Las claves visuales de los vídeos de Rosalía, C. Tangana, Travis Scott, Parcels y Miss Caffeina

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Las claves visuales de los vídeos de Rosalía, C. Tangana, Travis Scott, Parcels y Miss Caffeina

El “éxtasis” de Rosalía, C. Tangana convertido en San Sebastián por Eduardo Casanova, las fantasías de Travis Scott, Milla Jovovich acosada por Parcels, y los Stories de Miss Caffeina. Analizamos los referentes estéticos y narrativos de cinco de los videoclips más destacados de las últimas semanas.

Di mi nombre (Rosalía)

Santo Domingo de Guzmán fundó la orden de los dominicos en el siglo XIII. Cuentan las hagiografías que en su lecho de muerte dio gracias a Dios por haberle permitido guardar la castidad. Esa es la razón por la que habitualmente se le representa con un ramo de azucenas en la mano, símbolo de la virginidad. El retrato del santo aparece en la pared de la habitación principal del vídeo ‘Di mi nombre’. No es la única referencia iconográfica a la pintura, el catolicismo y la virginidad. El vídeo se abre y cierra con Rosalía en una cama donde hay un rosario (a quien Domingo le otorgó un propósito evangelizador), ataviada con un vestido blanco “virginal” e imitando la pose (y parte de la vestimenta) de ‘La maja vestida’ de Goya. La letra de la canción -que por mucho que Rosalía diga que no dice “yeli, yeli», suena a “yeli, yeli”-, unida a la orgásmica secuencia del “éxtasis” en la cama, nos proporciona suficientes pistas: ‘Di mi nombre’ se podría interpretar como la representación de la primera relación sexual de una adolescente gitana o, siguiendo el argumento de la novela en la que está inspirado el disco ‘El mal querer’, ‘Flamenca’ (curiosamente también del siglo XIII), de la pérdida de la “pureza” marital por una relación adúltera. El vídeo, rodado casi todo en continuidad, destaca por el expresivo uso de la cámara que acompaña en todo momento a la cantante e incluso imita sus movimientos.

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Cuando me miras (C. Tangana)

Y seguimos con iconografía religiosa. ‘La Virgen y el Niño en un cuadro rodeado de flores y frutas’, de Brueghel y Rubens (que se puede ver en el Prado) o ‘La Piedad’ de Miguel Ángel aparecen reinterpretados en clave iconoclasta y homoerótica por Eduardo Casanova en el nuevo vídeo de C. Tangana. Con ecos (chillidos, más bien) del universo visual de Pierre et Gilles y David LaChapelle, ‘Cuando me miras’ parece un padrastro arrancado de ‘Pieles’, el debut en el largometraje de Casanova. El estilo visual, los personajes y el efecto dramático que persigue es el mismo: un teatral roce entre lo cuqui y lo deforme, lo bello y lo sórdido, la luminosidad pop y la oscuridad de lo siniestro, capaces de generar rasposas metáforas sobre el concepto de monstruosidad física y moral. El director utiliza la cámara lenta para inyectar dramatismo y solemnidad a las imágenes y componer un relato sobre la iconografía del ídolo pop marcado por el simbolismo pictórico. Los protagonistas son el rosa, y la rosa: una flor con espinas que se clavan en la piel del cantante como las fechas en el cuerpo de San Sebastián.

Sicko Mode (Travis Scott)

En sintonía con la variedad vocal y musical de la canción, el director Dave Meyers (conocido por sus fabulosos trabajos para Ariana Grande o Kendrick Lamar) ha ilustrado ‘Sicko Mode’ haciendo gala de una apabullante inventiva estilística. El vídeo comienza con unos planos cenitales de un barrio de Houston (Texas) “pintados” como un cuadro de Andy Warhol. La aparición de Drake, paseando al perro entre botes de humo como un ultrasur, abre la puerta a un chorreo de efectos digitales, ópticos y de montaje capaces de dejarte con la boca más abierta que la cabeza gigante de Travis. Hay de todo. Desde vistosas transiciones en forma de barridos o efectos lumínicos, juegos de perspectivas, grafitis animados, zooms hiperbólicos o puzzles anatómicos, hasta un homenaje al célebre “anti-gravity lean” del ‘Smooth Criminal’ de Michael Jackson. Un vídeo que visualmente parece rodado a ritmo de twerk y que sirve para ilustrar una recurrente fantasía rapera: joyazas, cochazos y culazos. Solo falta Drake repartiendo panoja.

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Withorwithout (Parcels)

Desde que en 1978 John Carpenter clavara con un cuchillo de cocina los principios del slasher en ‘La noche de Halloween’, el popular subgénero de terror ha sido doblado, retorcido y escurrido más veces que una toalla de playa. ‘Withorwithout’ es un modesto homenaje al slasher con Milla Jovovich, fan de Parcels, como protagonista. Desde el cartel, obra de Laurent Melki (autor de afiches de VHS tan emblemáticos como ‘Creepshow’, ‘Videodrome’ o ‘Ghoulies’), hasta la tipografía del nombre del grupo, con letras rojas sangrantes, todos los elementos del vídeo están dispuestos para hacer una festiva ola al subgénero: un prólogo amenazante con scream queen de protagonista, un desarrollo clásico de “invasión del hogar” y un desenlace con sorpresa a lo ‘El club de la lucha’, muy trillado pero eficaz. El director Benjamin Howdeshell mezcla la crudeza del relato de terror con la música amable del grupo, y la narrativa del slasher ochentero con la estética de títulos más recientes como ‘Los extraños’ o la saga ‘The Purge’, con los miembros de Parcels como acosadores nocturnos.

Merlí (Miss Caffeina)

Aunque las funcionalidades sean nuevas los conceptos son antiguos. Los Stories de Instagram o Snapchat hubieran hecho babear de gusto a dadaístas, surrealistas, Fluxus o artistas del videoarte efímero. Basándose en esos Stories, el realizador Jesús NYSU ha creado en ‘Merlí’ algo así como una cadena de clips inacabados, de recortes visuales que se relacionan entre sí como un cadáver exquisito. La idea, aunque atractiva, no está conseguida del todo, ya que, si no lees la explicación que el mismo autor da en el sumario de Youtube, lo que ves es una sucesión de escenas que componen un videoclip como los de toda la vida. En esas Stories cabe de todo. Hay explícitos homenajes al “payaso asesino” John Wayne Gacy o a los fantasmas de ‘Finisterrae’ y el de ‘A Ghost Story’, metáforas surrealistas como las de las cabezas-ojo o las axilas dentadas, un plano de un hombre huyendo que recuerda a la hipnótica estética setentera del cine de Peter Strickland (‘Berberian Sound Studio’, ‘The Duke of Burgundy’), varias secuencias de homoerotismo naturalista, y mucha parodia-tributo a la música disco con los miembros del grupo “replicados” en versiones femeninas e infantiles.

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