Los navarros Kokoshca publican esta semana en Sonido Muchacho su nuevo disco ‘El mal‘ tras habernos conquistado con álbumes anteriores como ‘Hay una luz’ o ‘Algo real’. ‘El mal’ no viene presentado por un single tan decidido como ‘La fuerza’ o ‘No volveré’, pero a cambio ofrece un discurso rico en cuanto a letras y estructuras, al tiempo que se mantiene la variedad estilística que les caracteriza, del bolero al rock. Hablamos con los co-líderes Amaia e Iñaki y con el batería, Álex, a su paso por Madrid durante una visita promocional. Hay tiempo para hablar sobre el fondo político de algunas letras, la moral de la izquierda y lo que es el underground. El 25 de enero el álbum se presenta en la Joy Eslava de Madrid en compañía de Hidrogenesse.
¿Cómo convenceríais a alguien que no os conoce de escuchar vuestro nuevo disco?
Amaia (A): «De buenas a primeras cuesta escucharlo entero. No es un disco inmediato, ahora que ya no se dedica una hora a escuchar cada disco. Yo les diría que lo hagan porque van a descubrir cosas».
Iñaki (I): «Gana con las escuchas, si te hacía gracia Kokoshca, es una versión más destilada, más densa a nivel concepto, sonido… Está todo lo de Kokoshca de siempre, pero con más ambición».
Álex: «En otros discos cada 3 o 4 canciones sale una con los ganchos clásicos de Kokoshca y en este no existe ese asidero, como eran ‘RBU’ o ‘No queda nada’. Es un poco más denso, más árido».
¿Por qué decís que cuesta escuchar entero?
A: «La gente está acostumbrada a letras sencillas, estructuras estudiadas para que algo se te meta en la cabeza. Y lo que hemos querido hacer es probar evoluciones distintas. A las letras tienes que darle vueltas hasta hacerlas tuyas. Es un esfuerzo para el oyente, pero se puede disfrutar más que ‘Suavecito'».
Bueno, justo ‘Despacito’ tenía una estructura compleja…
A: «Estudiada para que se te meta en la cabeza».
I: «Son canciones menos redondas, pero es un disco asequible».
¡Para mí que una canción sea redonda es bueno!
Álex: «Se refiere a la estructura».
I: «Me refiero a que son menos cortas, menos single. No es ni mejor ni peor. Requiere de más atención».
Decidme una canción nueva que sea representativa de esas estructuras más complejas.
A: «‘El rey’ son unos acordes raros, hay arreglos de viento que parecen de los Beatles, que no es lo que más se escucha ahora mismo. La letra tampoco es «te echo de menos, me acuerdo de ti»».
I: «También ‘Calle lloviendo'».
¿Quiénes son los niños que cantan en ‘El rey’?
A: «Son mis sobrinos (risas). Era representativo contar con niños para hablar de que estamos alienados desde que vamos al colegio, tus padres te dicen lo que tienes que pensar, el rey que te gobierna para no dejarte pensar… Tenía sentido que los niños cantaran que habían matado al rey».
‘Seguiremos en pie’ también tiene una lectura política.
I: «Es una canción de resistencia ante lo que sea, ante los fracasos vitales, el amor. Es como ‘Resistiré’ de Dúo Dinámico, pero nos parece peor nuestra canción (risas). Hay una referencia al chino de Tiananmén, pero la intención no era política».
A: «Es más como el junco que «siempre sigue en pie» del Dúo Dinámico».
¿Con el vídeo habéis intentado quitarle ese poso político, con esas túnicas sectarias?
I: «Los vídeos son espacios de surrealismo. A quien representa la canción es a ti o al público. Lo de las túnicas… es el primer vídeo en el que no hemos tenido control creativo. (La productora) lo ha entendido como algo sobre revivir, sobre esoterismo».
Álex: «Diego (Jiménez, director) nos dijo que venía con Kokoshca empollado, con aquello de «Únete a Kokoshca«. Quería algo de buscar la comunión o la secta, eran guiños a la historia de Kokoshca».
A tenor de la secta Kokoshca, ¿para vosotros es fundamental seguir siendo vosotros, no ceder a la industria? Por ejemplo, no habéis pensado en hacer una canción para las playlists de Spotify, ni siquiera tras haber colocado ‘Mi consentido’ en una con el disco anterior.
