… países donde se está pinchando en castellano y no en inglés a Shakira. Y lo lógico es que hubiera un cantante español que triunfara…
Me encanta representar eso en Europa. Mola porque la gente está cada vez más abierta al castellano. Eso da cada vez más oportunidades.
«En Eurovisión sale ganando más el autor que el artista. Ir a Eurovisión estaría bien, pero como autor»
Hablando de «representar». ¿Representar a España en Eurovisión para ti sería degradarte?
No lo veo como degradarme, lo veo como diferentes vías. Sí que pienso que antes Eurovisión era mejor a nivel musical, aunque tengo muchos amigos que han escrito canciones para Eurovisión, y de hecho yo escribí una canción para Azerbaiyán el año pasado, pero al final nos dijeron que no, pero bueno. En Azerbaiyán son así.
¿La canción salió o se quedó colgada?
Se quedó colgada. Creo que en Eurovisión sale ganando más el autor que el artista. Hay muchas excepciones, pero para los artistas que ganan es complicado mantenerse. Si recuerdas a Sergio Dalma, Julio Iglesias, Céline Dion… hay nombres mundialmente conocidos. Hoy en día falta eso. Me da mucha pena porque es un programa enorme y podría darse el caso. Pero esto no es la razón por la que no voy. Para mí es como si fuera a un talent, y estoy teniendo otro tipo de trayectoria. Lo hemos trabajado de otra forma para ir subiendo, y Eurovisión estaría bien, pero como autor. Como autor me encantaría.
De todas formas, para ti no sería rollo «talent», sería llegar a un acuerdo con RTVE. Que alguien de tu equipo les dijera: «Álvaro Soler quiere ir a Eurovisión», pero ese caso no se va a dar porque no os interesa, ¿no?
No, creo que no.
No conozco a la gente que aparece en los créditos de tu disco, salvo RedOne, ¿cómo ha sido trabajar con tanta gente?
Cuando me mudé a Berlín, se me abrió la puerta del mundo creativo de la música. Conocí a dos productores: uno (Simon Triebel) tenía un grupo en Alemania, Juli, y el otro (Ali Zuchowski) era hijo de un compositor muy conocido allí de canciones para niños. Empezamos a trabajar sobre un par de canciones y eso se convirtió en un álbum. Algo que era diversión, se convirtió en algo muy raro: lanzar música española desde Alemania. Hacemos todo los 3 juntos, somos el equipo creativo. Nos llamamos «dynamic trio» para poder hacer todo: promo, producción… Hubo una época en que yo producía también a la vez que hacía promo y no puedes hacer eso porque te mueres. Luego queríamos escribir con otra gente, aunque eso a veces ha sido una excusa para escribir los 3 juntos otra vez, pero por ejemplo con RedOne y Jakke de su equipo, con ellos sí hemos escrito varias canciones, es una dinámica que entendemos muy bien.
«Cerrarte a escribir solo, yo creo que es un error. No es que no sepas escribir sino que quieres tomar influencias de diferentes sitios»
¿Habéis trabajado en persona o por mail?
En persona en Los Ángeles y Jakke vino un par de veces a Berlín. Lo que queríamos era abrir las puertas y escribir con gente de Norteamérica para ver cómo hacen las cosas allí. Enseguida vimos que cada uno tiene una visión. Está guay abrirte a nivel de autor. Es muy interesante. Hay mucha gente que dice que hay que escribir solo, pero cerrarte a escribir solo, yo creo que es un error. No es que no sepas escribir sino que quieres tomar influencias de diferentes sitios.
¿Qué te gustaba de RedOne? Porque en el synth-pop de Lady Gaga tampoco te veo.
Es un sonido de producción que tiene. Si oyes ‘Sofía’ y ‘La cintura’, flipas con el compresor de voz que usan ellos a nivel técnico. Me encanta. Tienen mezclas muy ordenadas: oyes todos los instrumentos y a la vez tienes la sensación de que todo te está… avalanchando.
En el disco hay tropical house, está ‘Veneno’ que es una canción latina tradicional… Hay varias cosas, ¿pero has evitado por ejemplo seguir la moda urbana?
Evitar, creo que no he evitado nada. He cogido todo lo posible y lo he mezclado. El primer álbum definía a Álvaro Soler. Ahora hemos decidido escribir con alguien del reggaetón y llevarlo a nuestro mundo. Y no es un reggaetón al final porque no es el estilo que estoy haciendo, pero sí que hay cosas de reggaetón que molan. O canciones más tradicionales. Evitar cosas habría sido un error porque eso nos habría limitado como autores.
Lo digo porque has mencionado varias veces a J Balvin, pero realmente no te pareces.
Es lo único que suena (en castellano) en Europa.
¿Quién te gusta realmente?
Juanes, Gloria Estefan, Dani Martín, el disco de Blas Cantó… un montón de cosas.
¿Algo de urbano tipo Rosalía o C. Tangana?
Rosalía me encanta, está en mi lista. Sobre todo por el follón que está montando, es increíble.
«La imagen que se tiene de mí es de canciones del verano, hits de la radio… Todo positivo, pero la gente también tiene problemas»
Cuando haces un disco, ¿te interesa el disco como conjunto? ¿Qué baremo usas como reconocimiento crítico, qué medio, qué colegas, quién de la industria? ¿De quién te fías en cuanto a crítica?
Pues de mis padres, de mi familia. Ellos son los que me conocen mejor. La música es muy subjetiva. No te digo que no me importe la opinión de la gente porque sí que me importa. Este álbum es más importante que ‘Eterno agosto’. El fundamento lo creamos ya, y con este estamos haciendo como la casa del edificio, enseñando a la gente qué hay detrás. Para mí el reconocimiento es muy bueno, pero tienes que saber controlarlo. Obviamente, los premios satisfacen a la gente, y es una parte. No te puedo negar que cuando gané la canción del año con Morat (NdE: Los 40 Principales), me hizo mucha ilusión como compositor, más que como artista revelación. El álbum para mí es una de las cosas más importantes. Mi sueño es que la gente vea otras facetas, y venga a ver el directo, que va a ser una experiencia muy guay.
También hay un baladón, ‘Niño perdido’. ¿Qué canción especial para ti te gustaría que escuchara la gente?
‘Niño perdido’ me encanta, sobre todo por el significado que tiene, el contraste que supone. La imagen que se tiene de mí es de canciones del verano, hits de la radio… Todo positivo, pero la gente también tiene problemas. Me gusta como contraste a todo lo que ha venido antes: crea una especie de ambiente.