I: «La verdad es que no es premeditado, somos incapaces de hacerlo de manera premeditada».
A: «A mí me encantan las sectas y soy carne de secta, me captarían rápido (risas)».
¿Qué quieres decir?
A: «Me fascinan bastante. Si un día llega la secta adecuada me capta seguro».
I: «Pero no hay una militancia underground, si es lo que quieres decir».
A: «Hablamos de pertenencia, que seamos Kokoshca tocando y que haya gente a la que le mole. Que conecte con la música».
«No hay militancia underground (en Kokoshca), pero sí hay cierta incomprensión por lo que es el «overground»
Bueno, también hay sectas grandes.
A: «¡Hagamos una nueva secta que mole!».
Álex: «No hay militancia underground, pero sí hay cierta incomprensión (en Kokoshca) por lo que es el «overground». De nosotros hacia arriba: nos cuesta entender qué es ese arriba o los códigos que maneja la industria, los símbolos».
¿Te refieres al mainstream de Los 40, de Youtube…? Porque ahora hay varios mundos… Está el caso de Rosalía, que aún no está en la lista de Los 40…
Álex: «Hablamos mucho de lo que está pasando a nivel musical, del momento este tan apasionante. Todo se ha diluido, es verdad. Está el ejemplo de C. Tangana, que tocaba en salas en 2014. Está todo muy cerca. Me refería a las capas altas del espectro artístico en que nos encontramos, que sería el mundo indie. No somos Rosalía, algo que rompa transversalmente. Dentro de nuestra liga, nos cuesta entender qué es lo que hace que Izal o estas cosas sean lo que son o suenen aquí o allá».
Vosotros estáis siempre como a punto de dar ese salto, ¿no?
I: «Lo decís mucho (la prensa), ¿pero por qué? Permíteme entrevistarte».
«La militancia underground a veces es un refugio de no querer asumir ciertas cosas, y no me parece positivo. No somos así»
Porque voy a un festival y veo gente viéndoos, que se sabe las canciones.
I: «¿Entonces por qué no trascendemos…? No sé responderte».
A: «No tenemos la intención de no querer dar ese paso».
I: «La militancia underground a veces es un refugio de no querer asumir ciertas cosas, y no me parece positivo. No somos así».
Siempre me ha parecido que sí, por actitud y sonido…
I: «Lo sé… y por una parte sí, pero por otra no. Siempre lo decimos desde Birra y Perdiz, que no nos importaba tocar con los Jonas Brothers en aquel momento (risas). Lo que no nos gustaría sería sacrificar lo artístico».
A: «Si te dejan hacer lo que te da la gana…»
Álex: «A veces consigo separarme de Kokoshca, porque no empecé con ellos en el grupo desde el principio, y yo sí me pregunto por qué no termina de trascender».
«Aunque el autoboicot del underground existe, por nuestra parte no lo hay»
Mi impresión es que os conformáis con buenas críticas, con ir a los festivales, pero que tampoco os sentáis a organizar qué podríais hacer, como yo qué sé, Carolina Durante, que por ejemplo han tocado con Amaia Romero, pero ni siquiera sé si habéis visto OT.
I: «Nada de eso, es todo lo contrario a lo que acabas de decir».
Álex y A: «De hecho, teníamos idea de que Amaia cantara en el disco, su hermano Javi ha estado en conciertos».
I: «He visto clases de Guille Milkyway y me parece fenomenal. Pero no sé si por ignorancia o desidia…»
A: «Estaríamos encantados de ser Carolina Durante, tocar muchísimo y que nos conociera más gente».
I: «De hecho Carolina Durante dicen que les hemos influenciado».
A: «También, somos más viejos. La gente joven quiere gente joven».
I: «Quizá tenemos letras menos asequibles, tampoco tocamos o cantamos tan bien… hay ciertas cuestiones formales. Pero por nuestra parte no hay ningún boicot».
Álex: «Aunque el autoboicot del underground existe».
Ahora que decís lo de la edad, en ‘Calle lloviendo’ habláis de topar con unos millennials, aunque vosotros técnicamente lo sois también, si sois como del 83…
A: «Somos millennials, sí» (risas).
I: «Es una licencia sin más… Está girando la acepción, pero nos referimos a chavalitos de 20 años. Es una persona paseando por la calle que se encuentra a unos chavales escuchando unas canciones».
Esta canción, por cierto, empieza como ‘Venezia’ de Hombres G…
I: «Me lo ha dicho alguien, Pablo de Tremenda Trementina (risas)».
Habladme de la variedad estilística del disco: el single tiene un poso latino que no está en el álbum, volvéis un poco al bolero, sin renunciar al rock… ¿Cómo habéis trabajado el álbum como conjunto?
A: «Seleccionamos el single porque era la más diferente del disco, para descolocar, para que la gente se preguntara: «¿el disco va a ser así?». Para componerla, se me ocurrió la primera frase por la calle, empecé a tocarla, parecía una rumbita de Melendi horrible (risas), la cambié con un teclado y dije: «así, sí». La evolucionamos y quedó una canción para bailar».
Estética o técnicamente, ¿cuál es para ti la diferencia entre una rumba horrible de Melendi y algo que se parezca y a ti te suene bien?
A: «No sé, los arreglos hacen mucho, los teclados un poco cumbia… el ritmo es latino pero está hecho con un sintetizador. La frase «solo el sabor de la sangre me hace sentir mejor» es chunga. Y si solo fuera guitarra y voz, no tendría la misma fuerza. Así es más como tiene que ser (risas)».
I: «Antes tendíamos a meter muchas capas y aquí es mejor tener más espacio sonoro, lo que dice Amaia: tiene una base de teclado, una guitarra de vez en cuando y hay muchas percusiones. Eso es una novedad a nivel estético para nosotros».
A: «No llenarlo todo».
Álex: «Es la segunda vez que camuflamos una rumba de otra manera, como ‘Mi consentido'».
A: «Me encantan las buenas rumbas y me encanta el gitaneo totalmente».
Habéis vuelto a meter un par de pistas muy latinoamericanas también, ¿las sentís ya parte de vuestro estilo?
A: «Hay un bolero desgarrador de desamor, los boleros hablan de desamor más que de amor. Siempre he escuchado mucho a artistas latinoamericanos».
I: «Versionamos a Los Panchos como en 2010, era la conexión España-América que el rock anglosajón arrasó. Pero a nivel acordes, La menor, esa manera latina apasionada… siempre nos ha seducido».
¿Quién es Txomin Molina, el protagonista de ‘Txomin’?
I: «Es un personaje. Íñigo (el bajista), que es de Tafalla, nos habló de él, es un ejercicio de estilo. Es un arquetipo del rock loser. Salió muy inmediata».
A: «La persona se echa a perder y nos pareció guay dedicarle una canción».
Os interesa mucho esta temática de salir, la decadencia… como se vio en ‘La fuerza’ o ‘No queda nada’.
A: «Gran parte de la vida cuando eres joven se va en noches: llama la atención. ‘La fuerza’ habla de unas ganas locas de salir no sabes por qué, en ‘No queda nada’ estás de vuelta y te sientes solo en esos ambientes. Ahora vemos ya la parte del yonqui que acaba muriendo» (risas).
Álex: «Hay familiaridad en Pamplona con la resaca, hay un punto incluso kamikaze, nos ha dicho alguien».
I: «Me lo dijo un guipuzcoano, que nos diferencia a los navarros. Unos chavales me enseñaron un rap el otro día y era también «Vuelvo a casa»… Hay una cultura alcohólica, no jodida, del vino, de San Fermín».
A: «Y de salir».
I: «En Madrid también, ¿no? Yo qué sé…»
«La sociedad tiene miedo a los atentados y eso es un arma que tiene el poder para controlarnos»
En cambio ‘Alarma’ habla como del 11-M.
I: «Tiene un audio del 11-M. Es una crítica de la mediatización de los atentados terroristas. A veces son falsas alarmas, y a veces tenemos una visión voyeur de mirar información en Twitter todo el rato, también periodística, no solo morbosa. Y subyace un poco la doctrina del shock de Naomi Klein, la politóloga. La Escuela de Economía de Chicago de los años 50 y 60, tras el New Deal de Estados Unidos, con Milton Friedman, tenían miedo de las economías socialistas de Chile, Salvador o Argentina y fomentaron la doctrina del shock, crear ciertas acciones como una huelga, para hacer que esas economías derrocaran y luego se instaurara Pinochet. La doctrina del shock viene de cómo una persona puede ser más manipulable tras un electroshock. Trasladamos a ‘Alarma’ esa idea de que con los atentados se traslada el miedo a la población».
A: «La sociedad tiene miedo a los atentados y eso es un arma que tiene el poder para controlarnos».
I: «Los Planetas también lo dicen».
A: «En ‘Islamabad’. El miedo es el arma que tienen todos los poderes superiores para hacer lo que quieran. «Que invadan este país, que me da igual, que yo lo que quiero es estar sano y salvo»».
En ‘El mal’ llama también la atención la frase «he visto a la moral de la izquierda sostener el sistema». ¿Qué quiere decir?
I: (suspira o coge aire) «A veces la izquierda tiene un rollo políticamente correcto. Creo que la izquierda sostiene el sistema siendo cómplice con la propia moral que ellos se crean, con lo políticamente correcto. Por ejemplo usar la palabra «homosexual» en lugar de «marica», sin que se valore el trato igualitario o respetuoso que pueda tener».
«El ayuntamiento de Carmena se ha dejado marcar el paso por las guerrillas culturales de la derecha»
No sé si te estoy entendiendo. Ciudadanos, que tiene un cameo en esta canción, son también políticamente correctos, no es algo exclusivo de la izquierda… Está todo poseído por ello.
Álex: «Hay algo bueno en lo políticamente correcto, hay algo de voluntad y la voluntad cambia realidades, el uso del lenguaje. Esos cambios deliberados del lenguaje, como se ve en OT y esas polémicas livianas, más o menos todo el mundo está de acuerdo en que pueden ser livianos, pero es importante defenderlos».
I: «Estoy de acuerdo con lo que dices, y todo este cinismo ha creado un debate muy importante que te hace reflexionar, pero hablo de la izquierda porque ellos mismos se limitan, se ponen puertas».
Álex: «A nivel político, veo que más allá de hablar de lo políticamente correcto, en Madrid, el ayuntamiento de Carmena se ha dejado marcar el paso por las guerrillas culturales de la derecha, como con el caso de Guillermo Zapata y esos chistes hace nosecuánto. Cuando realmente lo interesante como ciudadano habría sido (tener) un representante que entendiera la confrontación de intereses políticos y vitales que hay».
I: «Es un gran ejemplo. O «Maxim Huerta dimite» ya no recuerdo ni por qué. Está bien que tengan que dar un mensaje, pero no lo ha hecho la derecha. ¿Quién filtró el vídeo de Cifuentes? Alguien del PP, estoy seguro…».
Esta canción de ‘El mal’ también habla del blanqueamiento anal. Por lo que veo estáis en contra.
(risas) I: «Empezó Paris Hilton y después se puso de moda. Me parece un gasto de dinero estúpido. Yo qué sé, ¡blanquéate los dientes!».
Sobre ‘Las chicas’, ¿está inspirada en la novela? Por unas frases me parecía y por otras no.
A: «¡Sí!».
I: “El inicio de la canción es el sample de ellas yendo a juicio”.
A: “Luis de Espanto la ha compuesto para nosotros. Nos ha ayudado con muchos de los arreglos. Un día cuando estábamos componiendo quedamos para comer todos en Pamplona, me llevó el libro, me lo leí, le dije que “muy guay, me ha molado” y a raíz del libro y de trabajar juntos, ha hecho esta canción para nosotros”.
I: «Cambiamos ciertas cosas pero la letra un 98% es suya».
¿A nivel sonido, cómo habéis hilvanado y trabajado la secuencia del disco?
I: «Quiero pensar que tenemos una línea sonora aunque suene a bolero o a rock. La secuencia la hicimos a posteriori».
Álex: «Tiene que ver con Luis. Se ha grabado en un estudio de la hostia, pero la forma de grabarlo ha sido espartana, no ha sido de experimentar. Él que es experto en guitarras ha hecho las guitarras, luego hay mucho sinte…».
A: «Fuimos al estudio con el orden casi hecho, y eso te permite hacer una unidad, qué sonido o qué nota va después. Por eso hay una unidad aunque una sea un bolero y otra un merengue».